Los hinchas de Atlético se hicieron sentir y “coparon” las calles de Montevideo

Los hinchas de Atlético se hicieron sentir y “coparon” las calles de Montevideo

Llegaron en todo lo que había disponible y agotaron las entradas.

Juan Manuel Montero - Enviado especial de LG Deportiva

Fue una fiesta absoluta. Ya desde el miércoles los hinchas del “Decano” se hicieron sentir en Montevideo. Pero lo vivido ayer, en la zona del Parque Centenario, donde está ubicada la mítica cancha de la ciudad, fue impresionante. Miles de tucumanos, enfundados en los colores celeste y blanco coparon la zona y le dieron color y calor a un jueves que amaneció helado y con lluvia.

Llegaron en todo lo que había disponible. Colectivos, autos, camionetas, motos, avión, buquebus. Nada los detuvo. Y allí, al pie del estadio que vio campeón del mundo al seleccionado uruguayo en la final de 1930, armaron la fiesta.

Como Facundo De Angelis y su amiga Solana Morales, que trapo en mano se largaron a cruzar la frontera para ver a su Atlético querido. “No nos importa nada. Le hacemos el aguante en Tucumán. Le hacemos el aguante en Uruguay”, coincidieron. O Osvaldo Moreno, que viajó con su hija Gianina para darle el gusto de ver al “Deca”.

Grupos de amigos, de familiares, matrimonios, chicos y hasta perros. Nadie se quiso quedar afuerra de la visita al “Campeón del Siglo”. Pasado el mediodía los organizadores colgaron el cartel de “No hay más entradas”, lo que provocó algunas corridas. Los dirigentes de Atlético sugirieron que adquirieran tickets del equipo local para, al menos, poder ver el partido.

Juan Ignacio, Diego, Carlos, Roberto y Patricio estaban en un auto en el que solo había una heladera para el baúl. “Traemos lo que tenemos puesto. Y cuando termina el partido nos vamos. Hicimos el viaje de un tirón. Todo por el club”, explicó el primero.

El cansino tránsito de Montevideo se vio alterado por la invasión. De todos lados salían “decanos”. Y cuando a las 16.30 alguien grito “nos vamos” fue una hecatombe. Todos se pusieron en movimiento. En todos los vehículos hicieron una caravana larguisima, escoltados por la Policía. Y así recorrieron la hora que separa una cancha de otra. Por la noche, en la casa de Peñarol siguió la fiesta. Los hinchas de Atlético se hacen sentir en cualquier parte del continente.

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