Trap latino, el ritmo pegadizo que se escucha en todas partes

Trap latino, el ritmo pegadizo que se escucha en todas partes

Las canciones de trap se expanden por internet a través de los canales de YouTube y los videoclips de las redes sociales. Además, están causando furor en las plataformas de Spotify, iTunes y Xbox Music.

OZUNA. Este cantante y compositor musical de 25 años, tiene 12 millones de suscriptores en su canal oficial de YouTube y 19 millones de descargas en la red.- OZUNA. Este cantante y compositor musical de 25 años, tiene 12 millones de suscriptores en su canal oficial de YouTube y 19 millones de descargas en la red.-
01 Marzo 2018

Pegadizas, con mensajes explícitos y un ritmo que mezcla la electrónica con el hip-hop. Así son las canciones de trap latino, un nuevo subgénero musical que arrasa en los boliches tucumanos.

Como toda novedad, tiene tanto detractores como defensores que no dudan en dar su opinión al respecto. “Aunque no quieras, terminás por escuchar alguna canción de trap en la calle. Son el éxito del momento y se reproducen y reproducen sin parar -comenta Álvaro Rodríguez, de 42 años-. Lo que me indigna es escuchar estas canciones a máximo volumen en los negocios de ropa, de tecnología y de accesorios para celular. No puedo hacer tranquilo las compras”.

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No obstante, las principales críticas al trap no aluden al insano volumen en que se reproduce sino a las letras catalogadas como sexistas y degradantes. “Los mensajes de este tipo de música transmiten un machismo que no debería ser aprobado. Tengo una hija de 15 años y se la pasa escuchando los temas con sus amigas antes de salir”, se queja Florencia Zafón, de 50 años.

Florencia considera que las canciones de trap y reggaetón incitan a un vocabulario agresivo contra la mujer: “sus letras son muy directas. El lenguaje con insultos, la apología a la droga y el concepto de mujer como un trofeo me indigna pero los adolescentes lo consumen igual por su ritmo”.

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En cambio, para Josefina Toloza, de 25 años, el trap latino es un llamado a romper con ciertos estereotipos femeninos. “Me encanta el trap porque habla de libertad, de la figura de una mujer que no espera romance, cuentos de hadas ni delicadeza en su vida. Esta música demuestra que podemos ser rudas y hacer lo que queramos. Además, hay varias artistas que son mujeres”, sostiene Josefina.

Anastasia Bordo, de 16 años, comenta: “no creo que las personas que escuchan el género sean conscientes o se pongan a debatir sobre el mensaje subliminal de las letras. La música es pegadiza y eso hace que sea bailable. En el boliche no te ponés a analizar otras cosas. La verdad es que está de moda, lo escuchás y se te pega”.

Nicolás Arroyo, de 21 años y estudiante de Psicología, está de acuerdo con Anastasia. “Lo que dice la letra es una opinión que ya es popular en el mundo de la bailanta. Las canciones tienen un toque de erotismo y narcisismo que no veo mal -opina-. Son ritmos de tendencia y la música necesita cierto complemento que divierta y de alegría. Hay que dejar sonar la música, a veces nos gusta, otras no, pero lo importante es que esté”.

¿Qué es el trap?

El trap surgió al sur de Estados Unidos en los ‘90, en sus orígenes fue una música orientada a los barrios y los guetos más precarios del país. Precisamente, el término hace referencia al trapicheo o Trap House, lugares ilegales donde se vendía droga. Con el tiempo, el género se extendió hacia Latinoamérica y creó lo que hoy se conoce como trap latino, una nueva impronta donde la mayoría de los cantantes proviene de Puerto Rico, Colombia, Panamá y República Dominicana.

“El principal problema de los traperos latinos es que intentan calcar la línea evolutiva del género”, afirma Francisco Marín, licenciado en Diseño de sonido y estudiante del Conservatorio de música. “La mayoría de los productores está atrasada con ese estilo. El trap latino está en su máximo esplendor pero llegó muy tarde a los países hispanos”, agrega. En cuanto a la letra, las canciones se caracterizan por su contenido explícito en relación al consumo de drogas, el sexo, la marginalidad social y cierto toque de nihilismo. Además, se dirigen al público con un lenguaje muy directo y utilizando, en algunos tracks, insultos.

Analizando los temas

Pese a la desaprobación de muchos adultos y padres, para Susan Sarem, profesora de semiótica y análisis del discurso de la Facultad de Filosofía y Letras, al hablar de producciones estéticas ningún mensaje puede reducirse a bueno o malo. “Desde la perspectiva semiótica y sociocultural, cada grupo realiza y les da sentido a sus propias producciones. Los miembros se identifican con ciertos elementos y así construyen su identidad, analiza Sarem. “Si bien existe una lengua estándar con normas, los niños y adolescentes tienen derecho a que sus manifestaciones culturales, en términos de discurso, sean consideradas”, añade.

“Los adolescentes buscan identificarse, y pueden hacerlo con el cantante. En esta etapa de sus vidas, los jóvenes buscan la aprobación y contención de los grupos y por esto se involucran en lo que escuchan sus amigos y compañeros”, explica la psicopedagoga Natalia Gómez. Subraya que prohibir el consumo de esta música generaría un efecto contraproducente. “Es importante que las familias sepan aconsejar y ayudar a discernir, que los chicos bailen trap pero que sean conscientes del contenido de sus letras”, concluye.

Los cantantes más reproducidos y que se posicionan como los líderes del género son:  

Ozuna:  
Nacido en Puerto Rico, este cantante y compositor musical de 25 años, tiene 12 millones de suscriptores en su canal oficial de YouTube y 19 millones de descargas en la red. Ozuna llegó a grabar 45 sencillos y, el año pasado, sacó su primer álbum “Odisea” con 16 temas. Entre sus temas más conocidos figuran “El farsante”, “Se preparó” y “Tu foto”.  
Además, Ozuna se encuentra en constante colaboración con otros traperos como Bad Bunny, J Balvin, Nicky Jam y Wisin. 
 
Bad Bunny: 
Benito Antonio Martínez Ocasio es un cantante puertorriqueño, de 24 años. 
Su nombre surgió a partir de una fiesta de disfraces donde llevó puestas, a regañadientes, unas orejas de conejo. 
Es uno de los impulsores más destacados dentro del trap latino. Tiene 7 millones de seguidores mensuales en la aplicación de Spotify.
Su tema “Soy peor” tiene 500 millones de visitas en YouTube, 440.000 descargas en internet y forma parte de 15 playlist diferentes de éxitos latinos del momento.
 
J Balvin: 
El colombiano José Álvaro Osorio Balvin, de 32 años, se encuentra en el negocio de la música desde hace ocho años. Sin embargo, sus inicios musicales surgieron de la mano del rock y luego, en el 2017 decidió incursionar en el trap. En total grabó tres álbumes en estudio y actualmente escribe tanto canciones 
de reggaetón como de rap y otros estilos urbanos. 
Los temas que más suenan en la radio son “Machika” y “Sigo extrañándote”. 
 
Arcángel: 
Austin Santos, de 32 años, nació en Estados Unidos pero se trasladó a Puerto Rico para perseguir su sueño: ser un reconocido cantante de reggaetón. Desde entonces también incursionó en el mundo del trap y otros estilos urbanos. Llegó a tener casi 2 millones de seguidores en su perfil de Spotify.
 
Farruko: 
Su nombre es Samuel Andrés Chávez, pero es conocido por sus 16 millones de fans con el nombre artístico de Farruko. Desde su llegada a la música, este cantante puertorriqueño de 26 años pasó por diversos géneros musicales como el reggae, reggaetón y trap. “Krippy Kush” es uno de sus temas más reproducidos. 
 
Nicky Jam:
Nick Rivera Caminero tiene 36 años y es oriundo de Massachusetts (Estados Unidos). Conocido en el ambiente artístico como Nicky Jam, este cantante de ascendencia dominicana empezó su carrera de la mano del rap. Mientras cantaba en un supermercado, un director de una discográfica le ofreció un contrato de grabación, y así lanzó su primer álbum a los 11 años.

Ozuna:  
Nacido en Puerto Rico, este cantante y compositor musical de 25 años, tiene 12 millones de suscriptores en su canal oficial de YouTube y 19 millones de descargas en la red. Ozuna llegó a grabar 45 sencillos y, el año pasado, sacó su primer álbum “Odisea” con 16 temas. Entre sus temas más conocidos figuran “El farsante”, “Se preparó” y “Tu foto”.  
Además, Ozuna se encuentra en constante colaboración con otros traperos como Bad Bunny, J Balvin, Nicky Jam y Wisin.  

Bad Bunny: 
Benito Antonio Martínez Ocasio es un cantante puertorriqueño, de 24 años. 
Su nombre surgió a partir de una fiesta de disfraces donde llevó puestas, a regañadientes, unas orejas de conejo. 
Es uno de los impulsores más destacados dentro del trap latino. Tiene 7 millones de seguidores mensuales en la aplicación de Spotify.
Su tema “Soy peor” tiene 500 millones de visitas en YouTube, 440.000 descargas en internet y forma parte de 15 playlist diferentes de éxitos latinos del momento. 

J. Balvin: 
El colombiano José Álvaro Osorio Balvin, de 32 años, se encuentra en el negocio de la música desde hace ocho años. Sin embargo, sus inicios musicales surgieron de la mano del rock y luego, en el 2017 decidió incursionar en el trap. En total grabó tres álbumes en estudio y actualmente escribe tanto canciones 
de reggaetón como de rap y otros estilos urbanos. 
Los temas que más suenan en la radio son “Machika” y “Sigo extrañándote”. 

Arcángel: 
Austin Santos, de 32 años, nació en Estados Unidos pero se trasladó a Puerto Rico para perseguir su sueño: ser un reconocido cantante de reggaetón. Desde entonces también incursionó en el mundo del trap y otros estilos urbanos. Llegó a tener casi 2 millones de seguidores en su perfil de Spotify. 

Farruko: 
Su nombre es Samuel Andrés Chávez, pero es conocido por sus 16 millones de fans con el nombre artístico de Farruko. Desde su llegada a la música, este cantante puertorriqueño de 26 años pasó por diversos géneros musicales como el reggae, reggaetón y trap. “Krippy Kush” es uno de sus temas más reproducidos.  Nicky Jam:Nick Rivera Caminero tiene 36 años y es oriundo de Massachusetts (Estados Unidos). Conocido en el ambiente artístico como Nicky Jam, este cantante de ascendencia dominicana empezó su carrera de la mano del rap. Mientras cantaba en un supermercado, un director de una discográfica le ofreció un contrato de grabación, y así lanzó su primer álbum a los 11 años.

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