Dos jóvenes y un falso policía asaltaron la casa de un médico

Dos jóvenes y un falso policía asaltaron la casa de un médico

Los ladrones, que dijeron ser pacientes, maniataron con precintos a toda la familia. Se llevaron más de $ 60.000, celulares, relojes y una Play Sation 4. La familia adelantó que reforzará la seguridad.

LA VIVIENDA. El consultorio está ubicado en la parte de adelante de la casa de los odontólogos. LA GACETA / FOTO de ANALÍA JARAMILLO LA VIVIENDA. El consultorio está ubicado en la parte de adelante de la casa de los odontólogos. LA GACETA / FOTO de ANALÍA JARAMILLO
05 Febrero 2018

“Fue planeado, nos habían estado espiando y sabían nuestros movimientos”, dijo Luciana Lemme, hija de los odontólogos Horacio Lemme y Mónica Heredia, mientras relataba los 40 minutos de pesadilla que vivió junto a su familia el viernes por la mañana.

Tres hombres, uno de ellos vestido de policía, y una mujer ingresaron a su casa, ubicada en la calle Rivadavia al 1.500, en la capital. Allí, los ataron con precintos, los amenazaron y robaron sus pertenencias.

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De acuerdo al testimonio de Lemme, el jueves por la noche, dos muchachos se presentaron en el consultorio de sus padres, que se encuentra en la entrada de la vivienda, para ser atendidos. Sin embargo, como era muy tarde, el especialista les dijo que volvieran al otro día. Ellos afirmaron en ese momento que estarían allí a primera hora. Cerca de las 8 del viernes, cumplieron y se presentaron en la oficina de trabajo. Mientras uno de ellos era atendido por el odontólogo, llegaron un policía y una mujer, quienes también dijeron que querían ser atendidos.

En el momento en que el odontólogo quiso atender a la mujer, tres pistolas apuntaron a su cabeza. Uno de los jóvenes se quedó con la mujer y el médico, en el consultorio; mientras que los otros entraron a la casa. En la cocina encontraron a la otra odontóloga, Heredia, a quien ataron y llevaron con su esposo. Entre los retenidos también había una empleada doméstica, que les dijo que la única persona que estaba en la casa era Luciana.

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“Yo estaba durmiendo tranquila. De la nada, abro los ojos y tenía a un policía apuntándome con un arma”, contó la joven, quien aseguró que en esos segundos no entendía lo que estaba pasando. “Cambiate y salí”, fueron las ordenes del supuesto uniformado.

Lemme recreó que salió de su habitación y vio a su empleada doméstica atada con precintos, escoltada por un hombre que no conocía. “Me empecé a preocupar, les repetía que quería ver a mi papá y ellos me llevaron”. La joven aseguró que se sorprendió con la escena que presenció: “mis papás estaban tirados boca abajo en el piso, sus pies y manos atados con precintos, tenían la boca tapada con una tela. Un tercer hombre los apuntaba con una pistola”, describió angustiada.

Posteriormente, los desconocidos la llevaron de habitación en habitación en busca de objetos de valor. Se llevaron una Play Station 4 con dos días de uso; camisetas de fútbol de sus hermanos; dos relojes; notebooks; y celulares que guardaban en un bolso.

Al llegar al cuarto de sus padres, los asaltantes encontraron una caja de seguridad. Lemme explicó que empezaron a presionarla para que les diga la clave y cuanto dinero había dentro, datos que ella desconocía. Frente a esa respuesta, los hombres la ataron con precintos, le taparon la boca y comenzaron a amenzarla: “bajala, así le pegamos un tiro y habla el padre”.

Siempre de acuerdo al testimonio de la víctima, en ese momento sonó el timbre por tercera vez esa mañana. Era un amigo de su padre, Carlos Medina, quien tenía turno para las 8.30. Apurados, los ladrones agarraron la caja fuerte sin abrir, hicieron pasar a Medina y lo ataron al igual que a los demás. También robaron sus pertenencias.

Rápidamente, los hombres agarraron el bolso, la caja fuerte y se dieron a la fuga. Los jóvenes que entraron primero se fueron en una motocicleta; mientras que el “policía” y la mujer se fueron caminando. Al parecer, un auto los estaba esperando a una cuadra de distancia.

La médica fue la primera en librarse. Desató a sus familiares y llamó a la Policía.

La joven aseguró que, a pesar de que su padre volvió a atender al público ese mismo día, “por el momento sólo atenderían a pacientes conocidos con turnos”. Por último, la familia tiene intenciones de instalar cámaras de seguridad y espera ver las filmaciones de los equipos de la zona.

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