La pelea de clanes vinculados con la droga causa miedo

La pelea de clanes vinculados con la droga causa miedo

Sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. Es lo que seguramente sienten a diario en menos o mayor medida miles de tucumanos al circular por las calles y en particular, aquellos que viven en barriadas que han sido tomadas por clanes que estarían vinculados al narcomenudeo. El miedo no sólo intimida a los moradores de Villa 9 de Julio, sino también a los barrios cercanos como el Obispo Piedrabuena, el Centenario, los Copiat I y II.

Como sucede hace tiempo, el lunes pasado, Los Toro, Los Acevedo y Los Carrión protagonizaron una vez más un hecho violento. Tres individuos se tirotearon, alrededor de las 23, con un policía que cumplía tareas de consigna en una casa de Rafael Obligado al 2.600; no se registraron heridos. El vecindario se estremeció.

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En la crónica de ayer, los vecinos le dijeron a un periodista de LA GACETA: “Fue una balacera impresionante, pero eso aquí es de todas las noches. Desgraciadamente estamos acostumbrados a que esto pase y que la Policía siga estando ausente. Cuando muera un inocente recién reaccionarán. Esa es la triste realidad que tenemos los vecinos de esta zona de la ciudad. Acá estamos espantados. No van a parar hasta que maten a varios”; “Los tiros entre Los Carrión y Los Toro son un clásico en el barrio. Desde hace varios años que se atacan. Ya hay muertos de por medio y no van a terminar hasta que no quede ni uno de ellos. El problema es que en el medio de esta enorme disputa hay gente inocente que quiere vivir en paz”; “Los Toro tienen muchas armas. Si ellos se pasean por las calles mostrando todo su poderío de fuego. No le tienen miedo a la Policía porque ellos la terminan manejando”.

Sobre el asunto, el subjefe de la Policía dijo que están efectuando operativos. “Cuando se nota la presencia policial en esos barrios, no se registran situaciones. Los últimos incidentes adquirieron mayor trascendencia de lo que realmente fueron. Han sido sobredimensionados los hechos, lo que movilizó a la comunidad”, sostuvo. A comienzos de mayo, el ministro de Seguridad había afirmado que las bandas involucradas en este conflicto eran “grupo minúsculos, más que considerarlos clanes, a los que se le dio dado trascendencia”. Agregó en esa oportunidad que el Gobierno había reforzado la seguridad pública en Villa 9 de Julio, luego de que el 24 de abril se produjera el secuestro de la líder de uno de los clanes en cuestión.

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La mirada oficial contrasta con la de los vecinos, que no solo deben padecer estos enfrentamientos de tipo mafioso, sino también la presencia constante de motoarrebatadores que atacan a los ciudadanos no solo en las paradas de los ómnibus, sino en cualquier calle.

Minimizar un problema grave que está explotando a diario en la realidad, lejos de llevar tranquilidad a la ciudadanía, logra el efecto contrario: sentirse cada vez más desprotegida por los gobernantes, que están envueltos desde hace tiempo en reproches recíprocos, pero que a lo largo de tres lustros no han sido capaces de diseñar una política integral para combatir este flagelo que se extiende velozmente entre las redes de la sociedad.

La escasez alarmante de centros de tratamiento y recuperación para adictos es apenas un ejemplo de cuál es el real interés de las autoridades. Creer que la droga se combate solo con más policías en la calle, significa que no se ha percibido ni comprendido que se trata de un problema social profundo.

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