Locura por las plantas

Locura por las plantas

Sarmiento las requería a su amigo tucumano

JOSÉ POSSE. Una fotografía del gran amigo tucumano de Sarmiento en sus últimos años. JOSÉ POSSE. Una fotografía del gran amigo tucumano de Sarmiento en sus últimos años.

No se ignora que Domingo Faustino Sarmiento (1812-1888) tenía una verdadera locura por las plantas. Varias veces la revelaba en la copiosa correspondencia que mantuvo con su gran amigo de Tucumán, José “Pepe” Posse (1816-1906). En 1874, le narraba que “el cactus que se decía prodigioso, no parece: una flor amarilla, que había tomado por tal, no merece aquellos epítetos. Dile al ministro que tiene la otra planta que me mande una penquita, para reproducirla, y haz tu otro tanto con las dos nuevas”.

Luego le recomendaron otra variedad, el cactus de flores rosadas, y lo encontró en 1875: “la botánica lo conoce, y en lo de Bruné vi un ejemplar, por donde reconocí el mío. Ya tengo treinta variedades de cactus y sigo reuniendo mediante el favor de mis amigos”. Posse le respondía alegrándose por el hallazgo, que venía a fomentar, decía, “tu avaricia de plantas”. Por su lado, le informaba que “te sigo haciendo mi colección rústica, dentro de mis propias tierras, para mandártela a tiempo de que tu isla la reciba en sus entrañas y la dé al mundo de esas riberas”.

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Aseguraba: “te voy a poner en las manos una especie de enredadera que no tiene flor atrayente, pero en cambio tal lujo de hojas, y tal su profusión, que tendrás que encender una bujía para leer a las doce del día. ¡Qué sombra aquella, como para olvidarse del mundo y sus pobladores! Y luego es tan dúctil, que le puedes dar la forma que quieras, y llevarla hasta los cielos si encuentras un andamio para treparla hasta allí. Cree o revienta en lo que te digo”. Además, pedía que le mandase “estacas de mimbre cuando sea tiempo de plantarlas, instrucciones de cultivo y condiciones del suelo que debe recibir el germen”.

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