El bandoneón se tiñó del color más oscuro posible ayer, cuando Raúl Garello falleció a los 80 años. El bandoneonista, compositor, arreglador y director de la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires, a la que condujo por última vez hace sólo 10 días, murió de un ataque cardíaco, y dejó en silencio el fuelle que lo acompañó desde mediados del siglo pasado. El músico fue distinguido con cuatro premios Konex (en 1985, en 1995 y dos en 2005), el Gobbi de la Academia Nacional del Tango y el Gran Premio Sadaic, y era Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, adonde se afincó desde su Chacabuco natal. Su estudio comenzó con Juan Schultis y Pedro Rubione, pero su formación tanguera se consolidó de la mano de Leopoldo Federico, Alberto Morán, Horacio Salgán y, especialmente, Aníbal Troilo, cuyas orquestas integró. Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Roberto Rufino, Floreal Ruiz, Susana Rinaldi, Eladia Blázquez y Rubén Juárez, entre otros, figuran entre los cantantes a los que acompañó en grabaciones y giras dentro y fuera del país. Entre sus viajes, se recuerda especialmente el realizado por Europa con el bailarín Jorge Donn y el ballet de Maurice Béjart; y entre sus discos, el homenaje a Woody Allen concretado junto a Horacio Ferrer en 1992.