07 Mayo 2017
EN TERAPIA. Luis Reales estuvo al borde de la muerte, según su madre. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
Los casos de los dos cadetes que denunciaron torturas en la Escuela de Policía (Luis Reales y Luis Serra) llegaron a la Legislatura y el parlamentario Fernando Valdez (UCR) le pidió explicaciones al respecto al Poder Ejecutivo. Según contó a este diario, elevó una nota hace 20 días y aún no le contestaron.
“Aquí hay una enorme responsabilidad del Estado, que mira con indiferencia cuando alguno de estos hechos sale a la superficie, como si se tratase de casualidades indeseadas en un modelo normal de educación policial”, disparó ayer Valdez cuando leyó en LA GACETA las declaraciones de Adriana Barrionuevo, madre de uno de los cadetes golpeados. “Mi hijo estaba al límite. Si esperábamos algunas horas más para llevarlo al médico, se moría”, dijo la mujer, alarmada.
Reales tiene 18 años y había ingresado a la Escuela de Policía el 1 de abril. Cinco días después, se encontraba en terapia intensiva. Los médicos le explicaron a la familia que no le funcionaban los riñones y que el cuadro había sido provocado por haber realizado ejercicios en forma excesiva. Cuando hablaron con el joven, este les contó que fue sometido a una serie de maltratos físicos y tormentos psicológicos durante esos cinco días.
Luego supieron que había otra víctima: Luis Serra, un joven de 28 años que se descompensó y también terminó en terapia intensiva. “Conocemos el caso de al menos 20 personas que se fueron (de la Escuela de Policía) por estos padecimientos. Y todos los egresados tienen algún problema físico del que no hablan por miedo. Les pegan en el estómago y reciben chirlos en la nuca a diario”, acusó el abogado de la familia Reales, Jorge Lobo Aragón.
Enterado de ambos casos, el legislador Valdez le envió una nota al ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad, Regino Amado, el 17 de abril. Allí le pidió que “informe detalles sobre los casos de los aspirantes Luis Serra y Luis Reales, como también del régimen de instrucción imperante en este instituto formador de los futuros oficiales de la Policía de Tucumán”. Además, enumeró nueve ítems sobre el funcionamiento de la Escuela de Policía acerca de los cuales solicitaba “información específica”. Según dijo Valdez, nunca recibió respuestas.
Ante esa situación, el parlamentario sostuvo que “el modelo policial vigente no sirve; la escalada de delitos y de violencia es el mejor exponente del fracaso institucional”. Además aseguró que los casos de estos cadetes no son hechos aislados, sino que vienen registrándose en todo el país. “La formación policial tiene más que ver con la interacción con la sociedad y la destreza necesaria para tomar decisiones inmediatas, usualmente alejados de sus superiores y sus pares. Para ello hace falta un amplio abanico de conocimientos que faciliten la adopción de buenas decisiones y que permitan resolver conflictos evitando el empleo de la fuerza”, agregó.
“Aquí hay una enorme responsabilidad del Estado, que mira con indiferencia cuando alguno de estos hechos sale a la superficie, como si se tratase de casualidades indeseadas en un modelo normal de educación policial”, disparó ayer Valdez cuando leyó en LA GACETA las declaraciones de Adriana Barrionuevo, madre de uno de los cadetes golpeados. “Mi hijo estaba al límite. Si esperábamos algunas horas más para llevarlo al médico, se moría”, dijo la mujer, alarmada.
Reales tiene 18 años y había ingresado a la Escuela de Policía el 1 de abril. Cinco días después, se encontraba en terapia intensiva. Los médicos le explicaron a la familia que no le funcionaban los riñones y que el cuadro había sido provocado por haber realizado ejercicios en forma excesiva. Cuando hablaron con el joven, este les contó que fue sometido a una serie de maltratos físicos y tormentos psicológicos durante esos cinco días.
Luego supieron que había otra víctima: Luis Serra, un joven de 28 años que se descompensó y también terminó en terapia intensiva. “Conocemos el caso de al menos 20 personas que se fueron (de la Escuela de Policía) por estos padecimientos. Y todos los egresados tienen algún problema físico del que no hablan por miedo. Les pegan en el estómago y reciben chirlos en la nuca a diario”, acusó el abogado de la familia Reales, Jorge Lobo Aragón.
Enterado de ambos casos, el legislador Valdez le envió una nota al ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad, Regino Amado, el 17 de abril. Allí le pidió que “informe detalles sobre los casos de los aspirantes Luis Serra y Luis Reales, como también del régimen de instrucción imperante en este instituto formador de los futuros oficiales de la Policía de Tucumán”. Además, enumeró nueve ítems sobre el funcionamiento de la Escuela de Policía acerca de los cuales solicitaba “información específica”. Según dijo Valdez, nunca recibió respuestas.
Ante esa situación, el parlamentario sostuvo que “el modelo policial vigente no sirve; la escalada de delitos y de violencia es el mejor exponente del fracaso institucional”. Además aseguró que los casos de estos cadetes no son hechos aislados, sino que vienen registrándose en todo el país. “La formación policial tiene más que ver con la interacción con la sociedad y la destreza necesaria para tomar decisiones inmediatas, usualmente alejados de sus superiores y sus pares. Para ello hace falta un amplio abanico de conocimientos que faciliten la adopción de buenas decisiones y que permitan resolver conflictos evitando el empleo de la fuerza”, agregó.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
