Cartas de lectores
03 Mayo 2018

LAS FIESTAS PATRIAS

Reflexionando y ratificando lo expresado por Carlos Páez de la Torre, en su artículo dominical de LA GACETA, acerca de la diferente e injusta valoración que hicieron y hacen los gobiernos nacionales, con la pasiva aceptación de todos los argentinos, referida a la rebelión ocurrida en Buenos Aires el 25 de Mayo de 1810, protagonizada por los residentes en aquel municipio para preservar el dominio de sus posesiones en el Virreinato del Río de la Plata. Y ese hecho se lo compara con la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica, ocurrida en nuestra ciudad el 9 de Julio de 1816, protagonizada por los representantes de la mayoría de las actuales provincias argentinas y algunas del Alto Perú. Valoración y discriminación puesta en evidencia al conmemorarse el centenario de ambas fechas, que se repitió agravada al cumplirse ambos Bicentenarios, con disímil comportamiento de los respectivos gobiernos provinciales. Así, en 1910, en Buenos Aires, durante los festejos fastuosos se construyeron grandes, hermosos y emblemáticos edificios, parques, plazas, paseos, con estatuas o construcciones alegóricas, algunas regaladas por naciones amigas. En cambio, en 1916, en Tucumán, el gobierno nacional no se comprometió ni participó ni colaboró en la organización de los festejos. Dejaron solo al gobierno local y al pueblo tucumano, que los organizó con esfuerzo y presupuesto limitado. En 2010, para el Bicentenario de Mayo, el país padecía una crítica situación económica. Sin embargo, el gobierno nacional construyó en Buenos Aires un lujoso Centro Cultural y un extenso parque temático, Tecnópolis, de 50 hectáreas. En cambio, en 2016, en Tucumán, el mismo gobierno cuyo mandato finalizó en diciembre en 2015 no proyectó nada, e ignorando 199 años de historia donde los argentinos aceptamos al 9 de Julio como la fecha a festejar los aniversarios de nuestro nacimiento como Nación libre y soberana, cometió la afrenta de enviarnos a un secretario de Estado con la misión de organizar un foro, que contó con la obediente, inaceptable e inexplicable colaboración del “gobierno de todos los tucumanos” y de dos universidades locales, por lo que repudiamos y rechazamos su realización. Finalmente, se concretaron los modestos actos del festejo, organizados en soledad por el gobierno provincial, del que participaron el entonces recientemente asumido presidente de la Nación, miembros de su gabinete, autoridades del gobierno local, mandatarios de provincias e ilustres visitantes, que fueron acompañados por un pueblo entusiasta y jubiloso por la satisfacción de sentir y festejar tan magno acontecimiento, y rendir justo homenaje a los esclarecidos y valientes patriotas. Aliento la esperanza de que para los festejos del Tricentenario haya una ciudadanía más esclarecida y exigente y gobernantes que valoren con mayor justicia y equidad los acontecimientos de nuestro pasado, y realicen la merecida reparación que merecemos todos los argentinos.

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Adolfo Valeriano Poliche

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RELIGIÓN Y CULTURA

En cualquier escuela de la provincia -pública o privada, agnóstica o religiosa- a todos los alumnos se les enseña en historia, con orgullo, la prodigiosa Batalla de Tucumán, pieza clave en la independencia de América, y en ella, la no menos prodigiosa participación de la Virgen de la Merced, a la que uno de los dos padres de nuestra Patria, el general Manuel Belgrano, nombró Generala de los Ejércitos Argentinos, entregándole el correspondiente bastón de mando, y es Patrona de Tucumán, cuya capital es San Miguel. En geografía, les enseñarán que Santa María de los Buenos Aires es la capital del país, más el nombre de decenas de provincias y capitales; luego, adentrándose al estudio de la provincia, verán la industria azucarera y a su fundador, el Obispo Colombres, y a sus ingenios (Inmaculada) Concepción, (Santísima) Trinidad, Santa Ana, Santa Lucía, Cruz Alta, Santa Rosa, Santa Bárbara, etcétera, y al frente de los retratos de los congresales del 9 de Julio, los niños verán que gran parte de ellos eran sacerdotes (12 de 29) y casi todos sus nombres están en las calles de la ciudad, y una peatonal lleva el de Idelfonso de las Muñecas, cura tucumano, héroe de la independencia. En la Catedral encontrarán la impotente cruz fundacional de la ciudad flanqueada por un español persignándose, un sacerdote bendiciendo y un indio arrodillado. Verán la plaza dominada por esa Catedral y la iglesia de San Francisco y rodeada por impotentes templos como La Merced y Santo Domingo. De vuelta al aula, estudiarán castellano, la preciosa lengua que nos legara la España católica y cuyo respeto está en la base de todo conocimiento que cualquier escuela departa. Oirán que se llamó Operativo (Santo) Rosario el inicio de la Gesta de Malvinas, y que el hombre de mayor relevancia en el mundo ha sido formado en esas escuelas: el Papa Francisco. Apenas chispazos. El catolicismo es el núcleo de nuestra cultura; somos católicos por criollos y criollos por católicos; los bienes particulares deben estar subordinados al Bien Común de la Patria. No puede entenderse -y mucho menos enseñarse- nuestra realidad sin la catolicidad. La catequesis elemental y la reverencia cultural son ejes de nuestra formación. Sin ellas, además de no saber quiénes somos, tampoco sabremos qué queremos. Entonces, seremos pasto para las fieras.

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Arturo Arroyo

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Aguas y cloacas en Tafí Viejo

Con resignación y asombro, sigo todo lo concerniente a la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) y observo que el señor Fernando Baratelli, presidente de la empresa estatal, anuncia aumento en las tarifas y aumento del presupuesto, y sólo menciona obras para la ciudad capital, me causa una terrible tristeza e impotencia. Digo esto pues como vecino de la ciudad de Tafí Viejo, me pregunto si este señor sabrá que en la “ciudad del limón” no existe esquina que no tenga una pérdida de desechos cloacales. ¿Conocerá el señor Baratelli que, producto de las pésimas instalaciones, los desechos se depositan sin tratamiento en el zanjón Esperanza, contaminando la cuenca de los ríos Salí-Dulce? ¿Conocerá que cientos de familias conviven con líquidos pestilentes en sus casas? Lo invito a recorrer juntos Tafí Viejo y a vivir lo que miles de familias vivimos.

Marcelo Maza

Constitución 1.600

Tafí Viejo


REPARACIÓN DE VEREDAS

El arquitecto Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Obras Públicas de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, anunció el lanzamiento de un plan de reparación de las veredas dentro de las cuatro avenidas de la ciudad. Le pido a este funcionario que recorra todo el perímetro que rodea a la cárcel de Villa Urquiza y verificará que por la calle Delfín Gallo no existe ninguna vereda, sólo yuyales, lo que ocasiona que los peatones tengan que caminar por la calle ya que no hay otra opción, y directamente en los días de lluvia es imposible transitar. Además, por calle Catamarca, frente al Hospital Avellaneda, sólo existe una senda de tierra poblada de yuyos a los lados, y que en los días de precipitaciones tiene el mismo problema que en la Delfín Gallo. Por ello, le pido a este funcionario municipal que se ocupe de este tema en forma urgente, antes de realizar otras obras innecesarias.

Jorge Miguel Wolters

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EL HUNDIMIENTO DEL BELGRANO

Conmemoramos el 36 aniversario del hundimiento del ARA general Belgrano en las frías aguas del Atlántico Sur. Con él se fueron 323 marinos, de los cuales 300 quedaron en las profundidades del océano y 23 cuerpos pudieron ser recuperados, para darles digna sepultura en sus respectivas provincias. Como tucumano alzo mi mirada y elevo mis oraciones para los que encontraron a Dios en las profundidades del mar y recordar al cabo segundo Miguel A. González, cuyo cuerpo descansa en el cementerio de Monteagudo, una humilde comuna de la provincia de Tucumán. Su madre, Carmen Candelaria González ,todavía vive en una humilde y precaria vivienda de esa localidad. En ella quiero reconocer a todas las madres que gestaron héroes de la Patria, que cumplieron con su juramento el 2 de mayo de 1982 a las 16 horas de un día domingo, cuando una violenta explosión sacudió el buque. Un torpedo lanzado por el submarino Conqueror había impactado en la popa e inmediatamente otro impactó en la proa. El comandante del navío, desde el puente de comando, apreciaba la situación y el peligro que se corría con la posibilidad de que el buque diera una “vuelta campana”. Fue entonces cuando dio la orden que tanto cuesta: “Abandonar el Buque”. A las 16.40, el capitán de navío Héctor Elías Bonzo, luego de haber apreciado que no quedaba nadie a bordo, se arrojó al agua por la banda de estribor para ocupar su balsa. Debemos saber que un soldado muere en el campo de batalla o por el olvido, y este último es más cruel, ya que se llevó la vida de más de 700 veteranos por el camino del suicidio y el abandono en su salud. La desmalvinización fue, es y será el peor enemigo. Es por ello que ruego a Dios y a la virgen Stella Maris, que como país reflexionemos y tengamos la posibilidad de cuidar, reconocer, perdonar y enaltecer a los veteranos de la Guerra de Malvinas que aún están vivos. Son los mismos que luchaban por salvar sus vidas cuando las balsas se rompían si rozaban el costado del buque; son los mismos que eran auxiliados cuando caían al mar y debían ser recuperados en escasos minutos para no morir congelados; son los mismos que vieron que el buque desaparecía irremediablemente de la superficie del mar. Estos son los mismos tripulantes que despidieron al buque con un ¡Viva el Belgrano! ¡Viva la Patria!

Gustavo Alberto Villagra

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