Alumnos que brillan a nivel nacional o internacional

Alumnos que brillan a nivel nacional o internacional

A menudo son el blanco preferido de los ojos escrutadores de los adultos. Descomprometidos, irresponsables, ociosos, descarriados, son algunas de las calificaciones que reciben los jóvenes de una buena parte de los mayores. Sin embargo y afortunadamente, hay miles de chicos que dan por tierra esas acusaciones y que demuestra con sus logros que pese a la crisis educativa que perdura desde hace varios años, no todo está perdido.

En nuestra edición del domingo, informamos que un estudiante, de 17 años, oriundo de Lules, había obtenido la medalla de bronce en la Olimpíada Internacional de Química, que tuvo lugar en Tailandia. El alumno de la Escuela Técnica de Lules había ganado en noviembre pasado la medalla de oro en la 26° Olimpíada Argentina de Química, realizada en Villa Giardino. Luego de esa instancia, Ernesto Picón Montenegro y tres chicos más fueron preparados por docentes de la Universidad de Buenos Aires durante casi dos meses. El estudiante dijo que los estudiantes deberían ser incentivados para llegar a las olimpíadas. “Sería bueno que se sumaran más escuelas, porque cada vez son menos en Tucumán. Hay que dedicarle mucho tiempo a la química para llegar lejos”, señaló.

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En diciembre pasado, informamos que estudiantes de la Escuela Técnica N° 5 habían sido premiados por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica por haber creado un sistema de control de alerta ante inundaciones para poner en práctica en el puente del Central Córdoba que es, desde hace muchos años, una trampa mortal para los automovilistas desprevenidos cuando se inunda, como consecuencia de copiosas tormentas. El proyecto había surgido en el marco de las prácticas profesionales de los alumnos del último curso de la modalidad “Técnicos en Informática” de la ENET N°5.

A fines de junio, publicamos que tres alumnos de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT habían sido becados por Huawei, gigante de la industria de las telecomunicaciones, para realizar para realizar una capacitación en agosto próximo.

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La semana pasada, informamos que siete estudiantes secundarios de la localidad bonaerense de Quilmes aprendieron en cuatro meses a programar y a construir un robot con el que participaron de las olimpíadas First Global de Washington. Los chicos, de entre 15 y 17 años junto con su mentor, construyeron el aparato. Lo curioso es que estos adolescentes no estudian en una escuela técnica y algunos de ellos pidieron que se incluyeran contenidos de programación. Otros pensaban su futuro en carreras más tradicionales, idea que dejaron atrás durante los últimos cinco meses. “Cuando presentaron el proyecto en el colegio, le dije a mi papá: ‘vinieron con esto pero no sé, porque es imposible’. Él me dijo que probara. Después en la primera clase, la verdad es que todo fue increíble, sumergirse en un nuevo mundo. Es apasionante y me dan muchas ganas de seguir”, dijo uno de ellos.

Así como hay adultos que han pasado inadvertidamente por la vida, hay otros que se han destacado o tienen aún un rol activo en la sociedad, del mismo modo, hay alumnos que tienen ansias de superación y estudian a conciencia, mientras muchos otros, sucumben en el anonimato. Todo depende de los educadores que tengan. Si estos tienen una verdadera vocación docente, despertarán la curiosidad de sus alumnos y los estimularán a investigar. Las olimpíadas en ciencias y en humanidades constituyen un gran incentivo para los estudiantes; sería interesante si todos los establecimientos participaran obligatoriamente en ellas, de ese modo, los docentes también se verían estimulados. Los chicos suelen ser el reflejo de sus maestros. Si estos son buenos, seguramente sus alumnos llegarán lejos.

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