La genética de la autofagia celular será clave para tratar males como el cáncer o el alzheimer

La genética de la autofagia celular será clave para tratar males como el cáncer o el alzheimer

Distinguen a un biólogo que investigó un mecanismo que permite la supervivencia de las células y cuyas anomalías se relacionan con enfermedades.

04 Octubre 2016

Si hubiéramos sido tan “inteligentes” como nuestras células, posiblemente el planeta sería un lugar más saludable. Es una de las conclusiones no científicas que puede sacarse de las investigaciones de Yoshinori Ohsumi, biólogo molecular japonés que fue galardonado ayer con el Nobel de Medicina 2016.

Ohsumi identificó los genes que intervienen en unos mecanismos que desarrollan todas las células, conocidos como autofagia. La palabreja (que etimológicamente significa “comerse a uno mismo”) fue usada ya en la década de 1960, cuando se observó por primera vez que las células podían descartar sus propios contenidos encerrándolos con membranas; las “bolsitas” resultantes las envían a un órgano específico, llamado lisosoma, que no tira: ¡recicla!

Para entender

“Sus trabajos fueron realizados en la levadura de cerveza, un organismo eucariota (o sea célula compleja, con núcleo diferenciado mediante una membrana) relativamente simple; y luego comprobó que el mecanismo está conservado en los seres humanos. Y es un mecanismo muy importante, porque permite a las células reutilizar y reciclar componentes celulares y organelas citoplasmáticas, como las mitocondrias; mediante ese mecanismo pueden, por ejemplo, mantener el metabolismo celular en caso de inanición”, explicó para LA GACETA el doctor Pablo Valdecantos, profesor de Biología Celular de la Facultad de Bioquímica de la UNT. En otras palabras: cuando escasean los nutrientes, la autofagia le permite a la célula producir, rápidamente, de sus propios desechos, energía. Y no sólo eso: también logra regenerar sus componentes. Por ejemplo, la autofagia se encarga de eliminar proteínas desgastadas o mal construidas, para evitar disfunciones o pérdida de funciones; o es capaz de desmontar y eliminar virus y bacterias intrusas. “Sin la autofagia nuestras células no sobrevivirían”, aseguró por su parte a la agencia DPA la investigadora Juleen Zierath, una de las integrantes del jurado del Nobel.

“El programa genético descubierto por Ohsumi es responsable de la continua renovación de células -explicó, luego de conocerse la noticia, la investigadora celular Tassula Proikas-Cezanne, de la Universidad de Tubinga (Alemania)-. Cuando el mecanismo de autofagia se estropea, esa falla se refleja en muchas enfermedades”.

“La investigación de Ohsumi ha permitido establecer relaciones entre anomalías que se producen en el proceso de autofagia y mutaciones de los genes que intervienen en ella, y desde allí, con patologías como el cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Además, han comenzado a proponerse estrategias que modulen la autofagia como parte de tratamientos terapéuticos de estas enfermedades”, destacó Valdecantos.

Puede haber problemas cuando la autofagia funciona demasiado lenta, demasiado rápida o anormalmente. “Suele jugar un papel en casi todas las enfermedades relacionadas con el envejecimiento”, explicó Proikas-Cezanne. Por ejemplo, las alteraciones de la autofagia pueden contribuir a que se desaten enfermedades como el alzheimer o el parkinson. Al parecer, en las células de las personas mayores el proceso funciona más lento; se eliminan menos desperdicios celulares y quedar proteínas defectuosas que se integran en células jóvenes intactas.

Por otro lado, el buen funcionamiento de la autofagia puede provocar más daños que beneficios. Por ejemplo, cuando ayuda a las células cancerígenas a superar los daños que les causan la quimioterapia o la radioterapia, ayudándolas así a sobrevivir. Los investigadores confían en poder regular pronto el proceso de autofagia con medicamentos e influir en las distintas funciones del mecanismo. “En las próximas décadas este hallazgo tendrá enormes repercusiones en la medicina”, aseguró Proikas-Cezanne.


Biografía
sexto Nobel de medicina japonés 
Yoshinori Ohsumi nació el 7 de febrero de 1945; es biólogo molecular de la Universidad de Tokio  y el sexto Nobel de Medicina japonés. Desde 1990 trabaja para dilucidar los mecanismos y la importancia de la autofagia. Es profesor del Instituto de Tecnología de Tokio. En 2012 le otorgaron el Premio Kyoto para la Ciencia Básica. Este año había recibido el Premio Wiley, en Ciencias Biomédicas. 

Biografía
Sexto Nobel de medicina japonés 

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Yoshinori Ohsumi nació el 7 de febrero de 1945; es biólogo molecular de la Universidad de Tokio  y el sexto Nobel de Medicina japonés. Desde 1990 trabaja para dilucidar los mecanismos y la importancia de la autofagia. Es profesor del Instituto de Tecnología de Tokio. En 2012 le otorgaron el Premio Kyoto para la Ciencia Básica. Este año había recibido el Premio Wiley, en Ciencias Biomédicas. 

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