Los comerciantes, preocupados por la falta de uniformados

Los comerciantes, preocupados por la falta de uniformados

“Antes se veía a más policías, pero ya se fueron”, afirmaron en la zona

VIGILANCIA. Dos policías hicieron guardia esta semana en la esquina de Laprida y Corrientes.  VIGILANCIA. Dos policías hicieron guardia esta semana en la esquina de Laprida y Corrientes.
07 Abril 2018

“Desde hace varias semanas que no se ve a los agentes cuidando por esta zona. Estamos preocupados porque aquí hay mucho movimiento y no podemos quedar solos. Nos sentimos desprotegidos”, indicó Juan Carlos Fernández, dueño de un quiosco de revistas ubicado en Corrientes al 600.

Los vecinos notaron la reducción de la cantidad de agentes en Barrio Norte, en la capital, a raíz del traslado del personal policial a los programas de Integración Comunitaria. El Ministerio de Seguridad impulsó estos planes en algunos barrios de la capital, como “La Costanera”, Alejandro Heredia y ATE.

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“Evidentemente, estamos en manos de Dios. Antes, se veía a más policías, pero ya se fueron. Nos dijeron que los llevaron a ‘La Costanera’. Parece increíble, ahí los mandan y aquí, que pueden cometer más delitos, nos abandonaron”, manifestó María Luisa de Fernández, empleada de un drugstore.

Marcos Jiménez, trabajador de un bar de la zona de la plaza Urquiza, dijo: “estamos muy preocupados porque se están produciendo muchos hechos”. “La gente va a comenzar a tener miedo y dejará de venir por la zona. No puedo creer que nos dejen sin policías en este sector de la ciudad, que se llena de turistas”, agregó.

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“Me dijeron que ya van a poner más hombres. Espero que cumplan, porque desde hace semana que no se los ve. Si es así, vamos a quedar a merced de los asaltantes”, señaló Juana Medina, empleada de comercio.

En la última semana se registraron, al menos, siete robos en casas y comercios de Barrio Norte, según fuentes judiciales. El miércoles, en caso, dos desconocidos ingresaron a una escribanía y se llevaron dinero, celulares, entre otros elementos.

“Esta situación generó no sólo un daño económico. Hace dos noches que no puedo dormir por pensar en las cosas que pudieron haber pasado. Y terminas diciendo ‘gracias a Dios que no ha pasado nada grave’. No está bien eso. Hoy me hablaron de una inmobiliaria cercana. Se enteraron de lo que había pasado en la heladería y en mi oficina, y lo que sucedió también en la casa de calle Rivadavia (Virgen de la Merced al 700). Me dijeron que no sabían qué medida tomar ante estos hechos. En mi estudio entraron cuando hay cámaras, pulsadores antipánico, personal y a cara descubierta”, enfatizó Javier Padilla, titular de la escribanía.

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