Macri vino a hacer campaña por él

Mauricio Macri vino a hacer campaña por él. La séptima visita del Presidente dejó en evidencia que la Casa Rosada no pasará por alto la reciente paliza electoral que le propinaron en Tucumán, y que aunque nunca vaya a admitirlo en público, por la derrota en las PASO le quitó margen de maniobra a los referentes locales de Cambiemos. En especial, a José Cano.

Dos días bastaron para dejar en claro que el círculo rojo del Presidente tomará las riendas de la campaña para el 22 de octubre. El primer episodio tuvo lugar el jueves, en los despachos de la Municipalidad. Allí, Cano, el intendente Germán Alfaro y un par de colaboradores más intercambiaron visiones y atendieron las directivas de Federico Morales. El subsecretario de Relaciones con la Sociedad Civil es uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Gabinete, Marcos Peña. En él recayó la responsabilidad de “profesionalizar” el proselitismo de Cambiemos en Tucumán y de estamparle el sello distintivo del PRO.

Publicidad

La idea, tal como se dijo ya en esta columna hace una semana, es nacionalizar la elección y capitalizar la gestión de Macri en este suelo. Para eso, Morales vendrá periódicamente a la provincia y un equipo suyo se encargará de administrar las redes sociales de los candidatos locales. El objetivo del equipo porteño que llevará la batuta electoral es clarificar el mensaje, y en esa reunión quedó resumida esa falencia en un solo ejemplo: mientras el postulante rival, Osvaldo Jaldo, puede sintetizar su campaña en una frase (“frenar el ajuste de Macri”), resulta difícil encontrar un denominador común en la verborragia usada por Cano y su lista. Por eso, a partir de ahora, se les escuchará a los postulantes amarillos machacar con la idea de que es necesario votarlos para que la Provincia se sume al cambio que impulsa el PRO en el país.

También hubo lugar para los rezongos en esa tarde de análisis. Como había sucedido una semana atrás, pero en la Rosada, Alfaro tomó la palabra para reclamar a sus aliados macristas y radicales la necesidad de militar la campaña. Al jefe municipal peronista le resulta inconcebible que, a lo largo de toda la etapa previa a las PASO, los responsables locales de organismos nacionales (como Desarrollo Social) no hayan estado al lado de los postulantes en cada recorrida para atender y responder a los reclamos y pedidos vecinales. Esta vez, el intendente usó como ejemplo Concepción: aseveró ante Morales que le resultaba inentendible haber perdido en esa ciudad, pese a ser una de las más mimadas en cuanto a obras públicas realizadas con fondos nacionales. De paso, aprovechó para desalentar esa idea de traer en campaña a la bonaerense María Eugenia Vidal a estas tierras. El sentido común indica que una visita de la gobernadora, en plena pulseada política y judicial por el Fondo del Conurbano, le serviría en bandeja el discurso a la Casa de Gobierno. Con ironía, Jaldo podría decir que los macristas locales están del lado de la persona que quiere quitarle miles de millones de pesos a los tucumanos.

Publicidad

Por lo pronto, y a la espera de que Cambiemos resuelva la estrategia, Alfaro no quiso perder tiempo. En las últimas semanas, su esposa y segunda candidata a diputada recorre obras y operativos municipales en cada uno de los barrios de la capital. Esa es, claramente, la apuesta territorial del intendente.

El segundo capítulo

La inauguración de la nueva pista del aeropuerto, el viernes, mostró ese cambio en el eje de campaña de Cambiemos: en ninguna de las imágenes centrales se observa a Cano al lado del Presidente, como sí ocurrió en las anteriores seis visitas del jefe de Estado.

Es cierto que en su discurso, Macri mencionó en un par de ocasiones al ex titular del Plan Belgrano, que estaba sentado en primera fila y ya no en la tarima reservada para los protagonistas, y que en una combi recorrieron juntos la Circunvalación. Pero también es cierto que no fue tan efusivo como en otras ocasiones. No hay muchas interpretaciones que puedan hacerse a partir de esa secuencia de sucesos.

La breve convivencia con el Presidente fue menos fría que lo temido por el oficialismo local. Luego de los mensajes públicos con intercambio de chicanas, hubo tiempo para un diálogo entre Macri y Manzur. Ante un puñado de testigos y entre picadas en una sala del aeropuerto, el jefe de Estado le consultó al ex kirchnerista cómo estaba la provincia (mientras Macri lo trataba de Juan; el gobernador lo hacía de “Presidente”). En ese momento, se produjo el episodio más tenso de la jornada. Fue cuando el líder del PRO volvió a pedirle al mandatario que adhiriera a la Ley de ART, remarcándole la necesidad de generar empleo y de que es necesario achicar el Estado porque “no va a aguantar”. “Presidente, nosotros no tomamos a nadie; al que se jubila no lo reemplazamos”, le respondió Manzur ante la áspera interrupción del radical Cano. El candidato a diputado le enrostró de sopetón las designaciones en las comunas rurales y los poco claros manejos de fondos en el interior. “No, eso no es verdad”, le cortó el gobernador con tono seco. La charla se cerró a los segundos, cuando Macri comenzó a despedirse para regresar a la Capital Federal.

El arranque de la segunda etapa electoral del año muestra a un oficialismo provincial cómodo y suelto, frente a una oposición aturdida y zigzagueante. La primera respuesta del macrismo a ese desorden se vio entre jueves y viernes: de ahora en más, Macri hará campaña por él.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios