Construyendo una identidad

A 30 años de su fundación, el club del Parque Guillermina intenta “alcanzar la madurez”

COLORES. En 2014, Bajo Hondo consiguió el tercer ascenso a Primera de su historia, tras ganar el Regional de Desarrollo. Este año inauguró su equipo femenino. fotos de Cristian Lobo COLORES. En 2014, Bajo Hondo consiguió el tercer ascenso a Primera de su historia, tras ganar el Regional de Desarrollo. Este año inauguró su equipo femenino. fotos de Cristian Lobo
24 Noviembre 2016
A la juventud se le pueden perdonar ciertos errores. Cuando sobran las ganas pero falta la experiencia, equivocarse es un destino casi seguro. Pero justamente de eso se trata: de aprender a prueba y error. Y habiendo alcanzado ya los 30 años, Bajo Hondo ha vivido lo suficiente como para exigir un poco más de sí mismo.

“A esta altura, no podés seguir cometiendo los mismos errores que al principio. Por eso, lo que estamos buscando en este proceso es tratar de llegar a la madurez como institución, trabajando de manera seria y organizada. No es fácil, pero es parte del desafío”, resume el presente del club el presidente Cristian Lobo.

Bajo Hondo nació el 22 de noviembre de 1986, durante el boom rugbístico propiciado por el éxito de la “Naranja” en el plano nacional. Y aunque a lo largo de su historia cosechó alegrías que hicieron valer la pena el esfuerzo, en el camino encontró toda clase de obstáculos, algunos de los cuales todavía trata de superar. Por ejemplo, la dificultad para evitar la migración de talentos a otros clubes. Entre quienes alguna vez vistieron la camiseta negra y naranja en divisiones inferiores, se cuentan Julio Farías (Tucumán Rugby), Diego Más (Universitario), Gabriel Pata Curello (Jockey Club) y Víctor González (Los Tarcos).

“A veces pasa que hay un chico que se ve con condiciones y prefiere irse a otro club más grande donde tenga posibilidades de llegar más alto. Eso cuando no es el otro club el que lo viene a buscar. Por eso, más allá de la parte deportiva, se está trabajando para que los chicos que vienen a Bajo Hondo se identifiquen con el club. Hay que admitirlo: el chico que se va no solo porque lo llaman de otro lado, sino porque no se siente contenido ni por su grupo ni por su club”, explica Benjamín Duffy, secretario de la entidad.

“Queremos crear un sentido de pertenencia. Tratamos de que el trabajo sea serio y ordenado, para que cada chico o chica que venga, se quede. E invite amigos, festeje su cumpleaños en el club y desarrolle otras actividades”, amplía Lobo.

Otra de las batallas que debe librar Bajo Hondo es contra quienes lo acusan de ocupar un terreno público. “Se ha usado hacia nosotros el término usurpadores con una liviandad alarmante. Quiero dejar claro que el predio está cedido por ordenanza municipal y nuestro club posee personería jurídica. También cuenta con el normal funcionamiento como lo solicita la ley”, asegura el presidente.

“Y que se sepa que el terreno que utilizamos es mucho menor que el que se nos ha cedido. Le hacemos el mantenimiento a todo. Además, si no podemos poner un cartel sin que alguien se queje, menos podemos hablar de cerrar el perímetro. Y así sufrimos la inseguridad: todos los meses nos rompen la cantina para entrar a robar”, advierte Duffy.

Lobo se reserva una última aclaración: “tampoco es cierto eso de que se le impida el acceso a gente que quiera hacer actividad deportiva. Siempre hay personas haciendo gimnasia o caminatas en el predio del club. Bajo Hondo tiene cerca de 200 chicos haciendo deporte, muchos de los cuales no pueden pagar la cuota de un club más grande. Todo vecino que desee conocer nuestro club, está invitado”.

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