Los chicos tienen menos fuerza en los dedos y les cuesta sostener el lápiz

Los chicos tienen menos fuerza en los dedos y les cuesta sostener el lápiz

Pediatras, docentes y psicopedagogos advierten que los alumnos ya no tienen la misma fuerza que hace 10 años. Muchos no logran escribir bien, su caligrafía es mala y no se ubican bien en el renglón. Tampoco pueden hacer cosas sencillas, como prenderse un botón o atarse las zapatillas. Es la consecuencia del uso excesivo de la tecnología, sostienen los expertos

A los dos años Mateo ya vivía fascinado por el celular de su mamá, Cecilia Alarcón. Si se lo quitaba de repente para ver un mensaje, el pequeño lloraba desconsoladamente. A ella le daba gracia verlo jugar, manejar con tanta destreza la cámara de fotos, las redes sociales y los audios de whatsapp. A los cinco, ya escribía algunas palabras.

Todo esto le hacía pensar a Cecilia (33 años, fonoaudióloga) que el proceso de aprender a leer y a escribir iba a ser rapidísimo para Mateo. Hasta que a comienzos de primer grado, en 2017, la maestra la llamó para decirle que el niño no podía sostener el lápiz mucho tiempo, que se cansaba con frecuencia y que no quería escribir porque decía que le dolía la mano.

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Así comenzaron las visitas a la psicopedagoga. “Por suerte, terminó el año mucho mejor. Pero todavía le cuesta agarrar el lápiz”, confiesa la joven mamá. Su caso no es el único. Desde hace un tiempo a esta parte lo vienen advirtiendo pediatras, psicopagogos y docentes: los niños llegan a primer grado con más dificultades para la escritura. El motivo: la tecnología.

Que usen teléfonos y tablets muchas horas desde muy pequeños tiene consecuencias negativas. Así lo confirman especialistas ingleses, que advierten que por ciertos hábitos tecnológicos los chicos no llegan a desarrollar los músculos de sus dedos y, por esto, no logran sostener el lápiz como corresponde cuando tienen que aprender a escribir.

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Sin habilidades

“Los niños no ingresan a la escuela con la fuerza y la destreza que tenían hace 10 años”, dijo recientemente al diario británico “The Guardian” Sally Payne, terapista ocupacional pediátrica en el NHS Trust de la Fundación Heart of England. Según la experta, entre los alumnos que entran al colegio cada vez son menos los que logran agarrar un lápiz correctamente. Y esto tiene que ver con que no cuentan con “las habilidades de movimiento fundamentales”.

La psicopedagoga Natalia Jiménez Terán -que está haciendo un máster en neurociencias- confirma la información: a su consultorio llegan cada vez más niños con dificultades en la motricidad, asociadas con el uso abusivo de las pantallas táctiles. Los problemas van desde agarrar mal el lápiz y no saber usar la tijera hasta cosas increíbles, como por ejemplo no saber abrocharse un botón. De atarse los cordones ni hablar, remarca la profesional.

Jiménez Terán asocia las dificultades en la escritura a mano que experimentan los chicos de primaria con un cambio en la naturaleza de lo lúdico. “Es más fácil darle a un niño un celular que incentivarlo a realizar juegos que formen musculatura como construir bloques, cortar o pegar. Por algo llamamos a estos dispositivos chupetes electrónicos o niñeras. En las pantallas los pequeños utilizan un solo dedo, el pulgar. ¿Qué pasa con los otros dedos? Los músculos que no se usan se atrofian. Entonces los chicos no desarrollan las habilidades de base que necesitan para tomar y sostener un lápiz”, agrega.

Destreza y dominio

El uso excesivo de tablets y celulares afecta principalmente lo que se conoce como motricidad fina. Son movimientos pequeños que requieren una especial destreza y dominio. “A veces llegan a los 10 o 12 años y todavía no tienen un buen agarre de la lapicera. No solo les cuesta empezar a escribir; no tienen letra clara y les cuesta ubicarse dentro del renglón”, remarca.

“Gracias a la tecnología, muchos niños arrancan la primaria y ya saben reconocer letras y palabras. Pero también es cierto que a algunos alumnos les cuesta más sostener un lápiz y organizar las letras en una línea”, opina Karina Cazorla. Desde hace 11 años tiene a cargo la tarea de enseñarles a leer y escribir a los estudiantes de primer grado.

“Lo que he notado es que empeora la caligrafía de los chicos. La letra cursiva les cuesta muchísimo. Y lamentablemente ya ha desaparecido del aula el cuaderno de caligrafía. Ya no se usa. Hay alumnos que llegan a tercer grado con una letra incomprensible”, describe.

Sobran diagnósticos sobre la mala influencia de la tecnología para el desarrollo de la escritura. Pero no hay que entrar en pánico, dice Jiménez Terán. Y propone varias cosas para incentivar el movimiento pinza en la mano (es unir la yema del dedo gordo con las del resto, algo clave en el ser humano, que le permite escribir). “Esta es una capacidad que se desarrolla principalmente durante los primeros cinco años de vida. Para ayudarlos hay que cambiarles los entretenimientos a los chicos: que tengan más juegos físicos es primordial”, resalta. El primer paso sea tal vez, según la experta, el ejemplo: si los adultos viven pegados a sus smartphones, sus hijos inevitablemente tenderán a imitarlos.

Que la tecnología no despalce el juego al aire libre

Desde los seis o siete meses muchos bebés tienen acceso a tablets y celulares. A ellos les encanta. Y a los padres también. Aseguran que es un buen estímulo visual para sus hijos y que eso muchas veces los calma. Sin embargo, los expertos insisten: nada de pantallas hasta de los 18 meses. Y desde esa edad hasta el jardín de infantes, no más de dos horas diarias frente a la televisión, videojuegos, computadoras, tablets y teléfonos inteligentes.

“Hay una excesiva exposición a las pantallas. Cuando los chicos están en pleno desarrollo, esto puede ser perjudicial”, señala el pediatra Federico Caillou, en referencia a las nuevas recomendaciones difundidas por la Academia Americana de Pediatría (AAP).

Antes de los dos años -dice la AAP- los niños son muy inmadutros. “Su aparato psíquico se encuentra en desarrollo y dependen fuertemente de la interacción con adultos para decodificar y significar los estímulos que reciben. Además, necesitan explorar el mundo con otros estímulos sensoriales, como el tacto por ejemplo”, especifica.

La AAP advierte, además, que desde los tres y hasta los cinco años el desarrollo del niño debe basarse, fundamentalmente, en la interacción social y en juegos no digitales. A esta edad, se aconseja no exceder una hora diaria de uso de pantallas, algo que según Caillou está muy lejos de la realidad.

Es importante que la tecnología no desplace actividades sociales ni el juego al aire libre, añade. Otro de los consejos que da es que los celulares y tablets no se usen antes de ir a dormir, mientras están almorzando o cenando. Tampoco para calmar a los niños.

“Existe evidencia de que el uso excesivo de pantallas produce sedentarismo, sobrepeso, alteraciones vinculares y trastornos del sueño”, resalta la AAP en su último comunicado sobre el tema. “Es importante que no sea la única actividad que realicen los chicos; que los padres puedan establecer pautas y poner límites respecto de la tecnología”, resume el pediatra.

> consejos de la sociedad argentina de pediatria
 
Priorizar juegos que sean interactivos, didácticos y que ayuden a desarrollar la motricidad fina de los chicos.
 
No permitir el uso de pantallas ni el acceso a internet en las habitaciones, mucho menos antes de irse a dormir.
 
Promover la actividad física en los chicos; que las pantallas no sean la única actividad disponible para el niño.
 
El uso de internet en la época escolar puede ser muy útil para el aprendizaje, siempre que esté orientado por adultos.
 
Tener cuidado con los contenidos a los que acceden los chicos. Hay que controlar que no consuman cosas violentas.
 
Pensar en un plan familiar del uso de la tecnología (https://www.healthychildren.org/Spanish/media/Paginas/default.aspx.
 
Antes de los dos años es preferible no darles celular ni tablets a los chicos. Esto favorecerá a un correcto desarrollo.

> Consejos de la Sociedad Argentina de Pediatria 

- Priorizar juegos que sean interactivos, didácticos y que ayuden a desarrollar la motricidad fina de los chicos. 

- No permitir el uso de pantallas ni el acceso a internet en las habitaciones, mucho menos antes de irse a dormir.

- Promover la actividad física en los chicos; que las pantallas no sean la única actividad disponible para el niño. 

- El uso de internet en la época escolar puede ser muy útil para el aprendizaje, siempre que esté orientado por adultos.

- Tener cuidado con los contenidos a los que acceden los chicos. Hay que controlar que no consuman cosas violentas.

-Pensar en un plan familiar del uso de la tecnología (https://www.healthychildren.org/Spanish/media/Paginas/default.aspx. 

- Antes de los dos años es preferible no darles celular ni tablets a los chicos. Esto favorecerá a un correcto desarrollo.

> Qué pasa en una salita de jardín

“De a poco se va perdiendo la ejercitación de las manos”

Julio Sosa Castro es maestro jardinero y asegura que en las salitas de cinco años se nota mucho que en sus casas los chicos hacen poco o nada de trabajos manuales. 

“La falta de ejercitación de la coordinación viso motora de las manos y la vista, hace que los chicos no tengan la capacidad ni siquiera de atrapar una pelota cuando uno les lanza. Eso no se trabaja, o si se lo hace, somos muy pocos los que lo hacemos”, señala el docente, que además es padre de cuatro hijos. 

“Veo que a los chicos les  cuesta horrores aprender a usar una tijera, por ejemplo. En algunas casas es más común poner a sus hijos a jugar a la Play, que recortar figuritas”, remarca.

“Muchos docentes de nivel inicial no hacen hincapié en esos pequeños detalles y cuando los niños llegan a primer grado les cuesta mucho aprender a escribir y a copiar más aún”, explica.  

“Creo que todo va ligado con todo: ejercitación de las manos (amasar, trozar con los dedos) pintar ( ver sobre todo ahí y enseñar a tomar los cartones, felpones, pincel) y trabajar la postura al sentarse, propone Sosa Castro. 

Según el docente, aunque en Tucumán todavía hay realidades muy distintas entre los chicos -algunos pasan todo el día con celulares y otros no acceden  nunca a un aparato de este tipo-, de  de a poco se va perdiendo la ejercitación de las manos y la vista. “Y si los pulgares son los nuevos protagonistas”, resume.


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