A un paso de un selecto Olimpo

A un paso de un selecto Olimpo

Deschamps puede convertirse en el tercer técnico en consagrarse campeón del mundo como jugador y como DT de su selección.

CARRERA. Deschamps alcanzó los cuartos en Brasil 2014 y la final de la Eurocopa 2016; ahora va por la Copa del Mundo. Reuters CARRERA. Deschamps alcanzó los cuartos en Brasil 2014 y la final de la Eurocopa 2016; ahora va por la Copa del Mundo. Reuters
12 Julio 2018

TOMÁS RUDICH

DPA - ESPECIAL PARA LG MUNDIALISTA

Consagrarse campeón del mundo es un éxito que se encuentra al alcance de pocos. Pero conseguirlo en calidad de jugador y, luego, de director técnico es un hito de máxima exclusividad. Tanto es así que únicamente dos personas lo lograron, en la historia del fútbol: Mario “Lobo” Zagallo, con Brasil y Franz Beckenbauer, con Alemania. El domingo, Didier Deschamps tendrá la posibilidad de unirse a esa lista privilegiada.

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El entrenador de la selección de Francia se encuentra a un partido de repetir el título que alcanzó como capitán del combinado “galo” en el Mundial de 1998, que se había disputado en su país. De esa manera, emularía lo hecho por Zagallo -campeón como jugador con Brasil en los Mundiales de Suecia 1958 y de Chile 1962, y como entrenador en México 1970-, y por Beckenbauer -conquistó el título como parte del plantel en la Copa del Mundo de Alemania 1974, y como cabeza del cuerpo técnico en Italia 1990-.

“Yo todavía estoy en un club más grande”, señaló con una sonrisa antes de la semifinal que Francia ganó a Bélgica. Y luego del partido, con el 1-0 a su favor y el pasaje asegurado a la final, insistió: “aún no somos campeones”.

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Incomparable  

El recuerdo del Mundial de 1998 se repite una y otra vez en las preguntas de los periodistas; pero el mariscal francés insiste en que cada historia es diferente. “No se puede comparar. Estamos aquí para escribir una nueva página en la historia, una página bonita”, dijo tras el cruce del martes. “Lo que hicimos hace 20 años quedará en la historia; nadie lo borrará. Pero debemos vivir nuestro tiempo, no podemos estar mirando el espejo retrovisor”, agregó.

El entrenador advirtió, además, que muchos de los jugadores de la actual generación no habían nacido cuando Francia logró su primer título mundial, en 1998. “Es algo que pertenece a muchos franceses que lo vivieron, pero no a la generación más joven”.

Deschamps acaricia ya la gloria. Un título que podría colocar su nombre aún más alto en la historia del fútbol francés e internacional. Pero el duelo del domingo también es un arma de doble filo: una nueva caída en una final tras haber dejado escapar en casa la Eurocopa hace dos años sería un golpe terrible. “Aquello fue muy doloroso. No es irrelevante haber llegado a otra final después de ello”, recordó el técnico de 49 años, que sí pudo ganar la Eurocopa en 2000, como jugador.

Deschamps asegura creer en el destino, aunque eso no implica ningún tipo de relajación o confianza. “Todos tenemos destinos. Pero siempre andamos buscando comparaciones. Esperemos estar del lado correcto del destino esta vez”, comentó en tono filosófico.

Tras una notable carrera como futbolista, Deschamps asumió el mando de la selección francesa en 2012. Logró llevar a “Los Bleus” a los cuartos de final del Mundial de Brasil 2014, donde cayeron ante Alemania, y a la final de la Eurocopa de 2016, en la que Portugal fue su verdugo.

No le tembló el pulso a la hora de imponer su disciplina y de renovar el plantel. Y el resultado se está viendo en Rusia: Francia dejó en el camino, con más pragmatismo que brillo, a rivales del calibre de Argentina, de Uruguay y de Bélgica. Pero a Deschamps le falta un título como técnico “bleu”. El domingo tendrá la chance de conseguirlo.

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