Los vecinos afirman que la primera crecida se llevará el badén sobre el río San Francisco

Los vecinos afirman que la primera crecida se llevará el badén sobre el río San Francisco

Ese paso permitió restablecer la comunicación entre La Cocha y Taco Ralo. No se encararon soluciones de fondo en el sur.

PROVISORIO. El badén cruza los 100 metros de ancho que alcanzó el cauce del San Francisco. Los vecinos esperan el puente que les prometieron. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.- PROVISORIO. El badén cruza los 100 metros de ancho que alcanzó el cauce del San Francisco. Los vecinos esperan el puente que les prometieron. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.-
01 Agosto 2017

Precario. Apenas para salir del paso. Es probable que con las primeras lluvias, cuando los ríos y canales se reaviven, las soluciones improvisadas desaparezcan. Entonces la pesadilla volverá a instalarse entre las 500 familias que viven a orilla de la ruta 334, a lo largo de 39 kilómetros entre La Cocha y Taco Ralo. La gente tiene asumida, casi como una certeza, esa posibilidad. Es que en El Palancho, La Esperanza, Puesto Los Pérez y El Mistol las lluvias hace décadas han dejado de ser un bondadoso gesto de la naturaleza: regaba sembradíos, apaciguaba la sed de los animales y las nubes de polvo que se elevaban en los caminos de tierra. “Ahora, cuando llega el verano uno comienza a sufrir el anegamiento de caminos y aquí quedamos acorralados por las aguas. En los últimos años el problema empeoró”, sostiene María Leiva.

Paso provisorio

El badén provisorio que se abrió en el río San Francisco es el ejemplo más claro. Servirá para comunicar La Cocha con Taco Ralo hasta que lleguen las primeras crecidas. Nada más. El cauce, que tenía 15 metros de ancho, ahora supera los 100 metros y alcanza una profundidad de 25 metros. Vialidad de la Provincia socavó las barrancas de ambos extremos de la ruta hasta el nivel del río. Entonces los pobladores del lado oeste recuperaron la comunicación con Taco Ralo. Una veintena de estudiantes secundarios que asiste a escuelas de esa localidad volvió a clases y los otros vecinos pueden trabajar en el comercio y en otras actividades.

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“Estamos acostumbrados a estas soluciones provisorias. Todos los años pasan las inundaciones y el Gobierno hace un puentecito aquí, otro más allá y al otro año, cuando desaparecen, vuelven a hacer lo mismo. Los desagües ya no existen” se queja Victorino Díaz, oriundo de La Esperanza.

“Este badén sobre el San Francisco no va a durar mucho. Es para estos meses nomás -advierte Díaz-. Nos dijeron que iban a construir un puente a través del Plan Belgrano. Pero hasta ahora no tenemos ninguna novedad”.

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Yendo desde La Cocha, la 334 acusó su primer corte en el kilómetro 10. Se abrió un arroyo enorme, nutrido con las aguas que bajaron desde Catamarca. También allí se construyó un badén provisorio con caños de cemento. “Como se darán cuenta, si vuelve a llover mucho volveremos a quedar aislados, eso si es que el agua no nos lleva a nosotros también. Todo lo que se hizo aquí es puro remiendo. Ni siquiera a la ruta la enripiaron”, enfatiza María Viera, de Puesto Los Pérez.

Desde este badén hasta el otro, sobre el río San Francisco, la devastación se exhibe por todos lados. Enormes socavones aparecen a la orilla de la carretera, con pedazos de las alcantarillas de cemento destruidas por las correntadas. Pueden verse además extensos campos con plantaciones perdidas.

Desmonte

Viera atribuye al desmonte desmedido el drama que jaquea a estas comunidades. “Miles de hectáreas de montes desaparecieron para la plantación de distintos cereales. Ahora el agua no tiene dónde atajarse. Llega sin frenos”, apunta. La fauna también sufrió los efectos de esta depredación.

Las escuelas 191 (de El Palancho) y 184 (de Puesto Los Pérez) perdieron más de 40 días de clases a causa de los estragos que dejaron las crecientes de abril. Las clases recién se normalizaron en mayo. Pero aún persisten los problemas de humedad y deterioros en paredes y sanitarios.

“A nadie se le mueve ni un pelo por solucionar los problemas. Hay que ver antes que nada cómo se va a frenar el agua durante las próximas crecientes. Así como quedaron de destruidos los canales y acequias, corremos el riesgo de que el agua nos lleve” expuso Gladis Díaz. “Muchos nos dicen que nos vayamos, que aquí es un peligro para vivir. Pero es difícil encontrar otro lugar donde instalarnos. Además, acá tenemos nuestras propiedades y animales”, agregó.

Leopoldo Rodríguez, presidente del Concejo Deliberante de La Cocha, comentó que tanto el cuerpo legislativo que encabeza como la intendencia -a cargo de su hijo, del mismo nombre- efectuaron planteos ante las autoridades provinciales con el fín de que se procure solucionar los problemas que provocan los anegamientos a lo largo de la ruta 334. “No sabemos qué medidas se están estudiando, pero en lo inmediato se instrumentaron los trabajos que restablecieron la comunicación entre nuestra ciudad y Taco Ralo”, indicó. Rodríguez reconoció que la situación a la que están expuestos los vecinos a la orilla de la carretera es muy complicada.

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