El Mundial ya se juega en Moscú

El Mundial ya se juega en Moscú

Los hinchas aumentan las pulsaciones de la capital rusa

SÍMBOLO. Zabivaka, la mascota del Mundial, se presta para las fotos de los miles de hinchas de todas partes del mundo que ya recorren las calles de la capital, a la espera de que la pelota se eche a rodar. reuters SÍMBOLO. Zabivaka, la mascota del Mundial, se presta para las fotos de los miles de hinchas de todas partes del mundo que ya recorren las calles de la capital, a la espera de que la pelota se eche a rodar. reuters
12 Junio 2018

Ignacio Encabo y Tomás Rudich - DPA

Abrazos con hinchas rivales, calor, camisetas argentinas y colombianas, cánticos y un peruano disfrazado del fantasma del 69 a unos pocos pasos de la Plaza Roja: Moscú ya siente en sus calles el latido de la Copa del Mundo.

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“Hoy empezó el Mundial. Estoy desde el 25 de mayo con un amigo, pero recién hoy explotó el clima mundialista”, comenta el argentino Carlos Monsalves, que aprovecha cualquier instante para enseñar, orgulloso, una foto impresa con Diego Maradona. “Si te fijás, me está agarrando él a mí. Es el detalle de la foto”.

Unos segundos antes se ha hecho varias instantáneas con otros argentinos, con varios rusos y con un iraní. A pocos metros, un grupo de colombianos -uno de ellos con un sombrero en forma de balón- ondea la bandera de su país. Y un mexicano lleva una réplica de la copa. No hay duda que la estampa habitual del centro de la capital rusa es bastante diferente.

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Incluso hay una pista de vóley playa a escasos 100 metros de la entrada del Kremlin. El sol brilla tras una mañana de llovizna, el agua mana de las fuentes y las flores lucen impolutas delante del Teatro Bolshoi. Nada se ha dejado al azar.

Con la Plaza Roja cerrada por los preparativos para la fiesta de hoy -Día Nacional-, los alrededores de ese emblemático lugar van tomando temperatura mundialista. Y la fiebre aumentará según se acerque el partido inaugural del jueves entre la selección anfitriona y Arabia Saudí en el Luzhniki.

Un ambiente diferente

El ambiente en los alrededores del principal estadio de la cita mundialista es bastante diferente. A unos siete kilómetros de la Plaza Roja en dirección suroeste, el termómetro baja algunos grados y no se ven bufandas ni aficionados. Las grúas terminan de montar las carpas de los patrocinadores y los operarios colocan los últimos tornillos de las marquesinas. El césped, en cambio, está impoluto, una alfombra. La marea de hinchas que comienza a inundar las calles de la capital también genera una gran incógnita: ¿cómo será la conducta de los fans y cómo reaccionará la estricta policía rusa ante cualquier infracción a las normas? Rusia 2018 no es el festivo Brasil 2014, está claro, pero Monsalves confía en que los hinchas no tendrán ningún problema con los uniformados.

A portarse bien

“Uno sabe muy bien las cosas que no tiene que hacer acá. No tomar alcohol en la vía pública, no andar con el torso desnudo, no andar con bravuconadas con las mujeres. Portarse bien y listo”, afirma Monsalves.

Las autoridades argentinas pidieron en los últimos días a sus hinchas que se atengan a las leyes rusas y que no realicen un “banderazo” en la Plaza Roja. Pero Mosalves ya tiene en claro lo que se puede hacer y lo que no. “Ni en la Plaza Roja ni en los edificios que son del Estado podés ir a poner banderas, porque ellos tienen el temor, me parece, de que ‘diga no a Siria’ o algún mensaje político. Pero el trato es excelente con la gente”, asegura.

Para las autoridades rusas y la FIFA, la celebración de los hinchas debe transcurrir principalmente en los espacios asignados a tal fin: los “Fan Fest”. Según el ente rector, unas 25.000 personas visitaron el de Moscú en su apertura el fin de semana.

A Monsalves, en cualquier caso, le preocupan otras cosas. Básicamente, conseguir entradas para los partidos de la Selección. “El único partido de Argentina que tengo es el de Islandia. Pero un detalle, amigo: “¡también tengo para la final!”, se despide con una sonrisa.

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