Semana Santa con la Sinfónica

Semana Santa con la Sinfónica

La orquesta que dirige Roberto Buffo ofrecerá música sacra y música barroca, con solistas y un coro de 90 voces.

12 Abril 2017

ESTA NOCHE
• A las 21.30
, en el teatro Alberdi (Jujuy 91). Entradas 2 x 1 con Club LA GACETA.

Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart ensamblaron la tradición y el espíritu de renovación en obras referenciales del repertorio sacro clásico.

Esta noche, la Orquesta Sinfónica, dirigida por Roberto Buffo, abrirá su Concierto de Semana Santa con música de Haydn, el preludio del oratorio “Las siete últimas palabras de Cristo”, y su sinfonía más conocida, la N° 49 en Fa menor, “La pasión”. “Lleva cuerdas, dos oboes y dos cornos; es una orquesta reducida, clásica, de no más de 25 personas”, explica Buffo.

Luego subirán al escenario el solista, Pablo Acevedo Díaz, y los coros Amasijo Vocal, Coral Exun, Colegio de Psicólogos, Vox Animae Coral, dirigidos por Emiliano Flores, Ignacio Meriles y Adrián Mendoza. Cantarán dos obras corales, una del romanticismo francés de Charles Gounod, “Jesús en el mar de Galilea”, acerca de la escena bíblica de la tormenta en el mar, cuando Jesús dice: “hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.

La otra obra es de Ludwig van Beethoven, el Halleluyah del oratorio “Cristo en el monte de los olivos”. El director informa que si bien se toca muy poco en su totalidad, el Hallelujah final se canta mucho, y para ello estarán las 90 miembros de los cuatro coros.

La música barroca, típica del repertorio de ese período, vendrá con los bronces. Rubén Nieva, Daniel Agüero y Gabriel Pereyra, solistas en trompetas, junto a una orquesta pequeña, interpretarán el Concierto para tres trompetas y orquesta, de Georg Telemann y Sinfonia (sin acento) para trompetas, de Giuseppe Torelli.

El maestro Buffo resalta el carácter dramático de la sinfonía de Haydn: “pertenece a su período medio, Sturm und Drang (tormenta e ímpetu), un movimiento literario que en la Alemania de mediados del siglo XVIII duró muy poco; daba preferencia a la emocionalidad individual sobre el racioncinio de la Ilustración. Duró lo que las siete u ocho sinfonías de Haydn, pero fue el antecesor directo del romanticismo del siglo XIX”.



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