
El ex juez de la Corte Suprema de la Nación Eugenio Raúl Zaffaroni volvió a expresar sus deseos de que el gobierno de Mauricio Macri finalice antes de 2019, y en función de esos dichos, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, consideró que el jurista representa "una visión antidemocrática", y estimó que no debiera seguir como integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Se reaviva así una polémica idéntica a la del mes pasado, y con los mismos protagonistas: Zaffaroni blanqueó entonces públicamente su aspiración a que Macri salga del poder en forma anticipada, y Garavano, en representación del Gobierno, reclamó al jurista que se fuera de la CIDH.

"Si se van antes (por al actual Gobierno), vamos a tener menos deuda, vamos a poder resolver el problema. Es un deseo, puede ser que se vayan en 2019, total hay un año de diferencia, pero esto nos lleva a una catástrofe social", señaló Zaffaroni, durante una entrevista televisiva con C5N.
Por su parte, Garavano, consideró que Zaffaroni presenta una visión antidemocrática que los argentinos dejaron atrás, además de acusarlo de "insistir con posturas políticas dudosas. Desprestigia a todo el sistema interamericano de Derechos Humanos. No debiera seguir siendo juez de la CIDH", subrayó en declaraciones al portal del diario Clarín.

En tanto, figuras políticas y dirigentes cercanos al oficialismo repudiaron los dichos de Zaffaroni a través de las redes sociales y los medios de comunicación.
"Eugenio Zaffaroni" Zaffarono quiere que MM se vaya antes, para poder volver a alquilar sus departamentos como prostíbulos. Quiere asegurarse una vejez tranquila .
— Eduardo Amadeo (@eduardoamadeo) 13 de febrero de 2018
Hola. Soy el doctor Zaffarrancho. Esto no termina bien. No terminó bien en 1982, cuando era juez de la Dictadura, ni terminó bien en el 2001, cuando era funcionario de la Alianza. Si sigo en la Corte Interamericana, se funde la OEA. #ZaffaroniMufa
— Fernando A. Iglesias (@FerIglesias) 14 de febrero de 2018
El entonces ministro de la máxima instancia del Poder Judicial había cedido a una inmobilaria el arrendamiento de unos departamentos que eran de su propiedad, en los cuales se ejerció la prostitución.
"A este Gobierno nadie lo puede desestabilizar, la oposición está dividida y el sindicalismo no tiene fuerza. No deberían agitar fantasmas. No voy a renunciar a la CIDH porque cuando se plantea un caso contra Argentina me excluyo. Es una regla ética que seguimos todos los que formamos el tribunal", subrayó el ex juez.
En cualquier caso, cuando todavía continuaban las repercusiones por aquella intervención de Zaffaroni, el ex integrante del máximo tribunal volvió a predecir que "esto no termina bien, nunca termina bien", al evaluar el plan económico aplicado por el oficialismo, que le dio pie para trazar un paralelismo con otros momentos de la historia argentina reciente.