Palmeiras no se confía pese a sus logros

Palmeiras no se confía pese a sus logros

Un gigante cauto y tranquilo

CHARLA. Luego de los ejercicios en el Monumental, Baptista reunió a sus jugadores en el círculo central. la gaceta / FOTO DE DIEGO ARAOZ CHARLA. Luego de los ejercicios en el Monumental, Baptista reunió a sus jugadores en el círculo central. la gaceta / FOTO DE DIEGO ARAOZ
08 Marzo 2017
El jugador más viejo de la Copa Libertadores llegó en la madrugada de ayer a Tucumán. José Roberto da Silva Junior, más conocido como “Zé Roberto” en realidad es uno de los tantos jugadores experimentados que trajo Palmeiras a Tucumán para enfrentar a Atlético hoy por la noche.

Es que con 42 años, sobresale ante otros jugadores no tan juveniles como Edú Dracena (35) o Felipe Melo (32). La experiencia, entonces, es algo que ni siquiera despacharon en el avión charter que los trajo hasta Tucumán. La llevan en la cabina, bien cerca suyo y la presumieron ayer en el primer día completo que pasaron en el Hotel Sheraton de nuestra provincia.

A la mayoría de ellos se los vio con la paz de quien está de vacaciones. Durante la mañana y la tarde, los jugadores circularon por el lobby en remeras, shorts, ojotas y con los auriculares, siempre con los auriculares. Se los sacaban para salir del hotel y echar un vistazo al Parque 9 de Julio.

Ojo, no es que estén confiados. Nada más alejado de eso. Están en el lado opuesto y ahí es donde se puede ver la experiencia. La experiencia del segundo equipo brasileño con más participaciones en la Libertadores (16), solo detrás de Sao Paulo (18).

“En el fútbol moderno es difícil apuntar un favorito, creo que no se puede. Tenemos el caso de Barcelona y PSG. Todos creían que iba a ganar Barcelona. Ni los nombres ni las camisetas ganan partidos”, aseguró ayer Ze Roberto al ser consultado por el duelo de esta noche y los probables ganadores del grupo.

Jamás se confiarían y mucho menos después del año pasado en el que quedaron afuera en fase de grupos siendo superados por Rosario Central y Nacional de Uruguay. “Va a ser un partido muy difícil”, le vaticina Edú Dracena a LG Deportiva, justo antes de que el equipo se suba el colectivo para llevar a cabo el último entrenamiento antes del partido. “Muy”, enfatiza el defensor luego de su frase y se sube al micro para también, hacer el reconocimiento de un campo que jamás pisaron. “Es una cancha difícil. Una hinchada que apoya muchísimo y ayuda a los jugadores. Va a ser muy difícil jugar acá. No es determinante porque los hinchas no entran a jugar pero si los ayuda”, analizó Zé Roberto.

“La hinchada trabaja en conjunto con el equipo y el estadio se hace una caldera”, opinó Vítor Hugo, el primero en hablar cuando aterrizó el equipo.

Nada de eso experimentaron ayer en el Monumental, al que llegaron a las 19.30. Sólo algunos periodistas esperaban afuera para hacer las tomas correspondientes. Adentro, los jugadores apenas si elongaron y jugaron algún inocente juego con la pelota. Todo el arsenal paulista está reservado para hoy. Su experiencia así se los dice.

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