Casi matan a un rondín para robarle el celular

Casi matan a un rondín para robarle el celular

El brutal asalto que sufrió un cuidador nocturno dejó al descubierto la violencia con la que operan los asaltantes en esa zona. Lo apuñalaron varias veces y le perforaron la mejilla. La víctima reconoció a quien lo atacó, un tal “Porteño”.

ZONA DE ALTO RIESGO. Un grupo de vecinos aseguró que padecen robos de todo tipo y en cualquier horario. la gaceta / foto de diego aráoz ZONA DE ALTO RIESGO. Un grupo de vecinos aseguró que padecen robos de todo tipo y en cualquier horario. la gaceta / foto de diego aráoz
19 Noviembre 2017

Desde hace cinco años, Raúl César Argañaraz (64) recorre todas las noches las calles del pasaje Coronel Murga, entre avenida Belgrano y calle España (barrio El Bosque). En la madrugada de ayer, fue atacado con un cuchillo por dos personas que se movilizaban en una motocicleta y que lo hirieron para robarle el celular. La ferocidad de los agresores fue tal que el sereno tuvo que ser internado en el hospital Centro de Salud con heridas cortantes en el rostro, el pecho, la espalda y los brazos.

Un testigo contó que fueron dos personas quienes atacaron con un arma blanca al rondín. La herida de mayor gravedad fue el ‘puntazo’ que le perforó la mejilla y le lastimó la lengua; pero también sufrió un profundo corte en el brazo derecho y cinco heridas en el pecho y la espalda.

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Angustia

Los vecinos quedaron angustiados y conmovidos por lo ocurrido y afirman que es el cuarto ataque delictivo que sufre el cuidador, quien ya puso más de una vez en riesgo su vida para proteger a los habitantes de ese sector de la populosa barriada, delimitada por calle Italia y las avenidas Mitre, Ejército del Norte y Mate de Luna.

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El ataque al rondín ocurrió en la madrugada de ayer, cerca de las 3, frente a una casa del pasaje Murga al 900. Primero se escucharon gritos y cuando los vecinos salieron, el vigía del barrio estaba tirado en el piso. “Un vecino que salió a auxiliarlo le preguntó: ‘¿Qué te pasó viejo?’. Don Raúl le dijo que lo había apuñalado un tal ‘Porteño’. Luego intentó pararse, pero no pudo”, contó Cristian Herrera, quien luego se trasladó hasta el hospital para informarse del estado de salud de Argañaraz. “Fueron muchas puñaladas, se salvó de milagro porque fue un ataque asesino”, consideró.

Ayer por la tarde, LA GACETA caminó por las calles de la zona donde pudo comprobrar la conmoción que había generado el hecho. “Pobre Don Raúl, apenas podía hablar. Son unos asesinos, lo quisieron matar”, aseguró Alicia Radino, quien administra un grupo de Whatsapp de 26 vecinos que a través de ese sistema de mensajería instantánea se mantienen alertas y se comunican ante cualquier presencia sospechosa en las calles.

“Mantenernos comunicados nos sirve mucho, pero no esta vez”, se lamentó Radino, y agregó: “una mujer escuchó los gritos y miró por la ventana. Vio cuando lo apuñalaban sin piedad y les pidió que lo dejaran. Entonces salió otro vecino y los ladrones escaparon. Una hora después llegó la ambulancia y lo llevaron al hospital”.

Las fuentes consultadas informaron que el rondín permanece internado, aunque se encuentra fuera de peligro. Sin embargo al cierre de esta edición, permanecía hospitalizado en la guardia del Centro de Salud.

Según los vecinos, Argañaraz fue víctima de otro brutal robo hace cinco meses, cuando lo golpearon hasta dejarlo inconsciente para robarle la moto. También aquella vez el sereno terminó hospitalizado como consecuencia de la feroz golpiza.

Vivir con miedo

Los vecinos aseguran que viven en una situación de alerta constante porque los ladrones recorren la zona a toda hora. Muchos solicitaron especialmente no ser fotografiados y que sus identidades no se mencionen por temor a sufrir represalias.

“Vivimos con miedo. Lo que pasa es que ellos (por los asaltantes) son de la zona y a muchos los conocemos y nos conocen. Hay robos de todo tipo, pero sobre todo asaltos callejeros, aunque por las noches es impresionante cómo andan por los techos de las casas; parece la calle 25 de Mayo como van y vienen con total impunidad”, ironizó María Jiménez.

Carmen Herrera amplió: “Los fines de semana, por la madrugada, es peor. Los chicos de otros barrios cercanos vienen de bailar borrachos o drogados y no tienen miramientos en atacarte para quitarte lo que sea. Hay algunos que ya los conocemos porque nos han asaltado varias veces”.

Aunque pidieron no ser identificados, otros habitantes que sufrieron la inseguridad en carne propia contaron sus experiencias. Una chica de 17 años contó que le pusieron una pistola en el abdomen para robarle la moto y que los ladrones eran los mismos que habían asaltado a una vecina. Una mujer contó que a su hija la asaltaron con un arma de fuego para quitarle la mochila. Según explicaron, no hay un horario crítico, sino que los ataques se producen a toda hora, especialmente cuando las personas se bajan o suben a un colectivo.

“En algún momento hicimos reuniones en las que participamos los vecinos y también autoridades policiales y del área de Seguridad de la Provincia. Nos prometieron que iban a reforzar los patrullajes y que habría mayor presencia policial. Parece mentira, pero al otro día me desvalijaron la casa”, se quejó Herrera.

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