Ansiedades teatrales

El último tramo del año genera ansiedad entre los grupos de teatro de la provincia al tiempo que se desacelera con menos debuts que otros meses. Dos actividades concentran la atención del mundo vernáculo de las tablas, que tiene un ritmo de producción que causa admiración en el resto del país, con alrededor de medio centenar de estrenos por año (prácticamente, uno por semana) y una docena de reposiciones espectaculares.

Por un lado, se espera que entre hoy y mañana el Consejo de Dirección del Instituto Nacional de Teatro (INT) apruebe que la Fiesta Provincial de Teatro tenga lugar entre el 20 y el 25 de noviembre, tal como lo propuso in extremis el representante local de ese ente, Roberto Toledo. Este certamen es selectivo para los dos elencos que representarán a Tucumán en la Nacional que tendría lugar en Córdoba y cuatro en total para las giras regionales del próximo año, por lo cual concentra la atención de la mayoría de los elencos.

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Inicialmente, Toledo pretendió modificar el mecanismo de la Fiesta para que todos los grupos interesados puedan participar en una sola ronda, con funciones en la misma semana ante el jurado nacional y así decidir en igualdad de condiciones. Esta idea fue rechazada por las autoridades nacionales del INT, responsable de organizarla y financiarla. Su propuesta deberá esperar hasta 2018 para saber su destino y si se entiende la importancia de estar todos en un mismo plano. Ante la negativa, inicialmente se pensó en hacer la fiesta en dos rondas; luego una sola en diciembre, y al final se optó por repetir el sistema tradicional de predefinir mediante videos a 15 obras para la competencia (serán las que el jurado verá en vivo).

Las reservas nacionales a la iniciativa se vinculan con la cantidad de obras por chequear. Se calcula que unas 35 puestas estarán en condiciones de competir en esta edición, lo que obligaría a los jueces a asistir a cinco por día durante una semana sin descanso, o en pensar en más fechas, lo que dispara los costos para esta instancia a la atmósfera. La cifra es determinante. Ninguna otra provincia del país (con excepción de Mendoza, Cordoba, Santa Fe, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) supera los 15 estrenos por año, una cuarta parte de los tucumanos, y en algunas de la región no se llega a la media docena. De allí que hay varios grupos que se repiten ganadores de año a año, y llegan a la Fiesta Nacional.

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Por supuesto que no se debe sancionar a un distrito por su gran labor artística sino, por el contrario, debería ser premiado. Si bien se lo reconoce con mayor presencia en la Nacional (la mayoría de los distritos sólo lleva un elenco pero los destacados, dos -como Tucumán- o tres) pero también correspondería avanzar con otra clase de beneficios como admitir la propuesta de Toledo, que apunta a poner a todos en situación pareja, aumentar la presencia y potenciar sus crecimientos. Tal vez sea momento para reclamar un tercer espacio para los tucumanos en la Fiesta.

Toledo tiene decidido además avanzar con una discriminación positiva. Así como hay una ley de cupo femenino que facilita a las mujeres ser candidatas y acceder a las bancas legislativas en la busca potenciar su presencia en la política, el delegado del INT pretende apuntalar la actividad teatral en el interior tucumano con espacios reservados para los elencos de los municipios de fuera de la capital en la Fiesta provincial con preselección de diciembre. Aún no se anunció cuantos serán, pero la decisión está vinculada con el reconocimiento a una constancia de trabajo artístico en condiciones precarias en comparación a las de San Miguel de Tucumán y a la persistencia de la voluntad. Él lo sabe en carne propia: su labor en Aguilares lo instaló en el panorama local en tanto heredero de una tradición inaugurada por Edith Sesma.

Actores a las urnas

Así como la Fiesta Provincial será en este mes, el 2 de diciembre se hará la cena de gala de entrega de los premios Artea (Arte Teatral), que entrega la filial local de la Asociación Argentina de Actores.

En este momento el gremio se encuentra enfrascado en un proceso electoral interno, con elecciones el lunes 13 de noviembre. La conducción nacional está ejercida por la kirchnerista Alejandra Darin (la hermana del multipremiado Ricardo Darín) y en Tucumán por Jaime Mamani, también de identidad peronista (al igual que Toledo). Más allá de las simpatías políticas, acá están en juego los niveles de gestión con eficacia y eficiencia. La ideología siempre está presente por encima aún de las preferencias partidarias en los cuartos oscuros, pero también hay necesidades concretas de un sector en crisis. Darín tiene rival: es el actor Derli Prada, que representa a un colectivo de varios grupos internos que no comulgan con la posición de su presidenta.

La puja electoral de los actores llega a la conducción local ya que el mandato de Mamani también fenece a fin de año. Sin rival a la vista, buscará la reelección por tres años más de mandato para lo cual se asienta en repetir casi la misma Comisión Directiva que actualmente lo acompaña, con un cargo de reemplazo como minimo: Toledo era su secretario del interior hasta que asumió en el INT. Para facilitar la participación de los socios, en asamblea se aprobó una moratoria de las deudas por cuotas societarias, lo que (en sí mismo) denota la precariedad económica del sector.

Mamani es hiperactivo en acompañar a los actores en cuanta obra, estreno y acto haya, con fuerte presencia en las redes sociales y en el registro virtual de sus apariciones. Previsiblemente logrará su objetivo y seguirá al frente de la AAA (una sigla que soporta con pesar su nefasta coincidencia con la criminal banda paramilitar de los 70) hasta fines de 2020. Del mismo modo, Toledo ocupará su cargo hasta marzo de 2021, tiempo más que suficiente para que ambos puedan dar cuenta de sus actos, logros y deudas a una comunidad artística que espera resultados abajo de los escenarios, aunque no se escuchen aplausos.

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