Una mujer cambió la forma en que se traslada a los niños

Una mujer cambió la forma en que se traslada a los niños

En Uruguay los estudiantes viajaban en transportes escolares sin asientos ergonómicos ni cinturones.

EJEMPLO. Fernanda Rodríguez, en la inauguración del Fisevi. Prensa FISEVI EJEMPLO. Fernanda Rodríguez, en la inauguración del Fisevi. Prensa FISEVI
03 Julio 2018

Hubo un antes y un después muy claro en la historia de Uruguay, referido a los traslados de escolares. En 2007 los asientos utilizados tenían una estructura sin estabilidad, no contaban con apoyacabezas, ni cinturones de seguridad y tampoco existía la posibilidad de anclarlos correctamente. Dichos hallazgos llevaron a la Fundación Gonzalo Rodríguez, a cargo de María Fernanda Rodríguez, a asociarse con instituciones vinculadas al problema, para desarrollar una propuesta técnica viable y promover un cambio en lo que a transporte escolar se refería. En ese entonces no obtuvieron el resultado ansiado.

Entre idas y vueltas, tironeos para que no salga una ley que obligara a los transportistas a gastar más dinero y hasta cambiar sus vehículos porque el 70 % de sus flotas no eran aptas para el traslado de menores, algo malo pasó: murió una niña que salió despedida luego de un choque. Lo que nadie quería que sucediera, fue el impulso para que el Estado Nacional se decidiera a legislar sobre algo que nunca estuvo contemplado en la agenda pública.

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En 2010 se aprobó en Montevideo la Ley de Seguridad Vial y Tránsito, en lo relativo al Transporte Escolar (incluye uso obligatorio de cinturones de seguridad de tres puntas con altura regulable y Sistema de Retención Infantil para menores de 3 años).

“Lo que planteábamos en un principio, antes del accidente, era que había que cambiar todo: asientos que contemplen el largo del fémur de un niño, que los sillones tengan una parte trasera blanda para que en un choque el niño no se golpee la cara, cinturones regulables, entre otras cosas. Fue un estudio hecho con Latin NCAP (programa de evaluación de vehículos nuevos para América Latina y el Caribe). Los transportistas nos dijeron: es mucho dinero. Gracias pero no podemos hacerlo”, cuenta a LA GACETA, Fernanda Rodríguez, durante la inauguración del Foro Internacional de Seguridad Infantil (Fisevi), que se desarrolló en junio en Buenos Aires.

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Luego -confiesa- la prensa tuvo un papel importante, de sujeto de presión, al no abandonar la temática y recordar que había estudios hechos para que esto no sucediera. “Nos llamaron de Presidencia y buscaron una solución para que se implementen nuestras ideas: exoneraron de impuestos al 100 por ciento a los transportistas que cambiaron la flota y les consiguieron financiamiento sin intereses para aquellos que compraron nuevos vehículos. Hoy no llevan más de 20 niños por camioneta, con sistema de retención infantil. Los controles son duros también para que todos cumplan las normas. Fue un cambio significativo para la región y para los países de Europa”, comenta Rodríguez, que creó la Fundación luego de que su hermano Gonzalo, corredor de autos, muriera en un accidente.

“Como ciudadana uruguaya y madre, soy una apasionada de la lucha contra este monstruo que se lleva las vidas y amenaza la salud de millones de niños en América Latina. Podemos salvar vidas en nuestras carreteras, pero con demasiada frecuencia, nuestros líderes no actúan. En mi país hemos luchado intensamente en favor de temas como el uso obligatorio de sistemas de retención infantil y transporte seguro a la escuela. Tenemos que llevar esta lucha a toda la región, y hacemos un llamamiento a las agencias internacionales y a la ONU para que nos apoye”, dijo Fernanda en la apertura del Fisevi.

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