No demores más las tareas de prevención: los mosquitos han empezado a zumbar, lo que significa que dengue, chikungunya y zika pueden estar acechando. Las cifras del año pasado son preocupantes: hubo 2,3 millones de casos de dengue y 220.000 de zika, lo que las hace un desafío para la Salud Pública, pero también para la población. Por eso, especialistas de todo el mundo analizaron cómo enfrentarlos durante el XVIII Simposio Internacional Sobre Enfermedades Desatendidas, organizado por la Fundación Mundo Sano.
Haroldo Bezerra, asesor de Entomología en Salud Pública de OPS/OMS, recordó que un solo vector, el mosquito Aedes aegypti, transmite las tres enfermedades (además de la fiebre amarilla), que el riesgo está en casi todos los países, y que el Noroeste es una de las zonas “calientes”.
“La prevención requiere múltiples esfuerzos,” precisó Marcelo Abril, director ejecutivo de Mundo Sano, e insistió en que al trabajo del Estado es necesario sumar el de la población
Menos mosquitos significa menor riesgo, y sabemos que la fumigación no es suficiente. “Si uno ve un Aedes aegypti adulto, debe buscar en el barrio y encontrar el criadero, que estará dentro de un radio de 45 metros. Hay que eliminar huevos y larvas”, aconsejó Nicolás Schweigmann, investigador del Conicet y profesor adjunto en la UBA. Huevos y larvas se hallarán en lugares sombríos y húmedos, donde cualquier elemento capaz de acumular agua puede convertirse en un criadero. Y además, hay que protegerse desde “el exterior”, con repelentes, mosquiteros y ropas adecuadas (en el caso del zika, se agregan los preservativos, ya que también se transmite por vía sexual), porque no existen vacunas. “Se están investigando vacunas contra el zika y el dengue, pero su desarrollo lleva muchos años y tiene muchas dificultades”, comentó Andrea Vicari, asesor regional en Enfermedades Epidémicas de OPS/OMS.