Una jauría habita el patio del Rectorado de la UNT

Una jauría habita el patio del Rectorado de la UNT

INSTALACIÓN. Cada artista puso su color, indumentaria o estilo a los moldes.  INSTALACIÓN. Cada artista puso su color, indumentaria o estilo a los moldes.
25 Abril 2018

Están presentes todos los colores, así como las expresiones en los ojos o en las bocas. Incluso algunos llevan incorporados objetos, adosadas alas o aplicadas fotografías. Otros parecen tener gorras, anteojos y relojes o portan indumentaria con elementos que parecen que los elevarán.

Son los nuevos guardianes del Rectorado de la UNT: se trata de 50 perros intervenidos artísticamente por egresados de la Facultad de Artes. Desde lo alto, el monumento a Juan B. Terán parece observar este patio, impávido, tal vez indiferente.

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“Proyecto Jauría” es una iniciativa de la Secretaría de Extensión de la Facultad y la muestra podrá verse hasta mañana en Ayacucho 491. La definición de jauría en el diccionario es clara: conjunto de perros que participan en una caza. Pero está ausente esa ferocidad en las esculturas. En diciembre se entregó a los egresados que quisieron participar de esta experiencia medio centenar de moldes de perros, todos idénticos. y cada artista le puso su marca, la que lo diferencia de los demás. “Son perros de la calle, comunes, lo que nos permite visibilizar además estas situciones”, señaló la secretaria del área académica de Artes, Adriana Plaza.

La altura de estos objetos escultóricos es de medio metro, y la mayoría posa sobre un pedestal. Manuel Carlino pintó de obispo a uno de los canes y le colocó un manto de piel de nutria verdadera. La pieza de Leandro Ponssa se llama “Ángel de la muerte” y lleva dibujado en el pecho el rostro de Astiz; está pintado totamente de negro y además alude al mito del famoso perro familiar.

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María Mercedes Roldán Nallar envolvió su molde en papel higiénico, donde están escritos los derechos. “Lo trabajé pensado en la igualdad; al perro lo dejé intacto, ya que todos nacen iguales. Asocié al animal con los niños, como seres vulnerables que son, seres a los que la sociedad empaqueta”, le dijo a LA GACETA. En esta oportunidad fue un trabajo de los egresados, pero en otras ediciones las intervenciones fueron realizadas por los docentes de la Facultad.

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