Es tan tentador el paseo que ahí, a lo largo de la ciclovía, confluyen también los vecinos de otros barrios. A toda hora es posible ver gente que llega dispuesta a hacer una caminata aprovechando el aire fresco; otros también se animan a pasar unas horas de relajación bajo las sombras de los árboles frondosos. Algunos llegan con termo y mate con galletas para compartir en familia, mientras los chicos juegan y salta y corren y gritan.
La bicisenda le cambió la fisonomía al barrio Américas desde que se construyó hace un año y medio. Como un vertebrado en movimiento, el trazado de 1.800 metros a lo largo de la platabanda de la avenida Las Américas, en el tramo que va desde avenida Belgrano hasta la calle Isabel La Católica, atrae a grandes y chicos, de día y de noche. Se inauguró de junio de 2015 y, desde entonces, congrega cada vez más gente.
Tiene tanto éxito que los propios habitantes del barrio Américas admiten que el paseo es compartido con vecinos de otros barrios como Modelo, San José I, Feput, Kennedy, y Lomas de Tafí, entre otros.
José Luis Haro camina junto a Gina, una perra negra de la raza ovejero belga. “Vivo en el barrio Feput, pero siempre traigo a Gina para camine en este lindo lugar”, dice. Es profesor de Educación Especial y, cada vez que puede, elige recorrer la ciclovía con su mascota al lado.
Viviana Díaz empuja el cochecito donde va su hija Andrea, y al lado camina su hijo Máximo Reinoso. Ni el sol del mediodía puede frenarlos en la idea de hacer el paseo. La señora, que vive en el barrio San José I, también llega al extenso espacio verde en busca de un poco de aire fresco. “Aquí siempre, a toda hora, hay gente caminando con sus perros, con chicos, en bicicletas; este lugar cambió mucho con la bicisenda, cambió para bien, por supuesto”, resalta.
Es un sitio ideal para una ciclovía, porque la platabanda es ancha y se convirtió en una vía de comunicación a Lomas de Tafí. La cinta asfáltica de circulación bidireccional tiene un ancho de 2,20 metros y tramos de calzadas (entre platabandas) demarcadas con una línea blanca de pintura termoplástica reflectiva. Tiene muy buena señalización y, de noche, la iluminación es excelente. También hay canteros y rampas en las esquinas, tanto para discapacitados como para las bicicletas. Además, los vecinos pueden sacarle provecho al mobiliario urbano, como bancos y bicicleteros y las pistas de salud.
Pedaleando bajo el sol y con la frente transpirada de tanta gimnasia se aproxima Federico Villarreal. Vive en Lomas de Tafí pero sale en busca de la ciclovía todos los días. “Con un grupo de amigos nos juntamos los sábados y domingos, en la avenida Belgrano y empezamos a recorrer todo este tramo”, explica mientras señala el paseo verde.
Con tanta gente practicando deportes, tal vez muchos quieran disfrutar de un buen jugo de frutas naturales. Eso es lo que piensa Facundo Godoy, que vive en Las Talitas, pero llega todos los días -entre las 8 y las 15- para vender naranjas jugosas. Las bolsas (a $ 50 cada una que contienen entre 80 y 90 naranjas) están apiladas en una esquina, al costado de la ciclovía. “Hay días con buen movimiento y la gente que hace deportes siempre quiere jugos naturales para seguir la línea saludable”, afirma Facundo.
Al principio, en mayo de 2015, cuando recién empezaban los trabajos, muchos vecinos objetaban la obra. ¿Por qué más cemento?, ¿por qué no ensanchan la avenida?, eran algunos de los interrogantes que se hacían. Sin embargo, ahora admiten que el barrio cambió muchísimo. Además reconocen que esa platabanda, donde se plantaron más de 60 árboles, es el principal atractivo del barrio. Incluso la actividad comercial, a lo largo de la avenida Las Américas, creció con locales comerciales de distintos rubros que van desde la venta de autos usados, pasando por heladerías hasta panaderías.
Los límites del barrio son la avenida Las Américas, desde calle Italia hasta colombia y, hacia el oeste, la calle Félix de Olazabal. Santiago Cafarena, de 20 años, vuelve de comprar las verduras en un local vecino. “Hace cinco años que vivo aquí y me encanta. Este es un barrio tranquilo. A toda hora hay gente practicando deportes; a la tarde, cuando baja el sol viene más gente. Algunos practican artes marciales; otros traen a los hijos a jugar. Ahora que hace más calorcito de noche, hay gente que se queda hasta la 1 de la madrugada tomando un helado en el fresco de la platabanda”, detalla.