Fue una buena despedida para Alético

Como había pasado ante Quilmes, anoche siguió sin llegar a la AFA el transfer con el que San Martín (SJ) debe habilitar a Pablo Lavallén para sentarse en el banco de suplentes, por lo que Luciano Precone volvió a ser la cara visible y a figurar como el DT “oficial”. De todas maneras, el planeamiento estuvo a cargo otra vez de Lavallén, que estuvo en el vestuario junto al grupo antes del partido y durante el entretiempo.

Aunque el partido se pareció a un amistoso de verano, Atlético demostró que es un equipo serio incluso cuando se imagina de vacaciones en las playas del Caribe o de Brasil: no se siente visitante nunca. Si hasta hace algunos meses jugar en Buenos Aires suponía un castigo para Atlético, ahora puede imaginarse que habrá un equipo con personalidad en Brasil, Chile, Uruguay o donde le toque debutar en la Copa.

Todavía es pronto para ver el equipo que quiere Lavallén, pero lo de ayer se pareció a una apuesta al sentido común. Atlético volvió a sostenerse en su columna vertebral, la que parece haber recobrado después de las turbulencias que se desataron en las últimas fechas del “Vasco”. La solidez de Lucchetti más una defensa que sale de memoria y Leyes como primer volante.

Lo mejor de Atlético en ofensiva quedó en el primer tiempo, cuando Di Plácido demostró que, si le suma solidez a su marca, puede ser uno de los mejores laterales derechos del país. El ex All Boys volvió a proyectarse con acierto. Aún así, Atlético debió ponerse en ventaja en el segundo tiempo, pero el juez Abal anuló equivocadamente un gol por supuesta mano de José Méndez.

En un partido que pronto irá al tacho de basura, lo que no debería quedar en el olvido son las atajadas de Lucchetti, en especial su reacción leonina ante Sosa al comienzo del segundo tiempo. Lucchetti sostuvo el cero por cuadriplicado, también con un mano a mano ante Rincón y ante otros dos intentos de Luna. Si alguien dudaba… Atlético tiene arquero.

Suena curioso, pero Victoria no es para festejos. Atlético logró un empate en una cancha tan maldita que este año, en la histórica campaña que lo llevó a la libertadores, había perdido 5-0. La última victoria, y por ahora única en el historial, fue hace más de 27 años, el 15 de abril de 1989, cuando Atlético ganó 3-1 en con goles de Luis García, Raúl Aredes y Luis Bardallo.

Ya en clima de fiestas, de fin de año, y a minutos de entrar en vacaciones, Atlético despidió el mejor año de su historia como debía ser: con otro motivo para estar feliz. El empate ante Tigre en Victoria confirmó que hay vida después de Juan Manuel Azconzábal. Con Luciano Precone en el banco de suplentes y con Pablo Lavallén como ideólogo, el “decano” sumó su cuarto partido invicto después del sorpresivo alejamiento de su ex técnico.

Ocho puntos sobre 12 ante Belgrano, Godoy Cruz, Quilmes y Tigre no es poca cosa, así que en horas en que todos hacen análisis y sacan conclusiones de lo que pasó en la temporada, Atlético podrá levantar las copas con alegría.

Por su 2016 increíble. Y porque su 2017 puede serlo aún más. Aunque todavía se desconoce el rival, el lugar y la fecha exacta, el próximo rival del “decano” será en enero, no por el campeonato local, sino por la Copa Libertadores.

Salud Atlético, y más felices fiestas que nunca en 114 años de historia.