Las 4 Cuerdas se apronta para un año sin descanso

La apuesta de hacer folclore basado en el festivo sonido del violín comenzó hace casi nueve años. Desde ese momento, Las 4 Cuerdas no paró de crecer, sobre la base de un trabajo sostenido y presencia constante en distintas peñas y festivales de todo el país. Esa dinámica en actuaciones en vivo se potencia en el verano, y para este año el grupo tucumano viene entrenando como nunca antes, ante la expectativa de tener una temporada sin descanso.

Como regalo de los Reyes Magos, la formación integrada por Martín Salazar, Julián Núñez, Rubén Mostajo, Matías Lagoria y Matías Unzaga (el único aportado por Santiago del Estero en una banda mayormente tucumana) participa de la gira que Abel Pintos está realizando por el NOA, y que cerrará mañana en Monteros (ver “Siete años después”). Y el jueves será uno de los pocos representantes de la provincia que se subirá al escenario del Festival de Doma y Folclore de Jesús María.

“Estamos arrancando el año con todo esta noche en el Enero Tilcareño, que es un festival muy importante para la región. Para nosotros es un honor compartir dos jornadas con un artista internacional como Abel, tanto en Jujuy como en Tucumán”, resalta Matías Unzaga, en diálogo con LA GACETA.

- ¿Qué esperan de esta temporada?

- Hemos cerrado 12 presentaciones en distintos lugares durante enero, y vamos camino a tener acordadas la misma cantidad de fechas para febrero. Hasta ahora, se superaron nuestras expectativas. Nos favoreció que el último fin de semana del próximo mes sea feriado de carnaval. Estamos muy contentos por cómo se están dando las cosas.

- ¿Actuar en Jesús María es un aliciente especial?

- La agenda que tenemos es muy linda y con mucho trabajo. Jesús María es una vidriera y compartir la noche con Sergio Galleguillo va a ser especial, sin dudas. Luego siguen los festivales de La Salamanca, de la Ganadería (en La Pampa) y de las Colectividades (en Alta Gracia).

- ¿La mayor cantidad de fechas son fuera de la provincia?

- Sí, casi todo es afuera, porque los festivales fuertes en Tucumán siempre tienen lugar entre agosto y noviembre, relacionados con ciudades características, como Monteros, Famaillá, Trancas o Aguilares, que tienen mucha identidad y gran presencia de gente del pueblo. Hay una carrera para ver quién tiene la mejor propuesta y quién convoca más. Para estas fechas de verano hay algo en Amaicha y en Tafí del Valle, pero las plazas más importantes para el folclore en estos meses son Córdoba, Santa Fe y algo en Catamarca y en Jujuy por los carnavales.

- ¿Te parece bien ese calendario?

- Me parece mejor tanto para los músicos como para el público, porque no se compite con otras plazas, que son multitudinarias. La gente se va de vacaciones para otro lado, y eso demuestra que a Tucumán le falta explotar el turismo en esta época del año. Lo más importante es la Fiesta Nacional del Queso, que ya es clásica.

- ¿Cómo son las presentaciones actuales de Las 4 Cuerdas?

- Presentamos un espectáculo algo más comprimido que lo habitual, porque en los festivales se tienen unos 25 minutos sobre el escenario, corto pero contundente, en el que jugamos con la participación de la gente, con mucho ensayo y trabajo previo para ofrecer algo fresco, nuevo y distinto. El repertorio no se cambia mucho según la zona, sino que morimos en la nuestra con el sonido de los dos violines, que es encantador. Y estamos en la etapa final de ATP en Vivo (Arte para Todo Público), el video que grabamos en El Cadillal. A partir de marzo o abril comenzaremos a armar un nuevo disco.

- ¿Qué folclore proponen?

- Es un folclore tucumano, de los universitarios que llegan de todas las provincias de la región. Tiene el espíritu de las guitarreadas y es algo muy rico culturalmente, con mucha poesía de cada lugar y con aportes latinoamericanos y de música ciudadana. Somos alumnos de Fernando Matos, quien nos dio el estilo de cómo tocar el violín.