Fotografía de bodas, entre los drones y la espontaneidad

Fotografía de bodas, entre los drones y la espontaneidad

Hay parejas que quieren avances tecnológicos y producciones especiales, como las sesiones fotográficas de la preboda. Otras, sólo desean que capten los momentos sublimes del casamiento. El registro final se traducirá en un fotolibro (lo más actual) o en el clásico papel.

RUMBO A LA FIESTA. Hugo Mirabal hizo la foto entre Villa Nougués y San Javier. “El horario era justo, al atardecer, con la luz perfecta. Queríamos mostrar el ‘vamos a nuestra boda’’”, explicó el fotógrafo. RUMBO A LA FIESTA. Hugo Mirabal hizo la foto entre Villa Nougués y San Javier. “El horario era justo, al atardecer, con la luz perfecta. Queríamos mostrar el ‘vamos a nuestra boda’’”, explicó el fotógrafo.
25 Octubre 2017

Hay quienes quieren los últimos avances en tecnología: que un dron capte desde arriba algún momento de la fiesta o que las fotografías se entreguen en una nube o en un fotolibro. A otros sólo les interesa que registren esos momentos dignos de la “piel de gallina”: un beso que termina en suspiro, un padre vistiendo a su hijo, una novia que llora mientras lee una carta en el auto. La fotografía de casamientos ya no es algo secundario en ese día que para muchos será el más importante de sus vidas. La tecnología colabora con ese impulso.

En Tucumán ya se animan a hacer más cosas, a relajarse ante el lente y a probar imágenes artísticas, sostiene Gonzalo Pacios. Y en ese marco es que piden fotos de lo que se llama la “preboda”. Se trata de una sesión de fotos de los novios que harán los días previos y que servirán para publicar tanto en las redes sociales, antes o durante la fiesta. Esa sesión -destaca Pacios- servirá para que se establezca una conexión con el fotógrafo y que se conozcan antes del día “D”.

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“Las fotos de la preboda no son fáciles. Los varones se rehusan a fotografiarse, pero de a poco van haciéndose la idea. Las locaciones son muy importantes: hice en San Javier, Tafí del Valle, Salta y hasta en Punta del Este. Y el 50% de las parejas me pide si le podemos pasar un ‘sin fin’ de fotos durante la noche”, detalla Pacios. Él y Hugo Mirabal fueron postulados en diferentes categorías (Mejor Fotógrafo Internacional, por ejemplo) de los premios internacionales Golden Lens, algo así como los Oscar de la fotografía de bodas.

Paula Carlino, que trabaja registrando casamientos desde hace 16 años, coincide en que la preboda sirve para que los novios entren en confianza con las cámaras y para que el fotógrafo sepa qué quieren de él.

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“Siempre en las entrevistas les pregunto qué pretenden para esa noche, para que después no haya sorpresas desagradables. Mis fotos son más espontáneas, naturales. Por ello, quienes me eligen usualmente no quieren fotos posadas. Documento lo que va pasando en la fiesta y las únicas formales son las fotos de la familia y la de ellos. Esas seguro van al living”, bromea Carlino.

¿Qué se hace con el material listo? Pacios señala que ha crecido la opción del fotolibro: un libro armado con calidad profesional, como los que se pueden comprar en una librería, pero impreso con fotos de la fiesta.

Avance

Hugo Mirabal recuerda cómo evolucionó la fotografía de bodas en Tucumán, desde que Lucho Posse y Lucas Fermoselle acaparaban el mercado (“hacían hasta cinco casamientos por noche”), para luego equipararse con la llegada de nuevas tecnologías como las cámaras digitales mucho más accesibles o Facebook; hasta hoy, que se pueden hacer fotos con drones.

La evolución también trajo un problema, resalta Mirabal. “La cantidad de fotos que se hacen con una cámara digital llevó a que mucho material se descartara. Por ello trato siempre de que mis clientes copien en papel, de entregarles eso en mano. En ese sentido está bueno volver al principio: tener ese soporte tan especial y compartirlo con la gente querida. Trabajamos con recuerdos, estamos a cargo nosotros de eso”, comenta el fotógrafo. A su vez, Mirabal cuenta que el material completo de la boda también se puede entregar en una nube (almacenamiento de datos en un servidor).

“Militante de la piel de gallina”, es como se autodefine Ina Casanova y para ello -sostiene- necesita trabajar en un solo casamiento por mes, para tratar de encontrar la inspiración o la posibilidad de conmoverse con detalles, que luego captará con su cámara.

“Lo que hago es centrarme más en el reporte fotográfico del evento y no tanto en la estética. Me interesan los momentos. No produzco ni modifico el espacio. Por eso no me gusta la preboda, porque no lo veo como algo espontáneo. Vengo del fotoperiodismo y lo continué a través de la fotografía de casamientos”, comenta Casanova. Ella recomienda que a la hora de elegir un fotógrafo para una fiesta lo esencial es que los novios encuentren algo en común entre ellos, que haya una conexión. De esta forma todos estarán felices con el producto final.

antes del sí
La previa del novio
Ina Casanova cuenta que esta foto se hizo cuando el papá estaba terminando de vestir a  su hijo, antes de casarse, en Amaicha. “Me gustó porque siempre me toca al revés: la novia o la abuela son las que preparan a los niños. En este caso Juan lo hizo sin esfuerzo y hasta alentándolo, como si estuviese por salir a la cancha”.

> Antes del sí

La previa del novio

Ina Casanova cuenta que esta foto se hizo cuando el papá estaba terminando de vestir a  su hijo, antes de casarse, en Amaicha. “Me gustó porque siempre me toca al revés: la novia o la abuela son las que preparan a los niños. En este caso Juan lo hizo sin esfuerzo y hasta alentándolo, como si estuviese por salir a la cancha”.

> Villa Nougués

Paisaje y novia, a la perfección

Paula Carlino hizo esta foto en Villa Nougués, y por suerte el tiempo acompañó: a pleno sol y sin nubes. La novia es Josefina“Pupi” Terán. A Carlino le encantó la imagen por la naturalidad de la novia, por el viento que levantó el velo y por la luz, ideal en ese instante.

> Bariloche

La novia va llegando

Gonzalo Pacios confiesa que esta foto le encanta porque se ve reflejada la felicidad de la novia al llegar a la iglesia,  acompañada por su padre. “Lo que intento, además de contar la historia de lo que sucede, es componer en cuestión de segundos cada disparo, ya que no hay doble oportunidad. Hay momentos únicos”, apunta.


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