Al "Santo" le cuesta caro tanta "generosidad"

Al "Santo" le cuesta caro tanta "generosidad"

San Martín es el equipo de peor rendimiento en el torneo durante los primeros tiempos. Una de las claves por las que el equipo no logra dar el salto.

CERCA. Forestello mira cómo Ismael le gana a Nicolás en el duelo de Benegas. la gaceta / hector peralta CERCA. Forestello mira cómo Ismael le gana a Nicolás en el duelo de Benegas. la gaceta / hector peralta
25 Febrero 2018

San Martín no logra dar el salto necesario para pelear por objetivos importantes en la B Nacional y sufre horrores. Pero nada es casual. Hay datos certeros que indican que al equipo le cuesta mucho ganar los partidos y, sobre todo, tomar el control total en cada uno de los encuentros, un aspecto infaltable a la hora de sacar credencial de candidato en un torneo tan parejo el actual.

Al “Santo” parecen haberle tomado el tiempo sus rivales. Así lo indican los números, tan fríos como contundentes. El equipo dirigido por Rubén Forestello, quien por ahora no pudo cortar una constante en lo que fue la era de Diego Cagna, es el de peor rendimiento durante los primeros tiempos.

Publicidad

San Martín nunca pudo irse al descanso ganando en estas primeras 15 fechas. Empató nueve y cayó en seis. Pero eso no es todo; hay más datos que explican por qué le cuesta tanto hacerse amo y señor de los juegos y del certamen, claro. En esas primeras partes, el “Santo” sólo marcó un gol -fue de Tobías Albarracín, en contra de su valla, en el duelo contra Quilmes- y, como contrapartida, recibió nueve tantos durante idéntica cantidad de minutos.

En esas estadísticas salta a la vista un defecto grande: San Martín no logra golpear de entrada y los rivales le “copan” la parada y lo llevan a un juego que a los dirigidos por Forestello no le gusta nada. Todos saben cómo complicarlo; aguantan los primeros tiempos, se cierran de mitad hacia atrás bloqueándole los caminos que conducen al gol y, si pueden golpean de contragolpe.

Publicidad

De esa manera, si ese plan sale correctamente, el “Santo” entra en la nebulosa, se acelera, lo carcome la ansiedad de sus hinchas lo que genera un combo que termina siendo letal. Eso da pie a la segunda parte de una estrategia repetida por todos los visitantes que pisan Bolívar y Pellegrini. Una táctica que enerva a jugadores y a hinchas, pero que tiene un sólo culpable: San Martín. Con el resultado a su favor, los rivales hacen todo el tiempo del mundo y el caos emocional empeora aún más.

Eso es una consecuencia de que San Martín no logra descifrar la manera de ser protagonista en los partidos. En una tabla que refleje solamente los resultados de los equipos obtenidos solamente durante los primeros 45 minutos, San Martín se ubica último. Esto es así porque el “Santo” es el club de peor rendimiento entre los 25 que luchan por algunos de los dos ascensos a Primera. Durante ese lapso, sumó nueve unidades sobre 45 posibles, la tercera parte de lo que sacaron Villa Dálmine o Atlético Rafaela, dos de los animadores de la B, durante idéntico período.

“Hay que ser contundentes y verticales. Ojalá podamos lograrlo a partir del lunes, con buenas intenciones y un buen resultado. Y después que eso se generalice en el ambiente”, explicó Forestello, sabiendo que lo que produce su equipo dentro del campo influye directamente en el ánimo de los hinchas que suelen copar las tribunas de La Ciudadela.

El duelo contra Santamarina, mañana a las 20.30, es fundamental en todos los aspectos. San Martín necesita volver a ganar para acomodarse en un torneo al que no puede agarrarle la mano. Pero, además, necesita cambiar el chip; ser punzante y agresivo desde el arranque, golpear primero a su adversario y acostumbrarse a jugar con el resultado a su favor. Ese parece ser el mejor camino para todo equipo que intenta ser candidato en un torneo y, si San Martín lo consigue puede matar dos pájaros de un tiro: encontrar la regularidad y echar por tierra los planteos mezquinos y calculadores que sus enemigos se saben de memoria.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios