Las inferiores, una materia pendiente en San Martín

Las inferiores, una materia pendiente en San Martín

RESPONSABILIDAD. Desde hace varios años, Ariel Martos-izquierda- y Sergio Saavedra trabajan en la formación técnica y física del fútbol amateur del “Santo”. GENTILEZA ARIEL MARTOS. RESPONSABILIDAD. Desde hace varios años, Ariel Martos-izquierda- y Sergio Saavedra trabajan en la formación técnica y física del fútbol amateur del “Santo”. GENTILEZA ARIEL MARTOS.

Martos y Saavedra pretenden que los chicos tengan mayor competencia.

11 Mayo 2017

En los últimos años, los equipos tucumanos recuperaron el lugar de privilegio en el orden nacional. Eso obligó a los dirigentes a hacer el esfuerzo necesario para dar un salto de calidad tanto en lo deportivo como institucional.

San Martín apostó por un trabajo importante en las inferiores y le encomendó la misión de conducir al equipo liguista al técnico Ariel Martos y al preparador físico Sergio Saavedra. El objetivo es que la preparar a los chicos desde las categorías más bajas para que en el futuro no sientan el cambio cuando sean promovidos al plantel profesional.

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“En el caso de nuestra división, que es el paso inmediato al plantel profesional, la tarea es tratar de pulir algunos aspectos del juego y no corregir conceptos que el jugador debería traer desde la escuela de fútbol. Los cambios de perfiles y orientación es algo que debe ya estar en la esencia del pibe. Por eso, nuestra misión es que el jugador que se sume al plantel de la B Nacional ya esté hecho en todos los aspectos futbolísticos. Lo que uno tiene que inculcarle es que deben ser profesionales tanto dentro como fuera de un campo de juego”, sostuvo Martos.

“El pibe no tiene que esperar sumarse al plantel profesional para comportarse como tal. Eso lo tiene que adquirir desde el momento de su fichaje. Con esto no sentirá el cambio cuando pegue el gran salto”, agregó.

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Falta de competencia

Lo que Martos admite que el principal problema es la falta de competencia: “El jugador tucumano tarda en madurar respecto a uno que milita en los equipos de Buenos Aires. Allá, a los 18 años se mueven con soltura en el plantel superior. Acá lo hacen a los 22 años”, acotó.

Una vez más, Martos puso mucho énfasis a la poca competencia que existe en el fútbol amateurs en la provincia. “Es poco probable que el chico adquiera un nivel destacado de competencia si tenemos en cuenta que sólo compite cuatro meses al año. Si no clasificas para los tramos finales del certamen, la competencia termina en setiembre y tenés que esperar hasta abril del próximo año para volver a jugar. Esto se repite en las Inferiores. Imagínate que clase de formación pueden adquirir los chicos con tan poca competencia, mientras que en Buenos Aires lo hace durante 10 meses”, remarcó.

Consultado el profesor Saavedra cuales eran los aspectos en que se pone mayor énfasis cuando el chico llega al club, señaló: “lo primero que nos fijamos es en la parte fuerza y la coordinativa. Es indudable que cuando un pibe empieza a jugar oficialmente o viene de otro club y se suma a grupos que desde hace tiempo tiene un esquema de trabajo organizado, es allí es donde se nota la inmensa diferencia que existe en lo físico. En los clubes organizados como San Martín, el juvenil cuenta con todos los elementos para desarrollar su tarea y ellos venían entrenándose con la precariedad de la mayoría de los clubes que compiten en el torneo liguista”, indicó.

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