Cartas de lectores
06 Marzo 2018

UN PUENTE PEATONAL PARA AVENIDA BENJAMÍN ARÁOZ AL 800

Tucumán, una de las provincias más pequeñas de la Argentina, con 1,06 millón de habitantes, se destaca como una provincia densamente poblada, teniendo en cuenta su territorio físico. Se encuentra compuesta por más de 23 facultades que conforman la Universidad Nacional de Tucumán, a la que asiste, por día, prácticamente la mayor parte de la población entre edades de 18 y 30 años. Jóvenes cuyo propósito es lograr sus objetivos personales para convertirse en profesionales en un futuro y formar parte de la PEA (Población Económicamente Activa). Hace unos días, uno de estos jóvenes (ingresante) de la Facultad de Filosofía y Letras, perdió la vida por una negligencia cometida por un motociclista que generó un accidente de tránsito, no sólo por la falta de educación vial, sino también por la mala sincronización de los semáforos y la falta de asistencia técnica. Sería muy conveniente que haya un puente peatonal en la zona (avenida Benjamín Aráoz al 800). El mismo brindaría una gran ayuda, previniendo accidentes de este tipo, y beneficiaría a todos los estudiantes de las facultades de Filosofía y Letras, Psicología, Odontología y Educación Física, como también a todas las personas que asistan al Centro Médico Dr. Carlos Alvarado, ubicado en el predio de la Facultad de Filosofía y Letras. Debemos tomar conciencia de que los jóvenes son el futuro de la provincia, como de este país, porque la educación no cambia al mundo, sino que cambia a las personas que van a cambiar el mundo.

Publicidad

Silvina Denise Almendro

[email protected]


HUELLAS DE UN TUCUMÁN VIEJO

Escribo esta carta al solo efecto de aclarar conceptos vertidos en la publicación de esta columna titulada “Huellas de un Tucumán viejo”. Digo lo siguiente: En el año 1970, Obras Sanitarias de la Nación (OSN) y la Municipalidad de la Capital, firmado un contrato por el cual Obras Sanitarias le entregó a la intendencia todas las chapas esmaltadas, con el nombre de las calles, y las chapas blancas -como publicó LA GACETA- que decían NO, NE, O, SE, y los números domiciliarios, para colocarlos donde hiciera falta. También le entregó las planchas catastrales con el número de cada propiedad. La Municipalidad hizo la licitación y pagó a la empresa Fontdevila la realización de dicho trabajo. El intendente de entonces, Carlos María Torres, le dio el control de la empresa a la sección Catastro municipal, cuyo jefe era el ingeniero Carlos René Flass, quien pertenecía a la Dirección de Obras Públicas. Las calles Ayacucho, Chacabuco y Buenos Aires tenían los números al revés: los pares a la derecha y los impares a la izquierda, por lo que se tuvo que cambiar desde 24 de Septiembre hasta el final dichos números, primero, y colocar los nuevos números a una altura de 2,10 metros, a la derecha de la puerta de ingreso a los inmuebles. El ingeniero Flass designó cuatro empleados para controlar a la empresa, tarea que desarrollábamos a la tarde.

Publicidad

Félix E. Linares

Pasaje Santillán 1.755


San MIguel de Tucumán


EL MENSAJE DEL INTENDENTE

Una recurrente y deplorable actitud de nuestros gobernantes: “la culpa de todos males que padecemos como sociedad, la tiene el otro”, suelen afirmar. Las declaraciones del intendente, Germán Alfaro, dan pie para algunas críticas orientadas a promover las reformas de su propia gestión, entendida como instrumento de animación política, social y cultural. Aunque muchas, si no todas, las críticas que formuló sobre la paupérrima gestión del gobierno provincial -absolutamente deficitaria- son ciertas, no puede vanagloriarse de los logros de su administración municipal, tal vez no tan mala como la anterior, pero bastante pobre por cierto. Si de veras pretende diferenciarse en los hechos de su ilegítimo e incompetente par provincial, tiene la oportunidad de recomponer su actuación atendiendo problemas irresueltos. Por ejemplo, los vinculados con las direcciones de Obras y de Servicios Públicos -por citar sólo dos de las áreas más deficitarias-: penoso estado del espacio urbano -suciedad, malezas y basurales acumulados por doquier, tanto en el centro como en zonas intermedias o en la periferia-; calles y veredas deterioradas -muchas intransitables; tránsito vehicular caótico -sin planificación razonable ni control alguno que exija el cumplimiento de normas existentes-; circulación y estacionamiento anárquico, desordenado, carentes de apropiada señalización que facilite el tránsito humano y motorizado en calzadas, aceras y lugares reservados para peatones-. Lo hecho en algunos casos -aislados, asistemáticos, discontinuos- es insuficiente. Si el intendente quiere “no decepcionar la confianza que tantos tucumanos depositaron en mí”, debe desentrañar la maraña de intereses personales que nada tienen que ver con el bienestar general ni con el bien común, y desechar a los funcionarios ineptos o corruptos -o, ineptos y corruptos- que ostentan cargos públicos. Poco esfuerzo demandaría identificar a unos y otros en las áreas de la administración municipal, donde la degradación se hace visible, es evidente. Si el intendente quiere para los ciudadanos recuperar la esperanza en la política, mucho debe hacer para depurar su administración y transformar en hechos ciertos el “diálogo de sordos, o un monólogo de mudos”, que hoy la caracteriza. Si así fuere, varias cabezas veríamos rodar. Al decir del senador romano Catón el Viejo, “Res non verba”, señor Alfaro.

Rafael Francisco Mellace

[email protected]


“El circo más caro del mundo”

Analizando el Panorama Tucumano “El circo más caro del mundo” (LA GACETA 2/3) a cargo del periodista Federico Türpe, describe un crudo relato de la gestión del gobernador, Juan Manzur, donde destaca incongruencias y factores que degradan su política de gobierno y, obviamente, que su derecho a pensar es un bien consagrado constitucionalmente. Si trazo un paralelismo con el discurso del presidente, Mauricio Macri, donde sus palabras entre vítores y aplausos que barullaban de su majada de fanáticos seguidores, no sólo redundaban en ambigüedades, sino que se vanagloriaban de hechos y logros de su gestión, mostrando un país política y económicamente sólido que avanza a la velocidad de un avión, aunque a mi manera de pensar transitamos en silla de ruedas. Su lógica discursiva no es más que un anhelo para los argentinos, pero en dos años de gestión sólo profundizó el endeudamiento del país y el del bolsillo de millones de compatriotas vulnerables a este impiadoso escenario económico.

José Alberto Jacobo

Pasaje La Madrid 303
Simoca

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios