Moscú.- El presidente de Chechenia, Ajmat Kadyrov, un estrecho aliado de Moscú, murió ayer como consecuencia de un atentado terrorista perpetrado en un estadio de fútbol de Grozny, en el que se celebraba un desfile conmemorativo de la victoria del Ejército Rojo sobre los nazis en la II Guerra Mundial.
La bomba, colocada bajo el palco en el que estaba la cúpula chechena en pleno, causó la muerte de otras cinco personas, incluyendo a dos guardaespaldas presidenciales, el político Hussein Issayev, un periodista y una niña de ocho años, según datos oficiales proporcionados por el enviado presidencial ruso para la región del sur, Vladimir Yakovlev.
Previamente, otras autoridades habían hablado de 14 e incluso 30 muertos. Entre los heridos, cifrados por Yakovlev en 56, se encuentra el comandante de las tropas rusas en la república caucásica, general Valeri Baranov, quien fue operado de emergencia. Su vida corre peligro, ya que la explosión le arrancó un pie.
Acusaciones
Una segunda bomba sin detonar fue encontrada debajo de los asientos, donde estaba ubicada la cúpula chechena. Las fuerzas de seguridad "peinaron" Grozny en busca de los posibles responsables y detuvieron a cinco hombres, informó la policía.
El ministro nacionalista Taus Dashabrailov responsabilizó por lo ocurrido a los líderes rebeldes Aslan Mashadov y Shamil Bassayev, por considerar que son los únicos capaces de hacer detonar una bomba durante una celebración.
En el "Día de la Victoria" del Ejército soviético en la II Guerra Mundial, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que habrá represalias por la muerte de Kadyrov, de 52 años y antiguo aliado que en la segunda guerra de Chechenia se pasó al bando ruso. La bomba que lo mató estalló en momentos en que Putin asistía en Moscú a otro desfile en la Plaza Roja.
En la II Guerra Mundial triunfó la justicia, dijo Putin a veteranos de guerra. "Y la represalia alcanzará de forma irremediable a los terroristas contra los que combatimos hoy", añadió. (DPA-Reuter)