Un viaje onírico por el pasado de los quilmes

Un viaje onírico por el pasado de los quilmes

Un equipo de producción filmó en escenarios naturales y con actores nativos las imágenes que ahora se ven en el Centro de Interpretación.

DE NOCHE. La luna y su reflejo en las piedras ceremoniales. la gaceta / fotos de antonio ferroni DE NOCHE. La luna y su reflejo en las piedras ceremoniales. la gaceta / fotos de antonio ferroni
02 Febrero 2018

Primero la Pachamama. Los invitados, los ministros, el Gobernador y el vice pueden esperar. Pero la Madre Tierra, no. Por eso, antes de cortar la cinta, antes de aplaudir por una obra que deja pasmado al que la ve, hay que pedir permiso a la “Pacha” que todo lo da y todo lo quita. Así, con una ofrenda de frutos y una apacheta, comienza este acto por un sueño cumplido.

Es el sueño de Moisés González, uno de los guías del sitio arqueológico Ciudad Sagrada de los Quilmes. Hasta hace unos meses, Moisés trepaba como cabra con los turistas hasta la punta de la ciudadela, contando a viva voz la historia de su pueblo. Ahora lleva zapatos, pantalón de vestir y una camisa de riguroso blanco con una inscripción bordada: Centro de Interpretación de la Ciudad Sagrada de los Quilmes. Con logo y todo.

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“Para nosotros, los quilmes, es un sueño hecho realidad, porque esto realza el valor de nuestra Ciudad Sagrada. Con los videos y los sonidos el turista puede conocer la historia de nuestro pueblo y después sí, recorrer el sitio, que es uno de los más importantes del mundo”, dice Moisés, esperando que ingresen los primeros visitantes.

Adentro también parece un sueño. Un viaje onírico y serpenteante como el río Santa María (o Yokavil), que permitió la fertilidad del suelo y que por esas tierras se alzara la nación de los quilmes, que las habitó desde el siglo X hasta la llegada del invasor español.

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Una sala dedicada a la tierra y otra a la noche permiten no sólo enterarse, sino experimentar de algún modo el vínculo que tuvieron los nativos con lo que tenían debajo de sus pies y arriba de su cabeza. El valor de la creación. El respeto, la devoción y el agradecimiento eterno a la Pachamama. Con dos videos de tres minutos cada uno, lo que se siente es orgullo y admiración.


Historia de la resistencia

A mediados del año pasado, Quilmes se había convertido en un set de filmación. Un equipo de producción filmó en escenarios naturales y con actores nativos las imágenes que ahora se ven en el Centro de Interpretación. Están ahí, los descendientes del pueblo valeroso poniéndole el cuerpo a su propia historia, desde que se constituyeron como nación, la permanente resistencia armada ante los invasores de su tiempo y también la debacle ante un conquistador llegado desde un futuro en el que las armas escupían fuego y el metal arrodillaba al más fuerte. Después, la larga caminata de un año hasta el río de La Plata, un destierro al que sobrevivieron 800 de los 2.600 que emprendieron el éxodo forzado. Todo eso, resumido en un video de 13 minutos hace que cuando se prendan las luces del auditorio, más de uno intente sin caso disimular las lágrimas.

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Pasado presente

“Peregrinos de la historia, los quilmes siguen de pie. Están acá”, dice uno de los pasajes de la reseña audivisual. Peregrinos de la historia. Nunca mejor dicho, porque hace 11 siglos que los quilmes caminan la historia y ahora sí, se sienten orgullosos al contarla. “Este Centro de Interpretación es un paso más para que nuestra comunidad pueda seguir autoidentificándose como lo viene haciendo. Nos llena de orgullo poder mostrar al mundo nuestra cultura”, dijo David Vargas, uno de los miembros de la comunidad que participó de la construcción desde el momento inicial.

“Hermmmmoso”, con muchas m. Así describe Dalila González el nuevo Centro de Interpretación mientras recorre las salas y se sorprende con algo tan cotidiano para ella como es la sombra de los cardones sobre la montaña. Adora verlo recreado en un diorama gigante, una maqueta con luces y sonidos que representa del amanecer hasta el ocaso sobre la Ciudad Sagrada.

En esa misma sala, llamada “La vida entre la guerra y la paz”, se representan con animaciones y audio escenas cotidianas de los 14 pueblos que conforman Quilmes. Los cultivos, el agua que sin ser bendita es una bendición cuando llega, los frutos, la guerra perpetua de los ancestros, la lucha actual por mantener las raíces. Todo eso, el pasado hecho presente, le suman emes al “hermmmmoso” de Dalila. “No me imaginaba que pudiera quedar tan lindo”, dice con los ojos destellantes de alegría.


Sensaciones en guerra

La joya más preciada de la corona será, para muchos, el laboratorio abierto del Centro de Interpretación. Es una sala completamente vidriada y acondicionada donde se atesoran, estudian y restauran las piezas arqueológicas halladas en el propio sitio. Una delicia para los arqueólogos que visitaron ayer por primera vez el centro y no pudieron evitar babearse ante este detalle. También se trata de una caña para pescar talentos de los estudiantes que recorran el sitio y, quién sabe, les pudiera despertar un interés oculto al ver a los especialistas trabajando en vivo.

Un par de pantallas muestran pies que caminan, que sangran, que sufren. Pies desterrados que se marchan a una tierra sin promesas. El éxodo quilmeño desgarra y no por casualidad se lo presenta junto al legado patrimonial que se conserva en el sitio y que se salvó de la destrucción de los españoles. Así, con un manojo de sensaciones en guerra se termina el recorrido.

Sólo falta una buena ruta

Una novia vestida de blanco parada sobre un altar de oro, en un desierto remoto e inaccesible. Algo así es en este momento el nuevo Centro de Interpretación de la Ciudad Sagrada de los Quilmes, un cofre del tesoro al que para ver brillar hay que recorrer 100 kilómetros por buen asfalto desde Tucumán hasta Tafí del Valle, otros 70 kilómetros de pésimo asfalto hasta Amaicha y finalmente cuatro más por ripio, desde la ruta 40 hasta el acceso a la ciudad sagrada.

Ahora Quilmes se ha convertido en una visita obligada para los turistas que lleguen a Tucumán, que no deberían irse sin conocerlo. Pero para eso es necesario que la postergada obra vial, la ruta Tafí-Amaicha, finalmente se haga.

“Nosotros confiamos en que acciones como esta, la construcción de un centro que se pone a la altura de los mejores del mundo, deben ser un motor que impulsen las acciones de otras áreas. Ahora Quilmes no es que necesita, sino que exige accesibilidad”, admite Elena Colombres Garmendia, vicepresidenta del Ente de Turismo, en diálogo con LA GACETA. “Vialidad tiene conflictos con la licitación de esa obra, pero esperamos que con este empujón comiencen a resolverse esos problemas”, agregó.

Otro de los puntos que comenzará a ser una exigencia es recuperar y explotar la hostería y el restaurante de Quilmes, que están cerrados desde el desalojo al empresario Héctor Cruz, en 2007. “El conflicto legal ya está absolutamente solucionado, por ese lado no hay ningún impedimento para trabajar en la hostería. Pero la prioridad era el centro de interpretación. Lo que sigue es mejorar el paseo de artesanos, luego el restaurante y finalmente el hotel. El objetivo es que el turista venga, conozca, pero que también tenga servicios y permanezca el mayor tiempo posible”, explicó la funcionaria.

Motivo de orgullo

Cuestión de Estado.- La mitad del gabinete del gobernador Juan Manzur estuvo presente en el acto de inauguración. También asistieron un representante del Ministerio de Turismo de la Nación, miembros de la comunidad de los quilmes, representantes del sector privado turístico y delegados comunales de la zona.

Proyección internacional.- “Esta es una fiesta colectiva en la que todos somos anfitriones y todos somos invitados. Se dijo muchas veces que Quilmes es una joya en bruto y ahora con esto comienza a brillar”, dijo el presidente del Ente de Turismo, Sebastián Giobellina.

La historia de los abuelos.- “Me siento orgulloso de que esto esté pasando en mi territorio. Esta es una historia que nos transmitieron nuestros abuelos y a nosotros nos enorgullece poder contarla”, destacó José Díaz, delegado comunal de Colalao del Valle.

Entre los mejores del mundo.- “Sentimientos de injusticia, tristeza, emoción, orgullo... todo eso produce este recorrido. Este Centro de Interpretación está, sin lugar a dudas, entre los mejores del mundo. Es una posibilidad de mostrarle al mundo que somos un país rico en turismo y en calidad humana”. (Aldo Elías, presidente de la Cámara de Turismo Argentina).

Mostrarle al mundo.- “Iniciativas como estas recuperan lo mejor que puede tener un pueblo, que es la esperanza. No tengo dudas de que vendrá mucha gente a conocerlo y que les vamos a mostrar con orgullo nuestra historia. Yo me comprometo: vamos a mostrar esto al mundo”. (Juan Manzur, gobernador de Tucumán).

Salmón y locro.- Después del acto, la fiesta. Los invitados disfrutaron de un sofisticado lunch servido por Graciela Bolognini, que incluyó fiambres premium, canapés con carnes de caza, unas irresistibles empanadas fritas y bagels de salmón, entre otros platos. En paralelo, en la zona del paseo de artesanos, había un almuerzo criollo con locro, vino, bombo, guitarra, bandoneón y cantores; en dos largos mesones compartieron la comida miembros de la comunidad de Quilmes y los turistas que se acercaron.

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