Un verde al rojo vivo

El mercado se recalentó. Y el verde se tiñó de rojo vivo. Los movimientos del dólar dejan algo conforme a los que comercializan en el exterior, pero no a los que veranean. En lo que va del mes, el tipo de cambio ya se disparó un 7%. No es un dato menor. El billete estadounidense roza los $ 19, algo previsible para algunos, e inesperado para otros. Entre los primeros, consideran que la cotización tiende a normalizarse frente a un atraso cambiario tremendo. En la otra postura, a aquellos que los tomó por sorpresa esta escalada, se inscriben los que viajan al exterior. Creen que, al menos, el paquete turístico puede encarecerse entre un 10% y un 15% en operaciones que se harán bajo el signo del patrón dólar.

Entre ambas posiciones, están las metas que trazó la gestión del presidente Mauricio Macri. La Casa Rosada teme por los efectos residuales de un año que política y económicamente fue bueno. Pero alimenta la escalada del billete estadounidense. El país cierra 2017 a pedir del macrismo, con fortaleza electoral, pero con un costo político bastante elevado debido a los proyectos de reformas previsional, laboral e impositiva, que le hicieron perder consideración popular, según el índice de confianza de la Universidad Torcuato Di Tella. En el plano económico, el Producto Bruto Interno (PBI) terminará en la línea del 3% pautado, (datos del Indec) pero con una inflación que no ha podido ser domesticada; se expandió al menos cinco puntos más de lo que había estimado el Banco Central. El dato de actividad de octubre es más que revelador. Macri llegó a las elecciones aplicando la misma receta que sus antecesores: alentando el consumo, a través del crédito, y el gasto público. Sin embargo, el problema es el arrastre estadístico. En buen romance, 2018 vendrá con la herencia de un anunciado aumento tarifario durante el primer trimestre del año, con un reajuste impositivo que vuelve a poner en la picota la presión fiscal no solo nacional, sino también provincial, y ahora con un dólar en alza que también contribuirá al movimiento de precios de la economía. ¡Que karma el de los argentinos! No hay verano tranquilo, pero sí unas vacaciones que amortiguan cualquier tipo de reclamo, porque la mayoría de la población está de licencia y volverá a protestar en marzo, cuando suene el despertador para ir a trabajar o las campanas para ir a clases.

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¿Qué piensa el Gobierno nacional frente a los movimientos del tipo de cambio? Públicamente no se ha dicho nada en concreto. Pero en la intimidad del poder, algunos funcionarios están más que satisfechos con estos movimientos del dólar. Algunos sostienen que el atraso cambiario era ya insoportable y necesario para evitar otras consecuencias no deseadas en las cadenas de producción y de comercialización del país. Otros indican que era necesario frenar el apetito de inversores a las Letras del Banco Central (Lebac), que han dejando elevados rendimientos a los que apostaron a esta herramienta financiera y a los que el Estado deberá pagarles más temprano que tarde.

Las correcciones del tipo de cambio, a su vez, han sido de algún modo cubiertas por la demanda estacional propia del turismo, del pago del aguinaldo y del cambio de posiciones de los bancos. Pero también hubo un componente político, por los temores que causaron los incidentes previos a la sanción en Diputados de la reforma previsional. Los funcionarios, como los empresarios e industriales, creen que el dólar estaba barato para los precios vigentes en el mercado. En definitiva, a la hora del balance, el costo de las intervenciones oficiales en semejante escenario ha sido nulo. ¿Casualidad? Evidentemente que no.

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Se viene 2018 que también será un año de más correcciones económicas previas a la próxima batalla electoral. Todo los deberes pendientes se harán durante el primer semestre del nuevo año. No es descabellado pensar que el dólar puede encontrar su techo en los $ 20 por unidad. Pero todo dependerá del impacto real del tipo de cambio en la inflación. El Gobierno nacional ha fijado que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 2018 será, en promedio, de un 15,7% y que el dólar debería cerrar en diciembre en torno de los $ 19,30. Claro está que la Argentina debería crecer a un ritmo del 3,5%. La expansión del PBI en este período da la pauta que ese resultado puede lograrse. Pero la inflación seguirá siendo un potro difícil de domar tanto como el apetito de corregir al alza el tipo de cambio.

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