A un año, La Madrid aún espera soluciones

A un año, La Madrid aún espera soluciones

Los vecinos aseguran que luego de la catástrofe de 2017 sólo se hicieron obras menores en la localidad y que los agobia la crisis económica.

LA GACETA / ANTONIO FERRONI LA GACETA / ANTONIO FERRONI
08 Abril 2018

En La Madrid (Graneros) la feria franca del pueblo comienza a extinguirse al mediodía. En algún tiempo fue una de las más importantes del interior y -según se recuerda- se prolongaba hasta avanzado el atardecer, en medio de una romería bulliciosa y ávida de provisiones. Ahora las cosas han cambiado. La Madrid cabalga en medio de una crisis socioeconómica sin precedentes, que se profundizó después de la inundación de hace un año.

La feria es el fiel reflejo de esa realidad. Los vendedores, unos 45 en total, exhiben su aburrimiento. Algunos se distraen con sus celulares y otros charlan entre sí mientras comparten una mateada. Sólo los chicos que salen de la escuela y unos casuales peatones quiebran la monotonía del mercado que se extiende alrededor de la plaza central.

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El puestero Nicolás Suárez, del mismo pueblo, con evidente decepción, introduce en una caja las mercaderías que llevó para vender. Son calzados y ropa que desde hace tiempo lo acompañan. Aún no son las 12 y, junto a otros comerciantes, se muestra resignado a la retirada.

“No se vende casi nada y esto empeoró después de las inundaciones del año pasado. La gente quedó más empobrecida de lo que estaba. Si todavía sigo viniendo aquí es porque soy de este lugar. Y la gente de afuera parece que lo hace por costumbre nomás”, expone.

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María Díaz, vendedora de verduras, dice provenir de Graneros y que, aunque vende un poco, mantiene la costumbre de seguir concurriendo a la feria por tradición familiar y con la esperanza de que la situación va a cambiar. “Por ahora son ilusiones, nada más”, apunta decepcionada.

Según la oficina de Empleos de la comuna local, antes de la inundación la comunidad, de unas 8.000 personas, registraba un nivel de desocupados del 20%, mientras que el porcentaje de subocupados era de un 25%. Estos últimos estaban dedicados a tareas o changas como albañiles, plomeros, pintores, técnicos o mecánicos.

“Después de la catástrofe que sufrimos el nivel de desocupados creció en razón de que los subocupados se quedaron sin trabajo, ya que los que antes les daban algunas tareas empobrecieron ante la pérdida casi total de sus bienes”, comenta el comisionado comunal Dardo Herrera. La comuna, según el funcionario, trata de contener la situación brindando programas laborales con capacitación de jóvenes que son incorporados al proyecto de recuperación de las casi 900 casas dañadas por la creciente del 2 de abril del año pasado.

Según Herrera, el hecho de que en la feria algunos puesteros se quejan porque se les cobra $10 el piso, revela la gravedad de la situación que se atraviesa.

Qué dice la Nación

“Hay que atacar las causas para que esto no se repita”

“A un año de las inundaciones cuesta detallar todo el trabajo hecho por la Nación. Sin ánimo de entrar en una discusión de quién hizo esto o aquello, digo que poco importa ante la gravedad de los hechos, que no se repitieron solamente porque la estadística de precipitaciones de 2018 fue menor y menos concentrada que en 2017”, dijo José Ricardo Ascárate, subsecretario de Infraestructura del Plan Belgrano.

“Hay que asumir ante la emergencia que la Nación debe asistir a las provincias damnificadas, más allá de la responsabilidad de las causas que la originaron, principalmente por abandonar las tareas propias de mantenimiento de cuencas y cauces de ríos, o control sobre el uso del suelo y deforestación de pedemonte, que son jurisdicción de los estados provinciales o del conjunto de provincias que componen dichas cuencas”, añadió. Luego, detalló las principales acciones realizadas por la Nación.

- “Tramitamos los pedidos de la Provincia. Por ejemplo, en mayo 2017 ingresamos ante la DNV los proyectos de construcción de puentes y reconstrucción en ruta N° 334”.

- “Realizamos cinco reuniones de comisiones técnicas y tres del Sinagir en Tucumán para determinar las causas de inundaciones y un diagnóstico de obras necesarias. Entregamos en mayo 2017 un ATN por $ 50 millones para paliar la grave situación de daños; que el Gobierno tucumano destinó a la recuperación de la red vial terciaria. Dicho ATN pudo ser duplicado con rendición de trabajos efectuados, sin que aún se realizaran informes sobre el destino y uso de los fondos”.

- “Se remitieron fondos del Ministerio de Educación por casi $ 20 millones para la reparación de escuelas, asistiendo al llamado a licitación pública de la escuela de Alto del Puesto (Graneros) y Virgen Generala (Villa Belgrano-Alberdi)”.

- “Se atendieron a través del Enohsa los pedidos del Sepapys y con proyectos por más de $ 19 millones para recuperar el abastecimiento de agua potable en zonas afectadas y cuyas obras están en ejecución”.

- “Se trabajó desde abril a septiembre de 2017, con equipos de la DNV (motoniveladoras, palas cargadoras y camiones), en la recuperación de red vial en las zonas más afectadas: la Invernada y el Sacrificio en primer lugar y luego en el sureste; además de destinar retroexcavadoras para limpieza de canales de desagüe obstruidos”.

- “Firmamos con la Provincia una planilla de obras a ejecutar, que sólo para La Madrid representa inversiones de casi $ 300 millones, con el único requerimiento de que se realizaran las expropiaciones necesarias para radicar obras y viviendas. Eso recién ocurrió con la ley sancionada el 22 de marzo de 2018”.

- “Conscientes de que el mantenimiento de cauces y cuencas es netamente de jurisdicción provincial, propusimos un plan de reequipamiento de las reparticiones tucumanas, financiados por la Nación. No sólo resulta más económico, sino más sano en nuestra relación con la Provincia, darle la posibilidad que se puedan realizar los trabajos sistematizados que el recurso hídrico requiere, en lugar de salir cada pocos años a pagar carísimas obras de reconstrucción”.

“Actuamos con responsabilidad y pidiendo proyectos, como señaló en su visita a la zona el presidente Mauricio Macri, porque no se trata de salir año a año a remediar las consecuencias de inundaciones. Se trata de solucionar las causas para que estas no ocurran”, cerró.

Qué dice la Provincia

“Buscamos una solución de fondo a la problemática”

“El dicho popular dice que el que se quema con leche ve una vaca y llora. Para explicarlo fácil, con las obras queremos que el que padeció una inundación no se angustie cuando vea las nubes cargadas de una tormenta”, dijo el comisionado rural de La Madrid, Dardo Herrera, a un año de la catástrofe que dejó la localidad del sur tucumano tapada por el agua. El ministro del Interior, Miguel Acevedo, coincidió en la comparación: “el objetivo es continuar con un programa de trabajos que les den la tranquilidad a los madrileños de que se hizo todo lo posible para minimizar los efectos. Sabemos que hay zonas inundables en la provincia. Al igual que en Chile con los sismos, queremos reducir al mínimo los daños, para que la gente sepa qué hacer ante estas situaciones”, agregó el funcionario provincial.

Las causas

Acevedo y Herrera dialogaron con LA GACETA para explicar en detalle el impacto del fenómeno, el programa de obras, las tareas realizadas y los motivos que causaron una de las inundaciones más graves de la localidad en los últimos 20 años. “Ahora hay una ciudad que intenta sobreponerse a esa situación. Una población que todavía está intentando sortear los problemas y los daños, sobre todo en las viviendas”, explicó Herrera, quien cumplió seis años de gestión al frente de la comuna (fue reelecto en 2015).

Herrera explicó que no pudieron prever una inundación como la que afectó a La Madrid, y citó las conclusiones de la comisión de emergencia hídrica conformada por la Legislatura. “En primer lugar, en los últimos 30 años hubo alrededor de 100.000 hectáreas que han sido deforestadas, situación que desconocía el gobierno local. En segundo lugar, hubo lluvias extraordinarias como no hubo antecedentes en los últimos 30 años. Las mediciones mostraron que había llovido en la región entre el 28 de marzo y el 2 de abril de 2017 más de 300 milímetros en una hora en La Cocha y alrededor de 350 milímetros en la zona de Catamarca, merced del cambio climático. Todo ese caudal fue a La Madrid. En tercer lugar, la intervención de emprendimientos productivos privados que desviaron el cauce del río San Francisco, que hicieron que el río desemboque en La Madrid a la altura de paraje Los Sauces, río arriba del pueblo. Esos tres elementos provocaron que las aguas del Marapa y del arroyo El Chileno inunden la ciudad”, sintetizó Herrera.

Las obras

“Hay que evaluar los proyectos ejecutados y los que se piensan encarar”, fue la introducción de Acevedo para enumerar las obras previstas. “Se realizaron los estudios y buscamos una solución de fondo a la problemática, que inclusive plantea proyectos en Catamarca”, continuó el funcionario. Esos proyectos forman parte del paquete de obras que alcanzaron los $ 850 millones solicitados a la Nación el año pasado. Hasta ahora se giraron $ 50 millones.

El ministro explicó que se realizó la desobstrucción del río Marapa, que estaba colmatado, y se ensanchó su cauce de 30 a 70 metros. Se limpiaron los canales de la localidad y se los profundizó. También se trabajó sobre el arroyo El Chileno, que también fue desobstruido y ampliado su cauce. Las tareas se realizaron en la zona urbana y en la zona rural de la comuna, en los parajes Sol de Mayo y Barracas. “¿Son suficientes? No, por eso hablamos de los proyectos de mayor envergadura para hacer”, explicó Acevedo. “Planteamos una política de trabajo que exceda esta gestión”, agregó.

Herrera destacó el sistema de alerta temprana. Ya se colocó una sirena en la comisaría de La Madrid y resta colocar los sensores en los ríos y arroyos, para que, cuando los indicadores electrónicos detecten una suba peligrosa del caudal, se dispare el alerta para la evacuación. “Tiene un costo total de $ 2,5 millones. En principio se usará en La Madrid, pero esperamos que la experiencia sea positiva para incluir a todo el sur provincial”, explicó.

Daños

Acevedo y Herrera explicaron que la comuna de La Madrid tiene cerca de 8.000 habitantes, distribuidos en más de 1.300 casas. El 60% de la población (cerca de 4.800 vecinos), vive en la localidad. El 80% de estos habitantes se inundaron. Los más afectados tuvieron cerca de dos metros de agua dentro de sus casas, y luego quedó más de un metro de sedimento en las viviendas. Los menos afectados sufrieron el ingreso de 10 centímetros de agua, durante algunas horas. La valuación económica de los daños ronda los $ 650 millones, según el informe de la Cámara. “Creemos que es mucho más que eso porque hay costos intangibles, como el tratamiento médico psicológico de una familia que ha perdido todo”, acotó Herrera.

El BID financiará las obras

Las primeras observaciones que realizaron los profesionales obligaron a posar la mirada sobre el comportamiento del río San Francisco, que desemboca en el Marapa. Según los estudios, es uno de los principales responsables de que La Madrid sufra inundaciones cada vez más violentas. 

Funcionarios de la Nación y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estarán este martes y miércoles en Tucumán. El organismo internacional financiará las obras necesarias en el cauce del San Francisco, estimadas en alrededor de 10 millones de dólares. 

Así lo confirmó el secretario de Planificación Territorial y Coordinación de la Obra Pública de la Nación, Fernando Álvarez de Celis. “Debemos lograr que no se inunde más La Madrid. Hay un estudio serio al respecto y veremos si en 2019, a través de este crédito que el BID estaría dispuesto a aportar, podemos encarar la obra. Consiste en una expropiación de unos terrenos en la cuenca más alta que servirían como reservorio para que el río no llegue con la intensidad que llega hoy a La Madrid”, detalló.


Con lo justo
En La Madrid, las personas que tienen trabajo se desempeñan en el Estado y son docentes, policías o enfermeros. El resto se dedica al comercio. Todos sobreviven con lo justo, salvo algunas excepciones. En promedio, las facturas de la luz rondan los $1.500, por lo que la comuna reclamó a la empresa EDET que a los pobladores se les cobre la tarifa social. Esto, teniendo como antecedente la última gran inundación. También se dirigió a la provincia a fin de pedirle que se flexibilice el monto de la cuota, de unos $ 600, que tienen que pagar los beneficiarios de un crédito de $20.000 que otorgó la Caja Popular a los damnificados.
Miedo
En el pueblo todas las casas muestran aún las huellas que dejó hace un año el agua que tapó la comunidad al desbordar el río Marapa. En algunas viviendas, las marcas están por encima del nivel de las ventanas, muy cerca del techo. Los rastros son tan notorios como el temor que revela la gente a sufrir otra inundación. 
“Dios se acordó de nosotros y este año no nos mandó muchas lluvias, porque de lo contrario otra vez se habría desmadrado el Marapa. Si no se hizo casi nada para  evitar otra desgracia”, se quejó Sofía Maldonado. 
“Los comerciantes aquí todavía no logramos recuperar todo lo que perdimos. Nosotros fuimos excluidos de los beneficios. Tuve que vender un auto que salvé de la creciente para volver a adquirir mercadería. Lo grave es que seguimos expuestos a sufrir otra creciente”, planteó Juan Almonte, proveedor de alimentos y bebidas. Luis Zelaya, propietario de una confitería,  dijo que mientras no se solucione el problema de los ríos Marapa y San Francisco, la población seguirá bajo las amenazas de las crecientes. 
Convenio y obras
En medio de la decepción de los vecinos de La Madrid frente a lo que consideran una falta de respuesta concreta a las causas de los desbordes del río Marapa, el comisionado comunal Dardo Herrera anunció que la comisión de Emergencia  de la Legislatura elevará en los próximos días un informe sobre los trabajos que se requieren instrumentar para evitar nuevas inundaciones.
“El estudio aborda principalmente el origen de la última creciente. De ahí que se apuntará a reencauzar el río San Francisco, que terminó desembocando en el Marapa”, completó. 


Con lo justo

En La Madrid, las personas que tienen trabajo se desempeñan en el Estado y son docentes, policías o enfermeros. El resto se dedica al comercio. Todos sobreviven con lo justo, salvo algunas excepciones. En promedio, las facturas de la luz rondan los $1.500, por lo que la comuna reclamó a la empresa EDET que a los pobladores se les cobre la tarifa social. Esto, teniendo como antecedente la última gran inundación. También se dirigió a la provincia a fin de pedirle que se flexibilice el monto de la cuota, de unos $ 600, que tienen que pagar los beneficiarios de un crédito de $20.000 que otorgó la Caja Popular a los damnificados.

Miedo

En el pueblo todas las casas muestran aún las huellas que dejó hace un año el agua que tapó la comunidad al desbordar el río Marapa. En algunas viviendas, las marcas están por encima del nivel de las ventanas, muy cerca del techo. Los rastros son tan notorios como el temor que revela la gente a sufrir otra inundación. 

“Dios se acordó de nosotros y este año no nos mandó muchas lluvias, porque de lo contrario otra vez se habría desmadrado el Marapa. Si no se hizo casi nada para  evitar otra desgracia”, se quejó Sofía Maldonado. 

“Los comerciantes aquí todavía no logramos recuperar todo lo que perdimos. Nosotros fuimos excluidos de los beneficios. Tuve que vender un auto que salvé de la creciente para volver a adquirir mercadería. Lo grave es que seguimos expuestos a sufrir otra creciente”, planteó Juan Almonte, proveedor de alimentos y bebidas. Luis Zelaya, propietario de una confitería,  dijo que mientras no se solucione el problema de los ríos Marapa y San Francisco, la población seguirá bajo las amenazas de las crecientes. 

Convenio y obras

En medio de la decepción de los vecinos de La Madrid frente a lo que consideran una falta de respuesta concreta a las causas de los desbordes del río Marapa, el comisionado comunal Dardo Herrera anunció que la comisión de Emergencia  de la Legislatura elevará en los próximos días un informe sobre los trabajos que se requieren instrumentar para evitar nuevas inundaciones.
“El estudio aborda principalmente el origen de la última creciente. De ahí que se apuntará a reencauzar el río San Francisco, que terminó desembocando en el Marapa”, completó. 

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