La adicción a los videojuegos y la prevención

La adicción a los videojuegos y la prevención

Dispositivo electrónico que permite, mediante mandos apropiados, simular juegos en las pantallas de un televisor o de una computadora. Aunque nació en los años 70 como producto comercial, se instaló con fuerza en la década del 90 en nuestro país. El videojuego se hizo popular en una determinada franja social y sus mayores cultores fueron los adolescentes. Con la llegada de internet, el entretenimiento se potenció hasta convertirse, en muchos casos, en adictivo.

Hace pocos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió al uso abusivo de los videojuegos como un desorden de comportamiento, en la primera actualización de su Clasificación Internacional de Enfermedades: “El trastorno por videojuegos se caracteriza por una adicción persistente o repetida a los juegos online u offline”. La OMS menciona, entre los síntomas, la incapacidad de la persona de controlar la frecuencia, duración e intensidad de las sesiones de juego, así como el deseo de seguir jugando a pesar de las consecuencias negativas, según informa la agencia Télam.

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En nuestra edición del domingo dedicamos un amplio espacio al tratamiento de este asunto que es mucho más serio de lo que padece. “Me di cuenta de que tenía un problema serio a los 19 años, con un juego llamado Lineage 2. Llegué a jugar hasta 17 horas por día. Paraba solamente para dormir y comer. Dejé de ver a todos mis amigos y perdí tres años de la facultad... mi familia me tenía que ir a sacar de los cibers porque mentía y me escondía ahí para ir a jugar... me costó un montón reconocer que algo malo me pasaba. Me ayudó el apoyo de mi familia y de mi novia, los enojos… toda mi vida era un fracaso; me iba mal en la facultad y quedaba libre, no quería hacer otra cosa que jugar. Me estaba quedando solo”, relató un ex adicto.

Una psicóloga describió esta adicción como una patología muy grave. “Pasan muchísimas horas frente a la pantalla. El juego empieza a cumplir ciertas funciones, a ocupar un vacío o a ser una escapatoria de algún problema. También quienes lo padecen presentan síntomas de abstinencia. Si no se pueden conectar, muestran ansiedad, irritabilidad o depresión. Otra señal es el fenómeno de la tolerancia: necesitan estar cada vez más tiempo jugando para lograr el efecto deseado”, señaló.

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Un integrante del Programa Universitario para el estudio de las Adicciones recordó que la Argentina había aprobado una ley muy avanzada sobre este tema, pero nunca la reglamentó. “La normativa reconoce las adicciones con o sin sustancias, por el aumento de los casos de trastornos relacionados a internet, redes sociales y videojuegos”,

Los padres juegan un papel fundamental en esta cuestión, a partir de que compran la consola y por comodidad dejan que sus hijos pasen muchas horas frente a la pantalla; los juegos online pueden resultar muy adictivos. Esta ausencia de control puede traer consecuencias nefastas. El videojuego en sí mismo no es pernicioso, como tampoco lo es el uso de las redes sociales, pero sí lo es cuando se hace en forma abusiva. Se debería trabajar en la prevención de estas adicciones en el sistema educativo, organizando talleres para padres para educarlos y concientizarlos sobre esta cuestión. Se deberían tal vez aumentar las horas de educación física para combatir el sedentarismo que implicar estar varias horas sentado frente a una pantalla. Se trata de evitar que este problema se convierta en una bola de nieve que luego sea muy difícil de detener.

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