Un nuevo técnico en Atlético, y van...

Un nuevo técnico en Atlético, y van...

CONOCIMIENTO. El plantel tuvo tres días de trabajo completos con Ricardo Zielinski, el nuevo entrenador de Atlético. El “Ruso” intenta dejar su sello rápidamente.  la gaceta / foto de hector peralta CONOCIMIENTO. El plantel tuvo tres días de trabajo completos con Ricardo Zielinski, el nuevo entrenador de Atlético. El “Ruso” intenta dejar su sello rápidamente. la gaceta / foto de hector peralta
26 Junio 2017

“La picadora de carne”, es un apodo recurrente para el fútbol argentino cuando se habla del trato que reciben los directores técnicos. Sometidos a los resultados, y con el poco tiempo que tienen para trabajar, no parece un mal paralelismo. Encima, si decimos que Ricardo Zielinski es el técnico número 40 en los últimos 25 años de Atlético, todo parecería indicar que en el club de 25 y Chile se aplica perfectamente lo dicho, pero no deberíamos adelantarnos.

Sobre todo si tenemos en cuenta que las características de las salidas de los últimos dos técnicos de Atlético: ambas fueron renuncias y en momentos relativamente buenos. Si bien Pablo Lavallén llevaba varios partidos sin conocer la victoria, se había encargado de dirigir un equipo por los mejores momentos de su historia.

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El caso de Juan Manuel Azconzábal fue aún más inexplicable ya que no llevaba una racha como la de su antecesor. “Me sorprendió su decisión. Nos dijo que no encuentra la respuesta para el momento del equipo y por eso se va”, confesó Mario Leito tras la salida de Lavallén.

En los planes de la dirigencia no estaba echar al entrenador ni arrinconarlo para que él mismo lo haga. Entonces, ¿si no son los dirigentes los que pican la carne de los entrenadores, quién lo hace? “Nosotros no acompañamos, tampoco los resultados”, dijo Luis Rodríguez haciéndose cargo de su parte.

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Para colmo las estadísticas, inútiles quizás para este caso, dicen que Lavallén estuvo en el club solo siete meses. Justamente el promedio de duración de cada “mandato” en el banco “decano” si dividimos los 40 entrenadores en los 300 meses que representan los últimos 25 años.

Por supuesto que antes de Zielinski, Lavallén y Azconzábal hubo otros 37 que duraron mucho menos de lo que un “proyecto” amerita en nuestro fútbol.

Por algo para los hinchas no resulta tan extraño cambiar de entrenador tan rápidamente. El “Vasco” parece parte de la prehistoria “decana” y estuvo dirigiendo en el club hasta finales del año pasado.

Cuando Héctor Rivoira dejó su cargo en 2014, más allá de que oficialmente se trató de una renuncia, eso sí pareció consecuencia de “la picadora” en un equipo que de asegurarse el ascenso había pasado a ponerlo seriamente en riesgo.

Pero a partir de ahí, algo cambió. Las razones de los entrenadores de Atlético se tornaron más personales. Personales como los problemas que adujo Azconzábal en su momento. “No me siento capacitado para revertir la situación”, dijo Lavallén. ¿Justo él no se sentía capacitado? ¿El que estuvo capacitado para ayudarlo a llegar a una situación de privilegio y en la que todavía sigue?

Eso sí que no parece obra de “la picadora” pero habrá que acostumbrarse. Zielinski hará su debut y, esperan todos, falta mucho para su partida. Justo él que probó todo en sus últimas dos experiencias: estuvo cinco años en Belgrano y apenas 13 partidos en Racing. Es un deseo del fútbol: que ni él mismo ni el fútbol, lo terminen picando.

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