Murió el joven que había quedado en coma tras un enfrentamiento con la Policía

Murió el joven que había quedado en coma tras un enfrentamiento con la Policía

En un confuso episodio, en diciembre pasado Miguel Reyes Pérez recibió un balazo de goma en la cabeza, en San Cayetano.

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17 Enero 2017
Miguel Reyes Pérez, el joven de 24 años que estaba en coma como consecuencia de un violento y confuso enfrentamiento con la Policía ocurrido en diciembre pasado, murió ayer al mediodía en el sanatorio donde estaba internado. La víctima había recibido un balazo de goma en la cabeza en San Cayetano. 
Desde la fuerza siguen asegurando que a Reyes Pérez lo redujeron porque había cometido un asalto; su familia, en cambio, asegura que se trató de un hecho injusto.
Todo comenzó el sábado 24 de diciembre cuando un técnico de la empresa CCC denunció que había sufrido un asalto. Le dijo a la Policía que estaba trabajando en San Cayetano (sobre Anselmo Rojo al 100) cuando un delincuente lo apuntó con un arma, le quitó sus pertenencias y escapó por un pasillo. También aportó una descripción física del asaltante, que los policías hicieron circular por vía radial.
Dos motoristas del 911 identificaron al presunto ladrón (Miguel Reyes Pérez) y lo persiguieron hasta llegar a un asentamiento situado a pocas cuadras del lugar del robo. Allí le impartieron la voz de alto pero el joven habría sacado un arma y les habría apuntado a los motoristas. 
De acuerdo con la versión policial, uno de los uniformados sacó una escopeta y apuntó a los pies de Pérez Reyes; en ese momento se le abalanzó una mujer que buscaba proteger al joven, ambos forcejearon y salió un disparo de manera accidental. La posta de goma impactó en la sien de Reyes, que cayó al piso y los policías secuestraron el arma que llevaba, un revólver con tres cartuchos.
Siguiendo con esa versión, una multitud rodeó a los uniformados y comenzó a lanzarles palos, piedras y cascotes, golpeando a uno de los policías en la cabeza. Minutos después llegó una camioneta de la fuerza. Allí cargaron a Pérez Reyes y lo llevaron al hospital Padilla. 
Distinta es la versión que aportó Ana Reales, la madre del joven fallecido. Ella reconoció que su hijo tiene antecedentes por robo y que es adicto a las drogas, pero aseguró que esta vez no cometió ningún delito. “Él estaba tomando con los amigos y vino la Policía buscando a uno que había robado. Mi hijo le dijo: ‘jefe, no hice nada, revíseme si quiere’, y lo revisaron y se fueron. Un rato después, cuando volvía a la casa, aparecieron los motorizados, lo encerraron y le pegaron un tiro. Cuando mi hijo ya estaba en el piso, le reventaron la cabeza con la Itaca”, relató Reales.
La mujer dijo que los vecinos comenzaron a gritar y a pedir que llamaran una ambulancia, pero nunca llegó. “Mi hijo estuvo más de 20 minutos en el piso, pidiendo ayuda, y la Policía le pegaba a la gente. Al final, entre cuatro o cinco mujeres lo alzaron y lo subieron a la camioneta”, agregó.

Miguel Reyes Pérez, el joven de 24 años que estaba en coma como consecuencia de un violento y confuso enfrentamiento con la Policía ocurrido en diciembre pasado, murió ayer al mediodía en un sanatorio de la capital donde estaba internado. La víctima había recibido un balazo de goma en la cabeza, en San Cayetano. 

Desde la fuerza siguen asegurando que a Reyes Pérez lo redujeron porque había cometido un asalto; su familia, en cambio, afirma que se trató de un hecho injusto.

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Todo comenzó el sábado 24 de diciembre cuando un técnico de la empresa CCC denunció que había sufrido un asalto. Le dijo a la Policía que estaba trabajando en San Cayetano (sobre Anselmo Rojo al 100) cuando un delincuente lo apuntó con un arma, le quitó sus pertenencias y escapó por un pasillo. También aportó una descripción física del asaltante, que los policías hicieron circular por vía radial.

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Dos motoristas del 911 identificaron al presunto ladrón (Miguel Reyes Pérez) y lo persiguieron hasta llegar a un asentamiento situado a pocas cuadras del lugar del robo. Allí le impartieron la voz de alto pero el joven habría sacado un arma y les habría apuntado a los motoristas. 

De acuerdo con la versión policial, uno de los uniformados sacó una escopeta y apuntó a los pies de Pérez Reyes; en ese momento se le abalanzó una mujer que buscaba proteger al joven, ambos forcejearon y salió un disparo de manera accidental. La posta de goma impactó en la sien de Reyes, que cayó al piso y los policías secuestraron el arma que llevaba, un revólver con tres cartuchos.

Siguiendo con esa versión, una multitud rodeó a los uniformados y comenzó a lanzarles palos, piedras y cascotes, golpeando a uno de los policías en la cabeza. Minutos después llegó una camioneta de la fuerza. Allí cargaron a Reyes y lo llevaron al hospital Padilla, donde los médicos que lo recibieron lo indujeron al coma. Poco después, sus familiares lo trasladaron hasta un sanatorio privado de la capital tucumana, donde ayer perdió la vida. 

Distinta es la versión que aportó Ana Reales, la madre del joven fallecido. Ella reconoció que su hijo tiene antecedentes por robo y que es adicto a las drogas, pero aseguró que esta vez no cometió ningún delito. “Él estaba tomando con los amigos y vino la Policía buscando a uno que había robado. Mi hijo le dijo: ‘jefe, no hice nada, revíseme si quiere’, y lo revisaron y se fueron. Un rato después, cuando volvía a la casa, aparecieron los motorizados, lo encerraron y le pegaron un tiro. Cuando mi hijo ya estaba en el piso, le reventaron la cabeza con la Itaca”, relató Reales a LA GACETA.

La mujer dijo que los vecinos comenzaron a gritar y a pedir que llamaran una ambulancia, pero nunca llegó. “Mi hijo estuvo más de 20 minutos en el piso, pidiendo ayuda, y la Policía le pegaba a la gente. Al final, entre cuatro o cinco mujeres lo alzaron y lo subieron a la camioneta”, agregó.

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