Cerati vuelve a Tucumán con un show sinfónico

Cerati vuelve a Tucumán con un show sinfónico

Es tan rico su legado sonoro que puede abordarse con toda clase de arreglos. Hoy se unirán la Orquesta Sinfónica de la UNT, el Coro de la Facultad de Medicina y el grupo rosarino Música para Volar para interpretar los grandes temas de una figura ineludible de la música iberoamericana contemporánea.

ENSAYO. Ayer a la mañana la Sinfónica de la UNT ajustó detalles en su hogar -el escenario del Alberdi-, bajo la conducción de Roberto Buffo. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.- ENSAYO. Ayer a la mañana la Sinfónica de la UNT ajustó detalles en su hogar -el escenario del Alberdi-, bajo la conducción de Roberto Buffo. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-
15 Septiembre 2017

HOY Y MAÑANA

• A las 22 en el teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez).


la banda 
cuatro músicos y un compromiso
Los integrantes de Música para volar son José Matteucci en batería y voz, Alexis Thompson en guitarra, Julieta Sciasci en bajo y Bruno Moreno en teclados y arreglos.


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La banda 
Cuatro músicos y un compromiso

Los integrantes de Música para volar son José Matteucci en batería y voz, Alexis Thompson en guitarra, Julieta Sciasci en bajo y Bruno Moreno en teclados y arreglos.

Es raro que un rosarino admita que es santafesino. Pero es el caso de Bruno Moreno, líder de la banda Música para volar: él declara que son santafesinos, de Capitán Bermúdez (ciudad del departamento San Lorenzo, apenas a 15 kilómetros del centro de Rosario). Música para volar se armó en 2102 para tocar como repertorio el disco “Confort y música para volar”, el unplugged que Soda Stéreo grabó para la MTV en septiembre de 1996.

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“Decidimos interpretar ese disco íntegramente, como un espectáculo. Lo pensamos para hacerlo una sola vez, pero gustó, y seguimos”, cuenta el despegue Moreno, acerca del grupo que esta noche y mañana subirá al escenario del Alberdi. Junto a la Orquesta Sinfónica de la UNT, dirigida por Roberto Buffo, y el Coro de la Facultad de Medicina, conducido por Mariana Stambole, le pondrán el color local al show Cerati sinfónico, apoyados por proyecciones audiovisuales sincronizadas que acompañan los climas del repertorio.

Moreno recuerda que la primera versión sinfónica del show tuvo lugar en 2015, en Rosario: “se armó no sólo sobre el repertorio de ese disco, sino sobre toda la carrera de Cerati solista con arreglos sinfónicos, con un Ensamble Municipal que dirigió el maestro Fernando Ciraolo. Le pusimos cuerdas, superó nuestras expectativas, y lo fuimos llevando a teatros más grandes, desde Santa Fe capital”.

El paso siguiente fue no apelar sólo a la orquesta de la región sino ir a otros lugares y trabajar con las orquestas locales. “Se hace un contacto previo, a veces con una orquesta institucional como la Sinfónica, y a veces se arma para la ocasión. Se mandan los arreglos, los músicos ensayan, viaja la banda y ensamblamos. Para nosotros resulta riquísimo: no sólo conocemos los lugares y los públicos sino los músicos de cada sitio. Y de un palo muy distinto. Nosotros venimos del rock, pero yo estoy a medio camino”, explica, en relación a que él se encarga de los arreglos y es el nexo banda-orquesta.

Gen y puente

“A esta altura, aparte de nuestra cultura argentina y latinoamericana, la música de Gustavo Cerati está instaladísima. Es un músico que va más allá de un cantautor que escribe letras y melodías. Es un compositor integral. Su música tiene tantas aristas... Es posible abordarla desde tantos lugares y permite tantas lecturas, que esta que hacemos nosotros es sólo una de las infinitas posibilidades. Hacer esta especie de traducción sinfónica de parte de su obra, tan rica en matíces, en paisajes sonoros y líricamente es muy placentero -define-. Creo que la gente usa las canciones de Cerati como un lugar de encuentro, tomándolo a él como un puente hacia algo más”.

Como integrante de una banda que ronda los 30 años, de la generación que sigue a Cerati, Moreno considera que la obra es equiparable a la de muchos autores argentinos de distintos géneros cuya música han trascendido a lo largo de las décadas. “Eso no pasa con todos. Cerati es uno de ellos”, sentencia.

“Estos conciertos son un punto de encuentro con una música, con un lugar y con sus músicos -arguye-. Uno de alguna manera comprende algo que ya sabía, pero es bueno recordar, y es que quizá lo más lindo que tiene la música no es sólo lo que está escrito en el pentagrama. Cuando se tocan estos arreglos, que siempre son los mismos, las distintas orquestas, los coros y los directores dan una versión muy particular siempre. Desde el punto de vista musical es muy nutritivo. Y en la función, cuando se convoca a un público que evidentemente tiene necesidad de escuchar Cerati, se genera una circulación de energía maravillosa. Estamos muy entusiasmados de tocar en Tucumán. A mí me produce éxtasis”.


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