“La tecnología no iguala, pero sirve como rampa digital para los que están en desventaja”

“Desde que son bebés hasta los dos años, los niños hacen un uso casi diario de las pantallas de los teléfonos celulares de sus madres. Ellas se los prestan para que jueguen o vean dibujitos. Desde cero hasta cinco años los chicos usan todos días la tecnología, según una encuesta que realizamos desde Educación (en la OEI). ¿Cómo vamos a prohibirles que entren con esta tecnología de su vida diaria cuando tengan que ingresar a la escuela?”, se pregunta Vera Rexach, experta en TIC y Educación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Ayer ella dejó inaugurado un ciclo de formación docente en el marco del Programa Formar, del Ministerio de Educación de la Provincia.

En el club Avellaneda Central, frente a un auditorio de más de 2.000 docentes, Rexach rescató la necesidad de hacer un uso de buenas prácticas con las tecnologías digitales. “Sin embargo, todavía hay una tendencia en algunos docentes a decir ‘si no tengo una buena tecnología, no puedo hacer nada en el aula. Si tengo computadora pero no conectividad, o si el internet anda muy lento, tampoco puedo hacer nada’”, apunta. De allí el título del curso que inició ayer: “Tecnología y escuela: esperanzas practicables”. “Porque incluir la tecnología no es una utopía que requiera de un enorme esfuerzo de inversión. Estamos hablando de algo que impregna toda nuestra vida y con eso se debe trabajar en el aula”, remarca. Sobre la resistencia a las TIC que advierte en docente, directores y supervisores, sostiene que son barreras culturales.

“Los maestros debemos prepararnos para aprovechar estas ventajas que nos da la tecnología. No digo que la tecnología iguala, prefiero usar la palabra equidad. Las escuelas son diversas, están en diferentes contextos y no van a llegar a los mismos resultados por más que reciban las mismas computadoras y los mismos equipamientos, porque parten de situaciones diferentes. En ese sentido la tecnología puede servir como una rampa digital. Las tecnologías pueden servir a todos pero a algunos los va a ayudar particularmente, los va a empoderar y a enriquecer”. El concepto es del profesor español Rafael Sánchez Montoya que trabaja con personas con discapacidad, aclara.

Hace un tiempo Francia decidió prohibir el uso de los celulares en las escuelas. Rexach, en cambio, piensa que no hay que divorciar la vida común y corriente de la vida escolar. Pero advierte que si uno acepta el uso del celular es necesario acudir a un pacto educativo: “aclararles a los alumnos: no tengo problema en que traigan el móvil al aula, pero bajo ciertas condiciones”.

Rexach hace hincapié en la necesidad de diseñar un proyecto pedagógico cada vez que se va a usar la tecnología. “El aula en sí es una red social porque hay chicos que se relacionan y siempre hay un adulto -sostiene-. Si se incluye la tecnología con un uso pedagógico seguro que va a tener buen resultado”.

> Aprender usando la tecnología
El profesor Juan Carlos Márquez entiende que los chicos son expertos en tecnología, pero hay que enseñarles a utilizar esa herramienta con fines pedagógicos. Desde hace un mes Márquez se dedica a enseñar a los alumnos de la escuela de Tusca Pampa, en Burruyacu, a utilizar las herramientas tecnológicas. Esta es una de las nueve escuelas multinivel (de zonas muy alejadas) donde los alumnos acceden a los conocimientos por medio de medios virtuales, con el apoyo de un tutor. “Sin el apoyo de la tecnología estos alumnos no podrían estudiar”, afirma el profesor.  

> El móvil en la clase de Geografía 
Viviana Pérez le saca el jugo al celular de sus alumnos en la clase de Geografía. “Con la  grabadora de voz los chicos tienen que hacer un spot publicitario para radio sobre el cuidado del medioambiente. Deben leer, resumir y grabar sus voces usando la creatividad para interesar a la gente sobre el problema. También les pido filmaciones y fotos y que expongan un tema con los programas que trae la netbook que recibieron en la escuela. Los chicos buscan imágenes e información en internet y luego organizan una representación”, explica la docente, que trabaja en una escuela de nuevo formato.