Lágrimas que no conmueven
FINAL. Neymar lloró al final del cotejo. reuters FINAL. Neymar lloró al final del cotejo. reuters
24 Junio 2018

ISAAC RISCO | DPA - ESPECIAL LG MUNDIALISTAS

El espectáculo de Neymar en el Mundial no resulta indiferente. Pendiente de mostrar aún su enorme calidad, el crack brasileño da que hablar por otros temas en Rusia: su estrafalario “espagueti-look”; el constante drama de sus lesiones; sus fintas y simulaciones innecesarias, y también por sus lágrimas en el campo.

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El viernes, el árbitro marcó el final del partido en que Brasil se impuso 2-0 a la modesta Costa Rica cuando Neymar se tapó la cara y se postró en el césped. Llanto desconsolado.

Neymar no había ganado el Mundial ni jugado el partido de su vida. Ni siquiera había sido decisivo para una agónica victoria. Como sucedió ante Suiza, Philippe Coutinho fue la estrella “canarinha” en la cancha, pero el show corrió por cuenta del número 10.

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El delantero no conseguió desequilibrar durante todo el partido y falló varias ocasiones de gol, como toda la poderosa ofensiva brasileña. Frustrado por la férrea marcación “tica”, Neymar insultó varias veces a los jugadores rivales e incluso a algún compañero, y en el segundo tiempo se llevó una tarjeta amarilla por tirar un pelotazo. También fingió un penal, que el árbitro anuló tras ver la repetición en el VAR. Después de que Coutinho marcase el vital primer gol en el minuto 91, se permitió un lujo innecesario en una esquina levantando la pelota por encima de un rival, cuando la sensación de la “torcida” no era de fiesta, sino de alivio. Poco después marcó su primer gol en Rusia 2018. Segundos más tarde brotaron las lágrimas.

“No todos saben lo que pasé para llegar hasta aquí”, escribió Neymar luego en su medio de comunicación favorito, Instagram, después de haber ignorado a todo el mundo de forma ostentosa al pasar por la zona mixta de prensa.

“Hablar pueden hasta los papagayos, pero hacer... ¡pocos hacen!”, explotó. El mensaje: yo solo contra el mundo.

El espectáculo de su mejor futbolista no les gustó a los “torcedores”. La sensación en Brasil es que necesita madurar mucho más para llevar a su país al ansiado hexacampeonato y disputarles el título de mejores jugadores del mundo a Ronaldo y Messi.

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