La amarga despedida de D’Alessandro

La amarga despedida de D’Alessandro

Fue figura mientras estuvo en cancha; ayer jugó su último Superclásico. Estadísticas.

EL CONDUCTOR. D’Alessando fue el mejor de River mientras estuvo en la cancha. Cuando Gallardo lo sacó, el equipo lo sintió mucho. Aquí, marcado por Gago. dyn EL CONDUCTOR. D’Alessando fue el mejor de River mientras estuvo en la cancha. Cuando Gallardo lo sacó, el equipo lo sintió mucho. Aquí, marcado por Gago. dyn
12 Diciembre 2016
BUENOS AIRES.- No fue un superclásico más para Andrés D’Alessandro. El “Cabezón” había sido amo y señor del juego mientras estuvo en cancha. Pero Marcelo Gallardo decidió cuidarlo de cara a la final de Copa Argentina, el jueves contra Rosario Central, y su salida fue un punto de inflexión en el encuentro.

Sufrió la derrota D’Alessandro. Pero más la sufrió porque fue su último Superclásico. Claro, a fin de año, deberá regresar a Internacional de Porto Alegre, club dueño de su ficha, que ayer descendió a la segunda división del Brasileirao.

El volante fue el mejor y el jugador más determinante del equipo que dirige Marcelo Gallardo. Él participó de los dos goles de River y fue clave en la remontada luego del comienzo en desventaja.

Su salida, que estuvo enmarcada por la emoción de la ovación recibida (incluso con enojo de Guillermo Barros Schelotto por la demora), fue clave, ya que apenas dos minutos después Carlos Tevez aprovechó la floja salida de Augusto Batalla para estampar el empate 2-2.

“Lo de Andrés ya estaba decidido. Había jugado un muy buen partido. Sabíamos que en un momento íbamos a sufrir el cansancio. Lo sufrieron (Sebastián) Driussi, el ‘Pity’ (Gonzalo Martínez) y (Lucas) Alario. Teníamos previsto que Andrés jugaría 60 o 65 minutos porque el jueves tenemos una final. Era hacer una diferencia y después realizar los cambios”, explicó “Muñeco”, en conferencia de prensa, algo fastidioso porque los periodistas le apuntaban que la salida del enganche había hecho crecer a Boca. “Con el resultado puesto, alguno puede decir que no era el cambio. Y si ponía a un jugador ofensivo y lo empataban, iban a decir por qué no puse a un jugador de más combate”, agregó.

Pero más allá del resultado desfavorable, Gallardo argumentó que, teniendo dos partidos importantísimos en tan pocos días, lo obligó a tomar algunas decisiones. “Teníamos dos partidos cruciales en cuatro días. Había que gestionar esfuerzos y dosificar fuerzas por una cuestión natural”, aseguró antes de lamentar el 2-4. “Lamentablemente era el partido que no queríamos perder. Hicimos mérito para ganar y por eso nos dio bronca, pero a partir de mañana deberemos pensar que el jueves tenemos una final y la revancha de poder olvidar este partido”, sentenció. (Especial)

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