Inundaciones: las imágenes se repiten, los actores cambian
Pasan los gobiernos, cambian las figuras, pero en los pueblos la realidad de las inundaciones sigue siendo la misma. El archivo de LA GACETA refresca la memoria. Cada vez que se produjeron desbordes de ríos en la provincia, los damnificados recibieron la visita de funcionarios y el compromiso de las sucesivas gestiones de que se evitarían futuros desastres.
“NO SE HICIERON TODAS LAS OBRAS”. Estas palabras fueron parte de las declaraciones que el ex ministro de Obras Públicas, Oscar Mirkin, realizó en marzo de ese año y que quedaron en evidencia con el desastre que dejaron las lluvias. Mientras tanto, el ex gobernador, José Alperovich, salía a consolar a los vecinos que habían perdido sus pertenencias y prometía que iba a gestionar en la Nación fondos para invertir en un plan de Infraestructura. credito

Por décadas, las páginas del diario reflejaron el dolor de los vecinos y la falta de previsión
Ya no hay títulos ni promesas de funcionarios que no se hayan repetido ni historias que no se hayan contado. De eso dan fe las coberturas periodísticas de los años anteriores: las imágenes de la tristeza que da haberlo perdido todo, hasta la vida; las advertencias por la falta de obras civiles que mitiguen la furia del agua; los millones que no se han invertido. No hay verano en el que la lluvia no haya hecho estragos en la provincia. A veces más y otras veces un poco menos, pero ya casi no sorprende “la rutina de inundarse” como tampoco las declaraciones de los funcionarios a cargo del Poder Ejecutivo que culpan a la naturaleza. Cada página resume la angustia y la impotencia de los tucumanos que no quieren abandonar sus viviendas por miedo. Cuando las aguas bajan aparecen otros males como las enfermedades y las infecciones. También llega el desafío de volver a empezar, de reconstruir un hogar y de recuperar la vida que el agua arrastró. ¿Y el verano siguiente?













