Los temores egocéntricos

Los temores egocéntricos

Por Jesús Alberto Zeballos, Doctor en Filosofía.

04 Enero 2017
No sólo es difícil dialogar, sino imposible, si no se dan las condiciones de posibilidad del diálogo: conciencia clara del tema a dialogar, conocimiento objetivo, auténtica búsqueda compartida de la verdad y el bien común, honestidad en los planteos y razonabilidad de los argumentos, valentía para postergar los intereses personales y priorizar los comunitarios, liberarse de las falacias del falsamente denominado neoliberalismo y/o mercado libre, superar los temores egocéntricos.

Aceptar que el otro tiene razón, no implica vergüenza ni menoscabo. Habría que precisar la denotación de “poder”. En la comprensión habitual del ámbito político, el poder es un corolario de la astucia, no de la inteligencia. El hombre realmente inteligente tiene el mayor poder, el poder sobre sí mismo. Una sociedad autoritaria es la negación del diálogo y este sólo puede darse entre iguales, que supone el acceso a un elevado nivel de cultura para todos, con un conocimiento esclarecido de las obligaciones y derechos individuales y colectivos. Las llamadas “autoridades” son sólo administradores, que debieran dar cuenta rigurosa de su gestión.

Es un problema cultural; la solución supone un cambio que puede advenir a través de la educación pública, no sólo intelectual, sino moral y de los sentimientos. El cambio se daría, incluso de un modo cuantitativo. En gran medida y dada la cultura economicista imperante, el término diálogo ha sido sustituido por el término negociación. Etimológicamente, son casi antagónicos. “Diá-logos” es el discurrir de la razón y la verdad entre dos que aceptan que no tienen o podrían no tener la verdad y la razón total y absolutamente. “Neg-otium” es la negación de la condición previa del dialogar, el desinterés. En la negociación, cada una de las partes va a defender su postura e interés personal. De hecho, permite la inmoralidad, la ventaja y el lucro personal, la compraventa de las personas, las coimas.

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