Cartas de lectores
30 Enero 2018

Juego compulsivo

Aprovecho este espacio para llevar un mensaje de fe y optimismo para todos aquellos jugadores compulsivos que no pueden parar de jugar.Tengo 60 años, soy casado y padre de tres hijos y soy abuelo de dos nietos. Comencé a jugar en forma compulsiva desde muy niño, me llevaba todas las bollillas o ninguna; lo mismo con las figuritas de cartón, cuando jugaba un partido de fútbol y mi equipo iba perdiendo me llevaba la pelota; cuando jugaba al “arquerito”, con una bola de acero, me quedaba a seguir jugando, a pesar de haber sonado la campana para el ingreso a clase.Desde niño ya tenía los rasgos de ser obsesivo compulsivo. Pasó el tiempo y seguía jugando:quiniela, prode, casino y tragamonedas. Después de cada juego me decía a mi mismo: “así no puedo seguir, debo buscar ayuda para salir de todo esto”. El remordimiento comenzaba a calar en lo más profundo de mi ser; no tenía fe y esperanza, me encontraba agotado emocionalmente y en mi interior sentía un gran vacío como si no tuviera Dios, patria ni hogar. De esa forma (piltrafa humana), llegué al Grupo de Jugadores Anónimos Tafí Viejo, sito en Perú Sur y Avenida Roca (al frente de la rotonda). Los compañeros me hicieron sentir como un miembro antiguo del grupo lo que me dio la voluntad para seguir asistiendo a las reuniones los días miércoles y sábados. Hoy llevo tres años de abstinencia al juego, he recuperado a mi familia, a mis amigos, he mejorado en mi trabajo y por sobre todo esto encontré nuevamente a Dios, al cual le agradezco infinitamente por haberme sacado de ese infierno que representa el juego compulsivo. Si usted es jugador compulsivo o tiene algún conocido que lo sea, concurra a las reuniones, las mismas son totalmente gratuitas.

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Carlos Andrada


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El aumento del boleto urbano

Con mucha preocupación escucho en los medios de comunicación el avance de las gestiones por el aumento del precio del boleto del colectivo, argumentando algunas empresas sus gastos de inversión en las flotas. Hasta acá entiendo. Pero son muy pocas las que hicieron la renovación completa de sus coches, con aire acondicionado y rampas para discapacitados. Esas empresas cumplieron con lo prometido las veces anteriores que pidieron la suba de los boletos. En cambio, como caso excepcional, la línea 11, la que uso todos los días, no renovó nada. Siguen con las unidades en mal estado en general. Los asientos están rotos, falta de higiene, durante las lluvias el agua cae adentro de los coches, y, como si eso fuera poco, no cumplen con los horarios. ¿Quién controla todas estas irregularidades? ¡Y que las empresas no se quieran comparar con las de Córdoba! Esa provincia tiene el mejor servicio de transporte público de pasajeros. Si tienen ese precio que mencionan los de Tucumán, es porque aquellos invierten en calidad y frecuencia mayor; comparen y verán la diferencia. Espero que esta vez a la línea 11 la puedan renovar completamente. Es inhumano viajar en las actuales condiciones.

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Angela Bazán

Olleros 2.131, Barrio 11 de Marzo

El Pami y el derecho a la salud

El derecho a la salud es un derecho multidimensional, personalísimo, dentro del derecho a la vida, protegido por la Constitución Nacional, las leyes nacionales, los códigos de ética de las asociaciones médicas en la Argentina y reafirmado por la amplia y profunda jurisprudencia que en líneas generales dice: “cuando el derecho a la salud está en juego, el paciente tiene derecho a elegir la institución donde va a asistirse más aun si se trata de sus médicos tratantes”. Pero el PAMI hace todo lo contrario. Mi esposa, afiliada a esta obra social, sufrió el cambio de prestador sanatorial en tres oportunidades en los últimos tres años. La ultima violación de sus derechos hace unas semanas, lo que la priva del contacto con los médicos de su elección. Durante una urgencia debió ser asistida por otros médicos y en una institución diferente a la que venía concurriendo. He recurrido a la queja por el sistema informático, mediante nota a la delegación local y personalmente, sin obtener respuestas. Lo único cierto es que a una padeciente la agravan y la agravian más, privándola del derecho a la salud y a la vida en un momento en que su padecimiento es más complejo, sin ninguna razón medica ni legal. No sólo no encontré soluciones en la agencia local; recibí también agravios y no encontré funcionarios médicos que pudieran resolver una situación donde el tiempo es lo que falta. Violentado moralmente, debo hacer pública esta situación reclamando la restitución del prestador médico-sanatorial solicitado en nota 103/2018-001A, y que cesen de poner en riesgo la salud y la vida de mi familiar. Mi reflexión es que en un organismo donde se resuelven situaciones de salud y de vida, los responsables deben ser médicos. Tienen criterio científico y límites éticos.

Hugo Ceferino Díaz

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Paro bancario

Cuando el 25/01/18 fui a cobrar mis haberes jubilatorios en un Banco de Crisóstomo Álvarez al 1.000, por un conflicto interno en esa institución dirigentes de la Asociación Bancaria impidieron el ingreso de casi 200 personas que desde hora temprana esperábamos en la vereda bajo la lluvia. Estaba al frente de esa obstrucción quien se dice secretario general de dicho gremio, el señor Bourlé, con cuatro o cinco personas portando banderas de la Asociación. Después de algún diálogo áspero y ante la impotencia de no poder ingresar, nos dieron un número para ser atendidos al día siguiente. Les increpamos que no tuvieron en cuenta que había personas en silla de ruedas, con muletas y bastones, con problemas de vista y los propios de una persona mayor como yo; sin contar los gastos de traslados de ida y vuelta que nos ocasiona poder llegar. Entonces pregunto: ¿para qué lado juega Bourlé? Como gremialista defendió a sus afiliados pero se burló de los jubilados que volvimos a nuestras casas sin un peso en el bolsillo. Con esta actitud, por lo tanto, aseguró su sueldo de sindicalista. Y cuando ejerce como legislador ¿a quién debe defender? Mientras por un lado defiende a algunos perjudica a otros. ¡Señor Bourlé, le digo: “no se puede estar en la procesión y tocar la campana”! Decídase por uno de los cargos que ocupa, ya que son incompatibles. Y si ese conflicto laboral fue por el despido de un empleado, analice los motivos que lo ocasionaron y no disponga de un paro “a su antojo”, sin medir el perjuicio que ocasiona a muchos jubilados. ¡Merecemos respeto!

Mario Julio Ossan

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HLB: abuso e irresponsabilidad

Aprovechando este espacio que nos cede LA GACETA, quiero solidarizarme con la carta del lector Julio Cavallaro (27/01), referida a la enfermedad letal que afecta a todo el género citrus, denominada HLB. Me parece vergonzoso que una empresa de la provincia de San Juan importe limas del Brasil, país donde está presente la enfermedad, y la comercialice en el Mercado Central de la provincia de Buenos Aires. Evidentemente, a los porteños y a los sanjuaninos les importa un bledo la citricultura del NOA y del NEA, desconociendo la importancia que tienen las economías regionales. En el caso de Tucumán, la citricultura es la segunda actividad agroindustrial, después de la caña de azúcar. Produce anualmente 1,3 millón de toneladas de fruta fresca (limón), en alrededor de 40.000 hectáreas cultivadas, una treintena de empaques para exportación y otros tantos designados para el mercado interno. Tucumán es el primer productor a nivel nacional y el primer exportador de productos derivados de la materia prima: cáscara deshidratada, jugos concentrados, aceites esenciales, entre otros productos. Por lo descripto precedentemente, solicito al sector productor de la provincia, al Gobierno provincial y al Senasa, que tomen cartas en el asunto y no permitan el abuso denunciado por el lector Cavallaro, sino la aplicación de la legislación vigente, decomisando y destruyendo la mercadería que puede ser portadora del HLB.

Jacinto Barrionuevo

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Publicidad con errores

En páginas enteras, a todo color, puede leerse desde principios de la temporada, un enorme aviso, redactado por encargo del Ministerio de Turismo de la Presidencia, publicitando una playa en la provincia de Río Negro. La foto correspondiente muestra un soleado paraje, de solitaria belleza y pocos seres humanos, lo cual es ya una ventaja. Loable la intención de promocionar el turismo en nuestro país, por caro que resulte frente a playas extranjeras. Sin embargo, las blancas letras superpuestas evidencian la ignorancia del anónimo redactor. “Pasa tus vacaciones en un lugar que sabés pronunciar”, reza la leyenda. Veamos: ¿qué es pronunciar un lugar? La palabra significa emitir sonidos para hablar o, en acepción más abstracta, manifestar rebelión o adhesión pública. Pronunciar un lugar es una aberración idiomática, que en este caso se reproduce a diario en todo el país. Obviamente, se quiso expresar “veranea en un lugar cuyo nombre sabes pronunciar”. Pero...a alguien le pagaron para redactar ese aviso. ¿Tendrá sexto grado aprobado el redactor? El tuteo a que nos somete ya es molesto, pero el error, garrafal. Quizá las estadísticas, números y porcentajes nos estén llevando a una no-escritura; por favor, que esto demore.

Ignacio Páez de la Torre

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