Lo único que no recuerda es el día que nació. Aparte de eso, todo. Su vida entera está almacenada en su memoria, con cada detalle, fechas y horarios. Y hasta hace unos años Rebecca Sharrock creía que eso era lo normal, lo que les pasaba a todas las personas. Su condición se llama “Memoria Autobiográfica Muy Superior” (HSAM, por sus siglas en inglés) o hipertimesia, y se conoce sólo a 60 personas en todo el mundo que la padecen.
Las personas con hipertimesia pueden recordar sin esfuerzo y de forma inmediata lo que hicieron, lo que llevaron puesto o dónde estaban y a qué hora. Pueden rememorar noticias y acontecimientos con un detalle fotográfico y con una precisión equiparable a una grabación. Y no es algo agradable.

“Recuerdo algo que me pasó cuando tenía tres años. Mis emociones son las mismas que las que tenía a esa edad, aunque mi mente y mi conciencia sean las de una adulta”, explica Rebecca, de 27 años. Esta disparidad entre su cabeza y su corazón la lleva a la confusión y a la ansiedad.
Algunas investigaciones sugieren que el lóbulo temporal (que ayuda a procesar la memoria) es mayor en el cerebro de los individuos con hipertimesia. También tienen más grande el llamado núcleo caudado, que ayuda a aprender. Rebecca participa de dos proyectos de investigación, ya que la hipertimesia puede servir para obtener datos, por ejemplo, sobre cómo los bebés y los niños ven el mundo.

En ese contexto, ella recuerda un episodio de cuando tenía una semana de vida: “Estaba envuelta en una manta rosa. Por alguna razón siempre sabía si era mi madre quien me tenía en brazos. Ella era mi persona favorita y de forma instintiva sabía si estaba con ella”.
Otro ejemplo: “estaba en mi cuna y sólo quería girar la cabeza para ver lo que había a mi alrededor, como el ventilador que estaba al lado. Me fascinaba, pero no fue hasta que tuve un año y medio que dije: ‘¿por qué no me levanto y veo qué podrá ser eso?’”, cuenta Sharrock a BBC Mundo.
Sharrock aprendió a usar los recuerdos positivos para desbancar a los negativos. “Al comienzo de cada mes, elijo las mejores memorias que tuve ese mismo mes de años anteriores”. Y asegura que no quiere cambiar. “Debido a mi autismo, no quiero ningún tipo de cambio. Esta es la persona que soy y que conozco. Quiero seguir pensando y sintiendo de la misma manera que lo hago ahora porque es como siempre lo he hecho. Simplemente me gustaría encontrar formas de llevarlo mejor”, afirma.