Los caballos cerreños se lucieron en Raco

Los caballos cerreños se lucieron en Raco

Cargado de tradición y costumbres familiares, este fin de semana concluyó el festival. La lluvia hizo suspender la entrega de premios

DESFILANDO. Los niños se destacan arriba de sus caballos en la prueba de riendas para menores de seis años.  DESFILANDO. Los niños se destacan arriba de sus caballos en la prueba de riendas para menores de seis años.
29 Enero 2018

“En mi pago de Raco/ en el campo de la zanja / cuando se siembran penas/ se cosecha una esperanza”, canta Atahualpa Yupanqui en “La Raqueña”, una canción que plasma la esencia tradicionalista de Raco al igual que su ya clásico Festival del Caballo Cerreño, que se realiza todos los eneros.

En esta XXII edición del evento, el público pudo disfrutar de un fin de semana cargado de competencias de caballos, exposiciones de jinetes y shows de artistas locales por las noches.

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Monturas antiguas

La celebración comenzó en 1996 y desde entonces fue afianzándose en paralelo a las tradiciones e historias familiares de los pobladores de Raco.

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“Para la fecha muchos desempolvan las monturas de sus antepasados como abuelos o bisabuelos, el festival tiene algo de pintoresco en eso. Se puede participar con cualquier montura pero aparecen prendas viejas reparadas. El evento consiste en la tradición y en las raíces personales que hay detrás”, comentó Oscar Colombres, miembro de la Comisión del Caballo Cerreño.

“A los jóvenes de hoy el padre les da un auto pero a mí cuando era chico me dieron un caballo. Ese era el medio de movilidad que teníamos de chicos y, para mí, fue incluso mucho más lindo que un vehículo. Montábamos el caballo en pelo, visitábamos amigos, hacíamos cabalgatas y subíamos por las cumbres. Solo teníamos que cargar una alforja con comida y éramos los dueños del mundo”, recordó. Al igual que muchos de los participantes, Oscar destacó la importancia de transmitir de generación en generación el mismo cariño que les inculcaron sus familiares hacia los caballos.


Preparación

“Es continuar y concretar la herencia y tradición, el protagonista principal de la fiesta es el caballo”, explicó Alejandro Padilla, organizador del evento para las cuestiones ecuestres. Por su parte, el jinete Gonzalo Domingo de Prada recalcó el valor de la preparación previa al concurso. “Lo que más me gusta es cuando la semana anterior se comienzan a limpiar las riendas y monturas, a acomodar los caballos y se inician las prácticas”, comentó.

Este año Gonzalo participó con “Pelito de Oro”, el caballo de su esposa y disfrutó de la competencia junto a su hijo de siete años y sus sobrinos. Para las competencias se anotaron 220 caballos, de los cuales 80 estuvieron acompañados por niños. “Pueden participar personas de cualquier edad”, recalcó Alejandro, y aclaró que hay categorías para los menores de dos años y para niños de hasta 12.

Programación

El festival comenzó el viernes pasado con las pruebas de trabajo en hacienda. Los jinetes realizaron actividades como sortear tambores, abrir puertas y cerrar tranqueras.

Al día siguiente se realizó la “Prueba del Volcán” en El Volcán (Campo de las Zanjas), un área natural con diversos accidentes geográficos como ríos, pendientes altas y quebradas similares a las que se encuentran en el cerro.

La competición no requiere de razas específicas, cualquier caballo puede participar, sorteando los obstáculos, para que se evalúe su destreza.

El desafío pudo concretarse, pero la entrega de premios y el desfile, planeados para ayer, quedaron pendientes debido a la lluvia que se extendió a lo largo del día.

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