Relato cubre problemas

Cuando Juan Luis Manzur hable mañana ante los legisladores les planteará el maravilloso presente de una Tucumán pujante, que sale a los mercados externos, que carece de déficit fiscal, que supera los 180 días de clases y que mantiene los sueldos al día. Nada les dirá a los parlamentarios sobre los cuestionamientos éticos realizados a su viaje a Dubai con su esposa, promocionando los productos de su negocio aceitunero; sobre las críticas contra su funcionario de confianza -que en algún momento deberá compadecer en los tribunales porteños- y, en especial, poco dirá sobre la inseguridad que quita libertades y acobarda a los tucumanos.

Es suficiente escuchar -o leer- las palabras del gobernador para adivinar su discurso de mañana. En LA GACETA anticipó esos ejes temáticos y lanzó una cortina de humo macriana: se pronunció en contra de la despenalización del aborto y anunció que pedirá a los diputados y senadores tucumanos que le digan no al proyecto. Utilizó lo que para muchos peronistas -vaya paradoja- es casi una blasfemia política de la administración de Mauricio Macri, que es lanzar un debate tan caro para los argentinos en medio de reclamos por la inflación, la pérdida de puestos laborales, la inseguridad y la corrupción.

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En la charla en la que estuvo acompañado por Osvaldo Jaldo, Manzur apenas dijo, respecto de las críticas éticas sobre su viaje a Dubai: todo lo que contribuya a mejorar la transparencia de la gestión oficial y la comunicación, se hará. Ello, cuando fue consultado sobre si impulsará una ley de ética pública. Cuestiones parecidas había manifestado en otros momentos. En el Bicentenario de la Independencia, había prometido una ley de acceso a la información pública. En 2015, tras asumir y frente a los legisladores, había dicho que derramaría transparencia en la política y en el proceso electoral. No cumplió.

Tampoco ahondará en la principal preocupación de los tucumanos, la inseguridad. En los últimos meses, el único cambio en el área fue la creación de un ministerio, el reemplazo del secretario y la remoción de la cúpula policial. Mientras tanto, la comisión de Emergencia en Seguridad, que nació en la Legislatura y está integrada por miembros de los tres poderes del Estado, navega en la nada misma. Entre renuncias (como la del camarista federal Ricardo Sanjuán, que se fue molesto por la inacción del grupo), reclamos de fondos al Ejecutivo y chicanas políticas, se cumplió una máxima que se le atribuye al general Juan Domingo Perón, que reza que lo mejor para que una investigación no avance es crear una comisión.

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Quizás lo más curioso de lo dicho por Manzur -y de lo que no dirá- es lo referido al funcionario cuestionado por la oficina que lidera Laura Alonso. El gobernador sostuvo que los cuestionamientos a Jorge Neme, secretario de Relaciones Internacionales, son dichos de trascendidos, y lo ratificó en el cargo. Sin embargo, la OA remitió su investigación a la Justicia Penal porteña y pidió que se abra una causa. Además, en noviembre del año pasado, Ricardo Monner Sans formuló una denuncia que involucra a Neme ante el Juzgado Federal Criminal y Correccional Nº 2 a cargo del Juez Sebastián Ramos, Secretaría Nº 4, que lleva el número 18.511/17. En ese escrito, que también está en poder de Alonso, ofrece documentación y detalles de lo que serían irregularidades en el manejo de recursos por miles de millones de pesos para programas destinados a las provincias. El secretario de Manzur condujo la Unidad de Cambio Rural, una suerte de Ministerio de Agricultura paralelo que, a la postre, ahora quedaría reducido a una dirección. La denuncia del abogado que llevó al banquillo a Carlos Menem por el tráfico de armas dice, entre otras cuestiones: condujeron un programa de neto tinte político, el cual ofrecía obras públicas a las provincias con endeudamiento internacional (...) implicó el desarrollo de maniobras espurias y asociaciones entre empresas dedicadas a la obra pública. La OA, incluso, solicitó a la Justicia Federal que investigue el patrimonio de Neme y de su familia.

Macri y Manzur darán su discurso. Posiblemente, soslayarán los problemas y las quejas que la sociedad grita hasta en las canchas de fútbol. Una apuesta al relato por sobre la realidad.

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