Locura por Maluma en Tucumán: 24 horas de puro torbellino reggaetonero

Locura por Maluma en Tucumán: 24 horas de puro torbellino reggaetonero

Las fans madrugaron para esperar que el colombiano saliera del hotel. Él se instaló en CC por la tarde, listo para brindar el show.

29 Noviembre 2017

El “operativo despiste” dio buen resultado. Pero hasta cierto punto. Si la intención de los productores de Maluma era evitar el amontonamiento de fans en la puerta del hotel donde estuvo hospedado, en principio fue logrado, aunque nunca es suficiente cuando se habla de la furia adolescente por ver al ídolo. Desde las 7 de la mañana de ayer, un pequeño grupo de chicas se apostó en la entrada del Sheraton para ver aunque fuese un tatuaje del reggaetonero colombiano. Mientras, la mayoría de las fans esperaban en el Hilton, donde en realidad estaban alojado el staff de técnicos y los encargados de la puesta.

“Nosotras fuimos primero al Hilton porque es donde se veía más movimiento, pero conseguimos que alguien nos dijera que en realidad Maluma estaba acá, en el Sheraton, y nos vinimos”, confesó Lourdes Dip, de 15 años.

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Bien temprano había llegado también Ludmila Muhic, con una ilusión: que Maluma saliera a decirle feliz cumpleaños. Ayer cumplió 14 y lo que quería como regalo era un saludo del autor de “Felices los cuatro”.


Todo el día encerrado

El colombiano arribó a Tucumán el lunes por la tarde y alrededor de las 17 se instaló en el octavo piso del hotel, frente al parque 9 de Julio. No se movió de allí hasta ayer por la tarde, cuando hizo pie en el Club Central Córdoba, sede del esperado show.

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El cantante, que causa furor en el mundo entero con sus escasos 23 años, se había presentado el sábado en el Orfeo Superdomo de Córdoba y el domingo en el hipódromo de Rosario, en ambos casos con localidades desbordadas, en la recta final de su gira Maluma World Tour.

Camarín “VIP”

Juan Luis Londoño Arias (su nombre real, ahora reemplazado por el artístico Maluma) llegó a Central Cordoba alrededor de las 18.15. Toda la expectativa de los fanáticos -los que habían logrado entrar por algún resquicio al estadio y los que esperaban afuera- estaba puesta en la prueba de sonido. Sería la primera vez que oirían cantar en vivo y en Tucumán al artista que saltó a la fama en América Latina con “La temperatura” y “Carnaval”, dos éxitos de 2014.

Pero no. Maluma no prueba sonido. Para eso tiene un asistente físicamente muy parecido que se sube al escenario para hacer el trabajo de rutina antes de comenzar el show. En esos momentos reinaba la confusión: ¿era o no era Maluma? No, no era. Era su “doble de riesgo”, pero sirvió para entrar en calor.

Si se habla de temperatura, se habla de las bailarinas que acompañan al cantante durante el espectáculo potente y sensual. Con tops, corpiños deportivos y calzas se subieron al escenario para activar la musculatura y ensayar las coreografías de la noche. Algunas bailarinas utilizaron las gradas de Central Córdoba para trotar y entrar en calor.

Desde la siesta comenzaron a llegar los primeros espectadores para anticiparse en la fila y correr a ocupar los mejores lugares en el campo. Pasadas las 20 las puertas se abrieron y comenzaron a llenarse todas las localidades. Las granadas invisibles del merchandising de Maluma no dejaban de volar: afuera, los ambulantes tucumanos que no faltan a ningún show; adentro, solo los vendedores oficiales de la compañía, con vasos y posters desde los $100 hasta canguritos del artista por $900. El veinteañero esperaba su turno para salir a desatar la histeria desde un camarín alfombrado, armado según sus rigurosos pedidos.

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